Patricia González
Tordesillas
Miércoles, 11 de agosto 2021, 07:21
Nadie sabe con exactitud cuando salió de su casa por última vez, ya que la cena del pasado lunes aún sigue en la pequeña cazuela junto al fuego de la cocina. Su teléfono móvil, su documentación y su bastón siguen intactos, tal y como ... Teodoro Sánchez Bravo, de 95 años y natural de Tordesillas lo dejó en su domicilio, situado en un céntrico barrio de Tordesillas, del que salió acompañado de su fiel sombrero y vistiendo un pantalón vaquero y unos zapatos blancos.
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De la ruta que realizó, las paradas y altos que pudo hacer en su camino, o si cambió de rumbo en su tradicional paseo cotidiano, solo hay incógnitas, como ha explicado uno de sus nietos, Jesús Díez,: «No tenemos ningún tipo de indicio o certidumbres sobre cuáles fueron sus pasos, pero tenemos claro que de manera voluntaria no se ha marchado de casa». Tan claro lo tienen que, incluso cuando recibieron hace pocos días una posible pista sobre que Teodoro podría haber ido en autobús hasta Valladolid, sus familiares se desplazaron de manera inmediata hasta la Estación de Autobuses de la capital, pero «no cuadraba nada. No era la descripción. No era mi abuelo. Además, hay que tener en cuenta que con 95 años todos tienen un día a día muy organizado, casi cuadriculado». Y Teodoro lo tenía: «Comprar el pan y después un paseo con otros dos amigos y tomarse un café en la plaza de Tordesillas, pero nadie lo vio y nadie lo recuerda».
Desde entonces ya ha pasado una semana y la incertidumbre sobre el estado en el que se pueda encontrar este nonagenario inunda cada uno de los rincones de esta localidad: «Si tenemos que volver a salir a buscar a Teodoro lo haremos», dice la tordesillana Gemma Losada, quien asegura que el pueblo está consternado y preocupado por su vecino, y muy apenados por su familia «que tiene que estar destrozada».
Esta empatía con el sufrimiento familiar es la que destacan todos y cada uno de los residentes en la villa que, además de participar en la batida del pasado sábado en la que peinaron el primer anillo urbano del municipio de alrededor de 10 kilómetros, también piensan en rutas alternativas, como explica Cecilia Vega: «Ahora, cuando salgo de paseo, pienso en otras rutas diferentes a las que hicimos el sábado para ver si podemos encontrar a Teodoro».
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El tiempo, los ocho días que lleva en paradero desconocido, está haciendo mella en el estado anímico de todos los vecinos que, en cierta medida, están perdiendo la esperanza de encontrar al anciano. «Yo, debido a mi edad, no pude salir a la batida, pero con el coche voy mirando por todos los lados, pero sinceramente veo muy difícil que lo encontremos», sostiene Baltasar Maeso, que mantiene la tesis de que Teodoro se fue de manera voluntaria. Cándido Bazán conocía al desaparecido ya que ambos tenían internas a sus respectivas mujeres en una residencia de Tordesillas. Bazán, al igual que los demás, destacan la simpatía y la amabilidad de Teodoro, pero tiene claro que «lo mismo se dio un golpe, le dio algo, se desorientó y se encuentra perdido».
Esta misma tesis es la que sostiene Mariano Morales, otro vecino de Tordesillas, que también le conocía de los paseos que daban junto a otros dos amigos. «Llevamos ya una semana, pasan los días y el pobre no aparece, lo mismo se cayó al río Duero», divaga Morales, que espera poder tener novedades cuanto antes, ya que «el tiempo correr en contra en casos como este».
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A pesar de que las labores de búsqueda para encontrar a Teodoro continúan, por el momento han sido infructuosas. Durante el pasado lunes varios Grupos Especiales de Actividades Subacuáticas (GEAS) de la Guardia Civil trataron de localizar mediante un rastreo exhaustivo, con lanchas y buzos, por todo el Duero a este nonagenario, pero nada encontraron.
Los trabajos realizados por este grupo se desarrollaron entre el embarcadero de piragüismo, ampliándose a toda la margen del río hasta llegar al pueblo. Asimismo, la Guardia Civil y la Policía Local siguen rastreando palmo a palmo el callejero tordesillano. Los municipales, según el alcalde de Tordesillas, Miguel Ángel Oliveira, rastrearon ayer pozos de labranza, pozas y acacias del río, parcelas en obras y casas abandonadas por si «se hubiera podido sentar o apoyar en sus proximidades y haberse caído al interior de estos edificios ruinosos».
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Mientras tanto, los municipales, en coordinación con la Guardia Civil, seguirán realizando las labores de búsqueda pertinentes para poder encontrar a Teodoro, ya que «llevamos una semana desde que desapareció, el tiempo corre y tenemos que intentar encontrarlo».
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