El domingo 20 de febrero el empresario de Tordesillas Francisco G. y su esposa pasaron el día junto a los padres de esta en su localidad de residencia, el pueblo de Villafrechós. Al volver, en su coche, la pareja es detenida en el cruce de Villagarcía por un grupo de al menos seis hombres que simularon un control policial, con luces de alarma en sus dos coches y todos vestidos con chalecos reflectantes. Estos hombres convencen al matrimonio de ser parte de la Guardia Civil y les acompañan a su vivienda en Tordesillas, a 42 kilómetros.
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El matrimonio llega a su vivienda creyendo que le acompaña un grupo de la Unidad de Delinciencia Económica y Fiscal (UDEF) de la policía. En la residencia se encuentra la hija del matrimonio que, por algún motivo, sospecha que los individuos que acompañan a sus padres no pertenecen a la policía. La hija solo tiene tiempo de guardarse su teléfono móvil en el pijama cuando los que se reconocen como asaltantes reaccionan.
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