Llevan tiempo conviviendo con el miedo a ser atacados los vecinos de Aguilar de Campos y más desde el pasado viernes, cuando se ha vuelto a producir, por tercera vez, el ataque de dos mastines, en esta ocasión a una mujer que iba caminado ... por una de las calles del municipio.
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«Lo peor es que nos tememos que no sea la última y que pueda pasar algo más grave aún de lo que le ha sucedido a esta mujer», dice el alcalde de Aguilar de Campos, José Luis Collantes.
Se refiere a la última agresión que han protagonizado estos dos canes, el pasado viernes a mediodía. «Una vecina iba andando tranquilamente por el pueblo y pasaron los perros del pastor, que iba en una furgoneta delante del rebaño, y detrás iban los mastines, que de repente se abalanzaron sobre la chica y le han ocasionado heridas por mordiscos en el costado, en la cabeza -donde tiene una de 10 centímetros- y a ambos lados del cuello», señala regidor.
La mujer, que arrastra secuelas psicológicas por lo sucedido, fue atendida de inmediato, primero en el consultorio médico del pueblo y después en el Río Hortega. «Tanto el hospital como ella han denunciado los hechos, y aunque esta ha sido la agresión más grave, lamentablemente, no es la primera vez que ocurre algo así», explica Collantes.
Hace seis meses los mismos perros atacaron a una vecina, ocasionándole en aquella ocasión heridas en un brazo y hace un año otra mujer fue atacada. Aunque en esa ocasión no hubo heridas quedó «en shock» por lo sucedido.
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Esta última agresión, «que pudo terminar mucho peor», asegura el alcalde, ha sido la gota que ha colmado el vaso. «Vamos a recoger firmas o elevar la queja al Procurador del Común para que se lleven a estos perros, los pongan en cuarentena y, si es necesario, que sean sacrificados, ya que suponen un auténtico peligro para todos los vecinos. No queremos tener que lamentar más víctimas», asegura Collantes.
Como representante de Aguilar de Campos (son unos 250 vecinos, aunque el pueblo dobla su población en periodo estival) va a solicitar una reunión de urgencia con la subdelegada del Gobierno en Valladolid, Alicia Villar, para pedir algún tipo de solución. «Sobre todo para que se agilicen los procesos porque, además de las tres denuncias por ataque, sabemos que el dueño tiene denuncias del Seprona, porque las cartillas de vacunación no coinciden con los animales, por el estado de los mismos y también tiene denuncias por parte de Sanidad por una cuestión de vertidos», asegura Collantes.
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Desde el Ayuntamiento han instado al pastor a tomar medidas, aunque las peticiones han caído en saco roto. «Vamos a emitir un bando para poner en conocimiento la situación que estamos padeciendo y para reiterar la obligación de llevar a los perros atados o, en este caso, que los lleve con bozal hasta que se encuentre una solución antes de lamentar una desgracia. Los vecinos tienen derecho a pasear tranquilos por las calles, los niños a jugar o ir en bicicleta sin que sientan miedo a ser atacados y, sobre todo, hay que garantizar el bienestar de todos», indica Collantes.
De hecho, el mismo alcalde asegura que «la situación de miedo e inseguridad que han creado estos dos mastines en la localidad ha llegado a tal punto que los vecinos van a la piscina con palos y cuchillos, lo hacen para protegerse en caso de ataque porque tienen que pasar por la explotación donde están los perros y temen ser atacados».
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