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Un año más, los vecinos de la localidad vallisoletana de La Mudarra, fieles a sus más antiguas tradiciones, celebraron su fiesta más religiosa, la Pasquilla. Como es tradicional, el segundo domingo de Pascua, con la presencia de la corporación municipal, sacaron en procesión al ... Santísimo, portado por el párroco, Francisco Javier Castañón, bajo palio, llevado por los hermanos de la Cofradía del Santísimo Sacramento, junto a la Virgen del Rosario, como patrona, y acompañada por un buen número de manolas con mantillas negras.
El cronista del municipio, Justino Rodríguez Poncela, volvió a recordar que en esta fiesta se recuerda el momento en el que La Mudarra dejó de ser dependiente de Medina de Rioseco, desde el punto de vista religioso, en 1792.
Entonces, se nombró un cura para el pueblo y se trasladó hasta su iglesia desde Rioseco el Santísimo, que los vecinos rememoran en la Pasquilla, pasando a tener parroquia propia. La concesión fue otorgada por Real Cédula fechada en Aranjuez el 8 Junio de 1792, reinando en España Carlos IV.
Rodríguez Poncela explicó que el municipio tenía por entonces iglesia nueva, porque por el año 1765 había terminado la ampliación de la antigua ermita debido a que el número de habitantes de Villamudarra había crecido de forma considerable. Era por ello que se necesitaba dotar al pueblo de curato que se solicita por entonces. En 1856, la localidad conseguiría también la independencia administrativa, por la que tuvo que pagar a Medina de Rioseco en diez años la cantidad de 42.000 reales.
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