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Simancas celebra el requerimiento de sus doncellas a través de una senda arcoírisRojo, naranja, amarillo, verde, azul, añil y violeta. Equipadas con llamativos vestidos de los siete colores del arcoíris, así han recorrido las principales arterias del municipio las siete doncellas de Simancas durante la jornada matinal de hoy, 6 de agosto. La tradición manda y ... Simancas celebra su fecha histórica con el requerimiento de siete jóvenes, cada una vestida de uno de los colores del arcoíris. La comitiva, encabezada por el alcalde de Simancas, Alberto Plaza, ha pasado a recoger una por una a las jóvenes que aguardan en sus viviendas, decoradas con sábanas, banderas y flores del color representativo de cada doncella.
La tradición, que cuenta con 35 años de antigüedad, obliga a la comitiva a reunirse en la Plaza Mayor del Pueblo y comenzar el recorrido por las siete viviendas en las que aguardan las doncellas. «Buenos días, ¿vive aquí Cristina, ha sido requerida como doncella para este año 2024, me acompaña?», era la frase pronunciada por el alcalde en la primera parada para recoger a Cristina Rodríguez , vestida de naranja, quien confesaba estar «un poco nerviosa al ser la primera de las siete». El grupo de paloteo de Simancas recibió a la joven con una de las primeras danzas del recorrido y un petardo avisaba a todo el municipio que la primera doncella ya había sido recogida por la comitiva.
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Irene Díaz, ataviada de color amarillo fue la siguiente, justo antes de llegar a la casa decorada con tonos verdes donde aguardaba Ela Muralles. En el tono de color azul esperaba ansiosa por ser recibida a ritmo de paloteo Leyre Rodríguez, que se convertía en la cuarta doncella en acompañar a la comitiva. Ya en la calle de la Barrera, y en casas contiguas la una de la otra, llegaba el turno de Julia Isabel Ruiz, representado al color rojo, y de Lucía Pérez, de color violeta. La última de las doncellas, Telma González, se incorporaba para completar el recorrido final hasta la Iglesia del Salvador, patrón de Simancas, en la Cuadrilla de la Fabiana.
Con el arcoíris de doncellas ya formado, la comitiva al completo recorrió las calles simanquinas, ante la atenta mirada de vecinos, algo menos que en otras ocasiones, al coincidir la festividad con un día laborable. A las 12: 30 horas, las doncellas, la comitiva, y los vecinos de pueblo acudían a la tradicional misa castellana en la Iglesia de El Salvador donde el coro parroquial del municipio ha interpretado el romance de las 'Siete doncellas'. La eucaristía estuvo oficiada por el párroco de Simancas, Roberto Pérez Briso-Montiano.
Más tarde a las 13:30 horas, en el centro cultural 'La Vaguada' el alcalde proclamó a las doncellas tras la típica imposición de bandas junto con el Mantenedor de las Doncellas. Este año el elegido ha sido Julio Galán, nacido en Simancas en el año 1969 y artista plástico de reconocido prestigio en el municipio. «Es un momento muy especial en el calendario y una tradición que queremos mantener y potenciar. Cada año el 6 de agosto lo celebramos. Es muy importante porque es el mensaje de las doncellas que se opusieron a algo establecido que era inhumano y poco comprensible, dar la mujer a los moros para evitar la guerra», ha señalado Alberto Plaza, alcalde de Simancas.
«Vamos a comenzar el proyecto para que el Requerimiento de las Doncellas sea considerado Declaración de Interés Turístico Regional. Tenemos singularidad, porque es una celebración única, y tiempo de celebración suficiente de antigüedad. Hemos tenido buena aceptación por parte del público y esperamos que la Junta sepa valorarlo», confiesa el regidor del municipio quien añade: «Estas siete doncellas participaran también en actividades culturales a lo largo del año junto con el Ayuntamiento».
La tradición de las doncellas
El Requerimiento de las Siete Doncellas es una tradición que se recrea desde 1988 en la festividad del Salvador, el patrón, que se celebra el 6 de agosto. Según la leyenda, en tiempos del rey Ramiro I, en el siglo IX, el emir Abderramán II se hacía regalar 100 doncellas cristianas, de las cuales siete debían salir de Simancas. Estando encerradas en una celda decidieron cortarse las manos y desfigurar sus rostros, para así ser rechazadas por los moros.
Este acto de valentía provocó la vergüenza de los nobles cristianos, que al ver que los emires árabes reclamaban otras siete doncellas para sustituir a las anteriores, se alzaron en armas en la también mítica batalla de Clavijo. Cada 6 de agosto un cortejo municipal recorre la villa en busca de siete jóvenes vestidas con trajes medievales con los colores del arco iris mientras se bailan danzas de paloteo en su honor.
En torno a la noche de San Juan del año siguiente las mismas doncellas requeridas, junto a un elenco de actores no profesionales, son las protagonistas de la Jura del rey Ramiro I, una recreación histórica que se celebra desde 1994, y que hace referencia al juramento que, una vez derrotados los moros, se llevó acabo al Rey para que se aboliera el tributo de las 100 doncellas y nunca más se aceptaran otros de esas características.
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