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Sólo 5 de los 25 cuarteles de la Guardia Civil abren 24 horas«Es mejor esto que nada». Es el lamento del alcalde de Pedrajas de San Esteban, Alfonso Romo, sobre la situación que padece el mundo rural desde hace, como mínimo y depende de a qué municipio se mire, un lustro. La realidad la palpan cada ... noche, cuando en la provincia vallisoletana solo quedan operativos cinco cuarteles de la Guardia Civil. Los veinte restantes 'cuelgan' el cartel de cerrado al mediodía o por la tarde. Y así todos los días.
Esos puestos son los de la capital, Laguna de Duero, Zaratán, Medina de Rioseco y Tordesillas. Los únicos que permanecen 24 horas operativos y cuyas puertas están abiertas para prestar ese servicio a la ciudadanía, principalmente para presentar denuncias. El resto de localidades de la provincia, excepto Medina del Campo al contar con Policía Nacional, se las tienen que apañar para cumplir con esos trámites en horario diurno o tirar de teléfono para momentos de emergencia.
Y esto, traducido a personas, se escenifica en 200.000 vecinos del medio rural de la provincia vallisoletana que dependen únicamente de estos cinco puestos con horario nocturno (no significa que se rebaje la presencia de agentes por la noche en la calle).
Junto a estos puestos de horario nocturno se añaden el resto de cuarteles en la provincia: Medina del Campo, Castronuño, Fresno el Viejo, Íscar, Mojados, Nava del Rey, Olmedo, Portillo, Mayorga, Mota del Marqués, La Mudarra, Villalón, Boecillo, Cabezón de Pisuerga, Cogeces del Monte, Esguevillas de Esgueva, Peñafiel, Piñel de Abajo, Quintanilla de Onésimo y Tudela de Duero. Estos, gastan menos en luz al permanecer cerrados durante la noche.
Así que con esta logística, conocedora en todos los rincones de Valladolid, la situación de cada municipio varía sustancialmente de donde uno viva. Si la localidad se encuentra cerca de la capital, que además cuenta con la operatividad de puestos cercanos como los de Zaratán y Laguna de Duero, el servicio se completa de una forma más rápida.
Pero si uno es vecino de la comarca del Valle de Esgueva, todo cambia. Cuarteles como el de Esguevillas de Esgueva o el de Peñafiel son los más cercanos, pero sin horario nocturno. Así que con la noche toca depender de otro cuartel, que en la mayoría de los casos suele ser el cuartel general de Valladolid. Uno de esos ejemplos lo explica el regidor de Villanueva de los Infantes, Jesús Palomo. «Por la mañana solo tenemos el cuartel de Esguevillas», apunta el alcalde.
Jesús Palomo
Alcalde de Villanueva de los Infantes
Alfonso Romo
Alcalde de Pedrajas de San Esteban
Emiliana Centeno
Alcaldesa de Mucientes
Esta distancia se amplía cuando desaparecen los rayos de sol al depender del puesto en Valladolid y tener que recorrer 23 kilómetros. «Por la noche, si obviamos el día que puede estar la patrulla más cerca, no tenemos a nadie cerca. Llevamos años así, quizás algo más de una década», añade Palomo.
Así que ante emergencias, no le queda otro remedio que llamar al 062 y esperar. «Cada vez que nos hemos puesto en contacto, siempre nos ha saltado la llamada a Valladolid. Si tenemos suerte de que hay una patrulla cerca, la avisan para que venga. De lo contrario, se personan desde la capital. Es lo que hay», manifiesta el regidor, que hace seis meses experimentó esta situación tras el robo en una nave de dependencias del Ayuntamiento. «Finalmente, vinieron por la mañana desde Esguevillas», concluye Palomo.
La cita previa, para facilitar la labor en los cuarteles de la provincia ya ha llegado a dos puestos en grandes núcleos de población como es el caso de Laguna de Duero y Zaratán . La Guardia Civil detalla que el servicio de cita previa en las oficinas de atención ciudadana permite reservar desde la web oficial www.guardiacivil.es un turno de atención personal en las oficinas de la Guardia Civil de las unidades en la que se encuentra implantado, bien para la presentación de denuncias o para la realización de cualquier otro trámite no urgente de los que se pueden realizar en un puesto. Entre las finalidades que persigue esta medida está garantizar la previsibilidad y certidumbre para conocer cuándo y en qué momento va a ser atendido, evitando de esta manera posibles demoras, y ofrecer a las personas una mejor atención, al poner a su disposición a un agente especializado a su necesidad específica durante el tiempo necesario.
La historia de Villanueva de los Infantes se repite por toda la geografía vallisoletana. Otro ejemplo es el de Pedrajas de San Esteban, con Alfonso Romo a la cabeza. En este listado de casos, este municipio cuenta con Policía Local, en horario de mañana y tarde y, por tanto, se encuentra en la tesitura de un 'abandono' nocturno. «Tenemos el cuartel de Íscar, pero por la noche dependemos de Tordesillas. Y claro, no lo sé con exactitud, pero de Tordesillas dependen más de 20 municipios. Son muchos», describe.
Así con esta situación, muchos de estos alcaldes agradecen la «escasa criminalidad o altercados» en sus localidades. «Tenemos la suerte de que no ha habido muchos incidentes graves por la noche. Alguna vez he tenido que llamar por algún escándalo o ruidos, sobre todo en verano. Efectivamente, tardan un poco, pero menos es nada. Si fuera como antes, con el cuartel de Íscar, pues sería mucho mejor. Había más cercanía y todo era más rápido», recuerda Romo.
Evidentemente, las mayores complicaciones se originan en los meses de julio y verano. La vida se traslada a los pueblos con sus fiestas y eventos y son los propios alcaldes los que piden refuerzos para controlar la seguridad. «Solicitamos a la Guardia Civil más personal, pero ya nos comentan que andan muy justos. Si tuviéramos más agentes, el servicio se completaría mejor», reitera Romo, que realmente traslada su queja al Gobierno de España para que se amplíen las plantillas de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado.
En Mucientes se vive una situación similar, pero con la salvedad de la comodidad de estar más próximos a la capital. Realmente dependen durante el día del puesto de Cabezón, pero por la noche sus necesidades se solventan desde Valladolid. «Somos conscientes de esa necesidad en el mundo rural. Ya cuando cerraron el de Cabezón por la tarde, ya hace tiempo, lo notamos. En otros puntos más alejados a lo mejor la cosa se complica, pero nosotros estamos mejor servidos. Tenemos una conflictividad, afortunadamente, muy baja. Aunque es mejor no llamarles. Toco madera para sigamos así», afirma la alcaldesa, Emiliana Centeno, quien achaca esta situación a la era Rajoy cuando «se congelaron las tasas de reposición de los funcionarios».
Sus puertas están cerradas cuando la luz del día se acaba, pero los agentes existen. Son reales y están operativos. Pero no están pegados a un teléfono ni esperan en una silla a que suceda algo. Es el caso de Peñafiel, que en la época de Luis Miguel Gómez como subdelegado del Gobierno en la provincia, y a petición del que era y es ahora alcalde, Roberto Díez, se pasó a cerrar las puertas del cuartel durante la noche para que esos agentes estuvieran en la calle y más cerca de los ciudadanos. «No tenemos tantos efectivos como para permanecer en el exterior de Peñafiel y sus localidades limítrofes y tener a más personal en el cuartel. Ya nos gustaría», recalca Díez. Así que con esa tesitura, se cambió la dinámica en busca de más seguridad en los municipios. «Para denunciar algún aspecto menos urgente se puede esperar a la mañana siguiente. De esta forma, si hay alguna emergencia, la llamada salta a la central y esta da aviso a la patrulla. No hay que esperar a que vengan desde la capital para ganar en inmediatez», continúa el regidor. Asimismo, Peñafiel, también cuenta con presencia nocturna de la Policía Municipal (también en la calle), con un servicio de al menos cuatro noches a la semana y con un sistema conectado directamente con los agentes que durante la noche completan su jornada laboral en el exterior. «Es una forma de suplir unas carencias generales, pues en la zona del Valle de Esgueva los cuarteles que hay funcionan con muy pocos recursos», concluye Roberto Díez. Y así es porque los vecinos de esa comarca son los que más kilómetros tienen que recorrer para poder denunciar algún hecho en un espacio físico. Es el caso de los vecinos de Encinas de Esgueva, que para ir hasta la capital vallisoletana recorrerían 57 kilómetros, por los 40 que tienen hasta Aranda de Duero, en Burgos.
«No estaría mal que se incrementaran las partidas de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado y que se dotasen a los cuarteles de la infraestructura necesaria, además de ampliar las plantillas. Y lo digo yo que no tengo quejas ni problemas en el municipio, pero comprendo la problemática global», concluye la regidora.
Eso sí, desde los ayuntamientos, conocedores de lo que se padece en los pueblos en materia de seguridad, la gratitud hacia la Guardia Civil es infinita. «Dentro de lo que hacemos, el servicio que hacen es muy bueno, porque realmente los agentes se multiplican. Intentan llegar a todos los sitios», ensalzan Palomo, Romo y Centeno.
Y es que con cuatro cuarteles en el mundo rural convive la provincia desde hace casi cinco años, después de que se intentara que doce de estos puestos abrieran únicamente una vez a la semana. La delegada del Gobierno en Castilla y León, Virginia Barcones, echó para atrás esa idea para que esos espacios permanecieran abiertos de lunes a viernes, al menos en horario de mañana. Ahí se fijaron que los cuatro restantes estuvieran las 24 horas del día. Y hasta hoy. Aunque no den guerra mediática, a estos vecinos les gustaría ampliar esos servicios. Esos y otros muchos por eso de vivir en la España vaciada.
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