Valdenebro de los Valles: vestigios romanos y tesoros literarios
Legionarios y caballeros. Fue casa y abrigo de los vacceos, acogió al pueblo romano con su villa patricia del 'Camino de la Vega' y vivió su máximo esplendor durante la Edad Media
A caballo entre Tierra de Campos y los Montes Torozos, la villa de Valdenebro de los Valles cuenta con un magnífico patrimonio histórico-artístico, que demuestra que fue testigo de momentos de gran opulencia. Sus orígenes se remontan al asentamiento celtíbero de los vacceos. Más tarde fue habitada por los romanos, de hecho, hay indicios de la existencia de una villa romana en el paraje de Arenillas, llamada 'Camino de la Vega'; un resto de calzada en la Fuente del Barrio, famosa en la localidad, y una importante estela funeraria, que fue la primera inscripción romana hallada en la provincia y que actualmente se conserva en el Museo Arqueológico de Valladolid.
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Sin embargo, la villa valdenebrina vivió su momento de máximo esplendor en la Edad Media. Así lo atestiguan su entramado urbano y los vestigios que aún se conservan de su muralla y castillo. Era frontera entre los reinos de León y de Castilla cuando en 1049 Pelayo Bermúdez se la donó al rey Fernando I.

Cabe mencionar también, la crónica de Alfonso XI, conocida como 'El Teso de la Horca', que hacía referencia al carácter rebelde de sus habitantes que, en 1322, amparados por su castillo, se negaron recibir al rey y éste cargó duramente contra los malhechores en este paraje.
Fechas clave
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1049: Pelayo Bermúdez dona la villa al Rey Fernando I de León.
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1473: El Almirante de Castilla, don Fadrique Enríquez, ordenó en esta villa sus últimas voluntades.
Un dato curioso lo encontramos en el año 1345. Valdenebro, que entonces pertenecía al arciprestazgo de Urueña (Huruenna), figuraba entre los 30 pueblos que tenían mayor número de parroquias (dos) que de párrocos (uno). Es probable que esto de debiera a un descenso poblacional que provocó que las necesidades espirituales de la villa pudieran ser atendidas por un solo clérigo.
Una donación real en 1465 hizo que el municipio se incorporase a los dominios del Almirante de Castilla, Don Fadrique Enríquez, máximo noble de Tierra de Campos, quien ordenó en esta villa, el 22 de septiembre de 1473, sus últimas voluntades. En el año 1752, se sabe que este terruño pertenecía al ducado de Alba y que fue comprado a la corona.
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