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Dice el refrán que «Por San Andrés mata tu res, mejor antes que después», en referencia a que el 30 de noviembre, festividad del apóstol, es tiempo de matanza. Una fecha con la que que la localidad terracampina de Urones de Castroponce ha hecho ... coincidir este sábado su popular jornada de la matanza, en la que participaron numerosos vecinos y visitantes en su decimoctava edición. Tras la recepción de los invitados, a media mañana se llevó a cabo el quemado del cerdo, antes de que tuvieran lugar bailes populares y tradicionales, así como danzas del mundo, a cargo de la Asociación Radalaila de Valladolid, con degustación de pastas, empanadas, vinos, anises y orujos. Paralelamente se realizaron las labores de raspado, lavado y limpiado de vísceras del cerdo, a la espera de ser destazado. Tras el vermú y vino español en el bar Velfer, se degustaron los productos típicos del cerdo.
Por la tarde, hubo tiempo para más bailes tradicionales, pero también para un recital flamenco a cargo de prestigioso guitarrista Raúl Olivar y la actuación «Entre tangos y pasodobles», del grupo El Flamenquillo de la Asociación IV Centenario Valdunquillo 2007, llegando la jornada a su final con la cena de hermandad y la discomovida Morins Dj Manu Herrero. Durante toda la jornada se celebró un mercadillo solidario cuyo fin fue recaudar fondos para las obras de la torre de la iglesia parroquial de El Salvador por desprendimientos, pero también dirigido a los damnificados por la DANA de Valencia. El mercadillo se completó con talleres de cerámica, alfararía y hama con motivos navideños.
El alcalde de la localidad, Ignacio Castañeda, expresó que «se pretende recuperar un valor tradicional y típico de la zona como era el de las reuniones de familiares y amigos que se hacían en torno a la matanza llevada a cabo en los distintos pueblos por nuestros antepasados con el fin de llenar la despensa». Una tradición que «pretendemos seguir manteniendo viva para futuras generaciones». Además destacó que «la jornada es un motivo para que la gente vuelva al pueblo, además de ser una forma de dinamizar la comarca». También se busca «crear un pequeño escaparate para dar a conocer y promocionar los productos típicos y platos gastronómicos más característicos de nuestro entorno».
Castañeda señaló que esta jornada «nos devuelve al pasado y pone en valor las costumbres y tradiciones de nuestros antepasados». En este sentido añoró cuando su tío Félix reunía entorno al día de la matanza a familiares y amigos «con el único afán de colaborar in situ en el popular y tradicional rito del sacrificio artesanal del cerdo, pero también de compartir esta hermosa jornada junto a todos aquellos allegados que se daban por invitados durante toda la jornada para almorzar, comer y cenar a efectos de degustar los productos típicos del animal. Todo un lujo y un placer para todos aquellos que pudimos disfrutar del buen paladar y de la buena compañía».
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