Interior de la Iglesia de San Pelayo.

Siete Iglesias de Trabancos: San Pelayo, la verdad de Siete Iglesias

Especial Municipalismo. El patrimonio de Castilla y León ·

Este municipio, con topónimo verosímil, conserva solo uno de los siete templos que se dice que hubo en la localidad

El Norte

Jueves, 17 de septiembre 2020, 08:18

Dicen de Siete Iglesias de Trabancos que es el pueblo de las seis mentiras, pues solamente posee una de las siete iglesias que su topónimo indica. Enclavada en la denominada Tierra del Vino y ubicada junto al río Trabancos –atributos, esta vez, verídicos– la iglesia de San Pelayo es la única que sobrevive de las siete que se dice existieron en esta localidad en la Edad Media.

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Este templo cristiano da nombre a la plaza en la que yace, San Pelayo, a la que se accede a través de su principal arteria, la calle Real. Esta iglesia construida a finales del siglo XVII, es de estilo barroco y está erigida con ladrillo y forma parte del camino que desde el Levante lleva a los peregrinos a Santiago de Compostela, de modo que es posible encontrar por sus calles a caminantes que se dirigen a la ciudad del apóstol.

Arriba, casa Consistorial; debajo a la derecha ermita y a su lado, iglesia de San Pelayo.

El alto edificio, pues no es fácil llevarse una instantánea sin necesidad de un buen objetivo, se cubre con una bóveda de cañón con lunetos y dispone de varios contrafuertes que ayudan a guardar el equilibrio de la elevada torre de dos cuerpos. Rodeando su perímetro y aún en el exterior, el visitante puede contemplar una inscripción sobre un pequeño muro de piedra que incluye un escudo heráldico. Además, en su fachada de ladrillo destaca una cruz de mármol acompañada de la inscripción de la lista de «caídos» en la guerra del 1936 que la Falange recuerda en éste edificio como hizo en muchos otros pueblos.

A través de una puerta de madera y por el lado del Evangelio se accede al templo. En su interior destacan cinco retablos barrocos, prevaleciendo el del altar mayor; dorado y decorado con racimos de uvas. En el cuerpo del citado retablo se ve la imagen de su protagonista, San Pelayo y a ambos lados del mismo, le flanquean San Sebastián y San Isidro, la Asunción de la Virgen completa la representación.

De entre el resto de retablos que complementan la iglesia, es interesante fijar la mirada en uno que está protegido por un cristal. Se trata de un Nazareno de barba postiza, obra del escultor Francisco de Losada.

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De los cinco retablos prevalece el del altar mayor, decorado con racimos de uvas

Para acabar la visita por esta iglesia es importante avistar su sacristía. En ella, hallamos una hermosa cajonería tallada en madera de nogal. Además, San Pelayo cuenta con un coro alto que le permite que los tiempos de reverberación sean menores, produciendo una mejora sonora en su interior durante la celebración de las misas cada domingo.

Qué visitar

  • Patrimonio: Propuestas: Iglesia de San Pelayo (siglo XVII), atesora en su interior cinco retablos barrocos. Fuente del Moro y Casas señoriales del siglo XVIII ubicadas en la plaza. Contacto: 983 81 60 06.

  • De interés: Los primeros indicios de su existencia se remontan al reinado de Alfonso VI (1072-1108) del cual se conservan las ruinas de una fortaleza militar. Su gentilicio «arroperos» deriva de un dulce llamado «arrope» elaborado a base de mosto y calabaza.

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