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Trifino Vegas 'Nin', apasionado actualmente de la cetrería, posa con una de sus rapaces. M. A. R.

Valladolid

Trifino Vegas: «Los toros no te dan más que disgustos»

El excortador, hijo del que fuera ganadero del mismo nombre, ha sido premiado en Olmedo por quitar el toro a un caballista durante un encierro en Olmedo

Miguel Ángel Rochas

Domingo, 15 de diciembre 2024, 20:10

En próximas fechas la asociación Taurina «Amigos de los Encierros de Olmedo» dará el premio al mejor detalle de las fiestas 2024 a Trifino Vegas 'Nin' en agradecimiento a su labor y afición a los toros. Trifino Vegas, excortador de toros, es hijo del que ... fuera ganadero del mismo nombre, con una ganadería de origen Santa Coloma en Matapozuelos, que empezó su andadura en los años 80 y desapareció en el año 2012, cuando tuvo que enviar a todos los animales al matadero.

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En las pasadas fiestas patronales de Olmedo, durante el transcurso de un encierro, un toro se ensañó con un caballista, que quedó a merced del astado durante varios minutos. Trifino Vegas 'Nin' acudió rápidamente al quite y, sin dudarlo, se agarró al rabo del toro y tiró de él hasta conseguir que el astado desistiera. Ahora, un reconocimiento de la asociación de Olmedo saca de nuevo a relucir el nombre de Nin, apelativo que procede de Trifinin, quien ha llevado aparejado el mundo del toro a su vida desde niño. «Yo lo mamé desde chico, pues mi padre al principio compraba toros que lidiaban en los pueblos y los engordaba para llevarlos al matadero. Hasta que luego compró una partida de vacas y un semental y creó su propia ganadería, de origen Santa Coloma», recuerda.

Fue en la ganadería de su padre, cuando a Trifino Vegas le fue entrando el gusanillo por cortar y empezar a competir en los concursos. «Hasta que debuté en Íscar, una plaza, junto con la de Medina del Campo, que aun siendo de las mejores de la zona nunca llegué a una final«, precisa.

Durante los años 90, Nin recorrió numerosas plazas de toros, compartiendo concursos de cortes con los mejores de aquella época: «Con Pitirri el de Peñafiel, al que yo consideraba el mejor, o por lo menos el más templado, el que mejor lo hacía. Porque yo creo que entonces no se arriesgaba tanto como ahora, pero se cuidaban más los toros, nos valían todos, ahora veo demasiada colocación, se aburre mucho a los toros, de lado a lado, colocándolos«, opina. Pues asegura que lo ve con otra perspectiva, la de exganadero. Y hay situaciones que no entiende: »Un año vi en Íscar cómo se rompían dos toros los pitones, y eso no está bien«.

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Durante su etapa como cortador sufrió bastantes cogidas, la más grave en La Pedraja de Portillo, donde un toro le dio una paliza «terrible» y le arrancó una oreja: «Perdí el conocimiento, me dio un golpe muy fuerte en la cabeza y me sacaron rígido como un palo».

Poco a poco, asegura, «los toros te van sacando», pues cuando sufres una cogida «pierdes el sitio». «Eso y los años van haciendo que lo dejes. Además los toros no dan más que disgustos, no conozco a nadie que se haya hecho millonario con esto, así que entras en edad y lo mejor es dejarlo». Ahora, asegura, le toca vivirlo a través de sus hijos, pues el mayor ha participado ya en varios concursos. «Yo solo he ido a dos a verle, porque al final salimos discutiendo porque pensamos diferente. Al pequeño también le gusta y creo que tiene mucho valor, aunque lo mejor es que ninguno de los dos saliese».

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«Mi padre se cansó de la ganadería»

La otra faceta de Nin, junto con la de cortador, fue la de ganadero en la finca que su padre, Trifino Vegas, tenía en Matapozuelos. Un hierro que desapareció en el año 2010, cuando asegura que su padre se cansó de la ganadería. «Él estaba solo y no podía con ella, lo mandó todo a la carne. Y eso que se han hablado muchas cosas de aquello, que si estaban enfermas, pero nada de eso. Es verdad que todos los años alguna de las vacas más gordas salían con tuberculina, y eso impedía la carta verde, y, por tanto, no podías vender pero sí lidiar». La decisión, recuerda ahora, fue «muy dura». De hecho, Nin intentó convencer a su padre para que quedara 25 vacas, las mejores. «Pero no hubo manera. Era un ganado muy bueno, a mí se me caían las lágrimas viendo cómo se cargaban para el matadero a unos animales tan buenos, porque eran muy buenos, pero un encaste que no querían los toreros. Porque claro, está mal visto que unos toros que no son grandes pudieran más que los toreros. Había de hecho novillos que se venían arriba y no podían con ellos los novilleros, que iban más de tres veces al caballo», opina.

Hoy en día ve inviable volver a tener una ganadería de lidia, «porque lo que me gusta a mí no les gusta a los toreros», por lo que asegura que tendría que tener una línea pura y otra cruzada para los festejos populares. «Y eso se tarda más de 25 años en lograr, lo empezarían a disfrutar mis bisnietos», exclama.

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De hecho, tras aparcar los concursos de cortes y desaparecer la ganadería de su padre, se desvinculó totalmente de los toros. «No iba a ningún lado». Hasta que en un momento dado comenzó de nuevo a acudir con su amigo Julián 'Botones' a algunos encierros y terminó yendo a todos los que puede.

Ahora recogerá un premio por la labor generosa que desarrolló en uno de esos encierros a los que ha vuelto, el de Olmedo. «Bien, pero tampoco creo que hiciera algo por lo que me tuvieran que reconocer, vi a alguien en apuros y fui porque nadie se lo quitaba».

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Hoy en día seguirá con esta afición, la de los toros, y con otra de las que más le apasiona, la cetrería, que recienteme le valió el título de campeón de Castilla y León.

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