Una tromba de agua anega La Seca

Enseguida, las aguas comenzaron a arrastrar coches y contenedores por las calles del pueblo. A la vez que la villa quedaba sin luz eléctrica y la carrera N-610 fue cortada por la Guardia Civil al quedar impracticables por las balsas de agua, varias dotaciones de bomberos, al menos seis según testigos presenciales, comenzaron a partir de las 23 horas a actuar en las calles. «El agua les llegaba hasta la cintura», relató un testigo mientras les veía trabajar. A esa hora ya había docenas de vecinos que intentaban achicar agua de sus viviendas y locales. «Viene un río de agua y alcanza ya al 'morro' de los coches», explicaba otro vecino que trataba de avanzar por unas calles a oscuras.

El exalcalde de La Seca, Gregorio Bayón, reconocía que «es habitual que ocurra esto ya que confluyen tres o cuatro calles en la misma tubería y llega un momento que no da abasto». Las lluvias moderadas suelen provocar balsas de agua en la parte baja del pueblo pero, en esta ocasión, los casi 40 litros han provocado que los problemas y atranques se hayan repartido también por la zona más elevada de esta villa vitivinícola.

El agua dejó de caer hacia las 23.30 horas, pero dejó tras de sí un reguero de agua y barro contra el que trataban de luchar a medianoche los vecinos y los servicios de emergencia que acudieron a la zona. Los vecinos consultados descartaban, inicialmente, que ninguna persona hubiera sufrido daños o situaciones de riesgo para su integridad.

Esos mismos residentes solo recordaban el precedente de una tromba de agua similar ocurrida hace unos 30 años en La Seca. «En aquella ocasión también hubo fuerte inundaciones, pero esto tiene pinta de que ha sido más grave y dejará muchos daños», indicaba un residente desde hace más de 50 años en este pueblo vallisoletano.