El secreto de los 105 años de Natividad: lechuga y beberse el aderezo para cenar

La abuela de Villabrágima, Natividad Sanabria, ha cumplido este sábado 105 años. La veterana vecina, una de los personas más longevas de la provincia vallisoletana, lamentó «con disgusto» que la epidemia les hubiese obligado a trastocar la jornada al haber tenido que suspender en el último momento la multitudinaria celebración familiar en un restaurante de Rioseco, como ya sucedió en los dos años anteriores (2020 y 2021), esta vez al haber dado positivo en coronavirus algunos familiares de la mujer.

No obstante, Natividad recibió en el amplio patio de la casa de su hija María Jesús, en la que vive, la visita escalonada, también con llamadas y videollamadas, de su más que extensa familia y, en especial, la de sus hijos: Esperanza, Rafaela, Begoña, Natividad, Miguel Ángel, Conchi, Ignacio y la propia María Jesús;la de sus 26 nietos, uno de ellos, Marcos, llegado desde Palma de Mallorca, y de sus 34 bisnietos.

A sus 105 años, Natividad sigue mostrando una elocuencia y sensatez envidiables al asegurar que casi le da apuros el haber llegado a tan longeva edad debido a que, en sus propias palabras, «larga vida, larga cuenta». En un día tan especial, su deseo fue «la felicidad para toda mi familia», pero también «el fin de la pandemia y la salvación del mundo entero, con el final de la guerra». Esto último, quizás, en recuerdo de sus vivencias durante la Guerra Civil, en la que estuvo separada tres años de su marido, Patricio, que falleció en el año 2000 y al que recuerda con mucho cariño.

Al Niño Jesús que tiene en su mesilla le pide todos los días que se acuerde de su familia y «que Dios me coja en buena hora y que me lleve con él cuando quiera», en palabras de Natividad, quien recordó que ha «tenido momentos amargos y felices, con un marido muy bueno y una familia extraordinaria, con diez hijos de los que viven ocho». Su vida discurre con la tranquilidad que da su longevidad, cuyo secreto quizás haya que buscarlo en la ensalada de lechuga que tiene que estar presente todos los días a la hora de la cena, bebiendo al final el aderezo.

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