Valladolid

Una singular exposición en busca de hogar

Antonio Tendero nació en plena Guerra Civil (1938) en Jaca (Huesca), aunque ha pasado la mayor parte de su vida en Mora (Toledo). Durante décadas ejerció como Jefe de Máquinas de la Marina Mercante, lo que le llevó a recorrer prácticamente todo el planeta. Hace seis años que recaló en Fuensaldaña donde vive con su esposa Josefina. En este pueblo ha continuado desarrollando sus habilidades artísticas en diversos campos. No es solo un artista del reciclaje. Su talento y versatilidad lo han llevado a explorar múltiples formas de expresión creativa. Así, Antonio también es escritor, poeta, genealogista, coleccionista, restaurador, investigador histórico, vidriero, carpintero, modelista naval y experto en el arte de las grisallas.

Hace unos años, inspirado por una propuesta de Víctor Manuel Sanz, el anterior alcalde de Fuensaldaña, Antonio comenzó a crear maquetas con las que recrea, a partir de materiales reciclados, momentos de su vida. Tetrabriks, cartones, botellas, tapones, cajas, cápsulas, lana, cáscaras de frutos secos, latas de conserva, tubos de pegamento, cables y botes de lejía y detergentes son transformados con mimo y convertidos en impresionantes réplicas de trenes, diligencias, aviones y barcos.

Cada maqueta que sale de su pequeño taller refleja no solo su creatividad y habilidad técnica, sino también su compromiso con el reciclaje y la sostenibilidad. Sus vecinos ya lo saben y muchos le guardan todo tipo de envases para que él pueda seguir creando. La exposición incluye también un impresionante barco de vela construido por él mismo, una réplica de las tres carabelas de Colón y una preciosa maqueta de la iglesia de Fuensaldaña. «He escrito varios libros sobre la historia mi vida y también de poesía. Ahora, mi gran ilusión es hacer maquetas. Aprovecho todo tipo de materiales. Lo único que compro son los tornillos, arandelas y el pegamento», comenta este artista de 86 años.

Desde hace tres años, su exposición ha estado alojada en una sala de las antiguas escuelas de Fuensaldaña, atrayendo a visitantes llegados de muy diferentes puntos del país, que quedan maravillados por la originalidad de sus obras. «Gusta muchísimo a la gente. Tanto grandes como niños disfrutan viendo los infinitos detalles que tiene cada pieza», explica la responsable de Turismo de Fuensaldaña mientras muestra el interior de una ambulancia elaborada con briks de gazpacho y que en su interior alberga camillas, goteros, vendas y hasta botellas de oxígeno. «Antonio tiene muchísima imaginación y ve utilidad a todos los envases que cualquier otra persona tiraría a la basura. Es increíble lo bonitas que son cada una de estas maquetas», añade.

Sin embargo, el futuro de esta singular colección es incierto. El Ayuntamiento de Fuensaldaña ha comunicado a Antonio que debe retirar su obra antes de septiembre, aunque posteriormente le ha concedido un mes más de plazo, ya que este espacio será destinado a otros fines. Por este motivo, Antonio se encuentra ahora buscando urgentemente un nuevo hogar permanente para su colección. Su deseo es que todas sus maquetas permanezcan juntas en un lugar donde puedan seguir siendo disfrutadas por el público.

«La exposición se inauguró en 2021 en otro local. A la gente le gustó tantísimo que se reubicó en las antiguas escuelas y en 2023 firmé un contrato con la anterior corporación por siete años. Mi sorpresa ha sido cuando el pasado mes de marzo el Ayuntamiento, haciendo caso omiso de ese contrato, me comunicó que debía retirar la muestra. La fecha tope para retirar todo se acerca y eso es algo que me quita el sueño. Son muchos años los que llevo haciendo estas maquetas para Fuensaldaña y ahora me obligan a sacarlas de esta sala. En mi casa no tengo espacio. Por eso, pido que aquel Ayuntamiento o colegio que disponga de una sala adecuada para albergar la colección de forma definitiva, que se ponga en contacto conmigo. Yo las cederé de forma gratuita. Sólo quiero que estén expuestas para que sigan haciendo feliz a la gente», indica este artesano.

«No tengo ningún interés económico, sólo me mueve el cariño por este trabajo que me ha llevado tantos años y que no existe otro igual en toda España. Estas maquetas son una parte muy importante de mi vida», continúa muy emocionado.

Este diario ha consultado con el Ayuntamiento de Fuensaldaña sobre la posibilidad de mantener la exposición en el municipio. «Estamos trabajando en la posibilidad de reubicar la muestra y estamos en conversación con otras administraciones. Necesitamos espacios pero vamos a intentar solucionarlo. Estamos en ello», ha explicado Pilar Peña, la alcaldesa de Fuensaldaña.

Mientras tanto, Antonio y su mujer, Josefina, mantienen la esperanza de encontrar un nuevo hogar para la colección. «No quiero que estas obras terminen almacenadas en cajas o, peor aún, desechadas. He vivido muchas cosas en mi vida, he enfrentado desafíos en todos los continentes, y siempre he encontrado una solución para todo. Estoy seguro de que aparecerá un lugar donde mis maquetas puedan seguir haciendo felices a las personas», dice con optimismo este maquetista octogenario.