Corría el año 1979 cuando tres jovencísimos José Luis Rico, Juan Antonio González y Lucas Aguado decidieron presentarse a las alcaldías de sus respectivos pueblos natales: Marzales, Bercero y Roturas. Lo hicieron con el firme convencimiento, y la noble intención, de poder mejorar la vida ... de sus vecinos. Hoy, 44 años y 12 comicios después, ahí siguen aferrados a sus bastones de mando y sentados en sus sillones de alcalde, con la misma ilusión de entonces y el aval que les da la confianza de sus vecinos, que les han vuelto a votar por mayoría. Son alcaldes hasta ahora imbatibles, ya que han ganado por mayoría elección tras elección.
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Coetáneo de estos tres veteranos fue también el recientemente fallecido Faustino González, alcalde de Cuenca de Campos, quien llegó a ser también diputado provincial e impulsó el patrimonio de su pueblo natal. Fue uno de los grandes defensores de Tierra de Campos y su cultura, de la que era un apasionado.
José Luis, Lucas y José Antonio coinciden en que más que un cargo, ser alcalde es una vocación. Una forma de vida basada en mostrar una actitud cercana al ciudadano y a los asuntos que le preocupan. Pero además de estos tres históricos, hay muchos otros alcaldes que viven desde hace décadas entregados a sus pueblos, porque para ellos ser regidores es una forma de vida. Y como ellos, también sus concejales, muchos de los cuales llevan también décadas de callado trabajo al servicio de los demás. «Esto es una labor de equipo», defiende José Luis Álvarez del Caño, alcalde de Wamba, que entró en la política municipal en 1995. «Los unos no somos nada sin los otros», recalca.
Y aunque las mujeres han ido ganado terreno en política, todavía hay barreras invisibles para romper. Lourdes Gómez Cuervo y Amalia Rodríguez Morchón son dos de las que se han empeñado en conseguirlo. Ellas fueron unas pioneras, fueron de las primeras en abrir brecha como alcaldesas de la provincia. Ambas llevan 24 años al mando de sus pueblos, Vega de Valdetronco y Villavieja del Cerro (pedanía de Tordesillas). «Las mujeres aportamos una sensibilidad añadida a las peticiones de los vecinos y nos preocupamos mucho más de la imagen del pueblo y del ayuntamiento», dice Lourdes. «Ahora tengo más ganas que la primera vez, ya que en aquella ocasión tenía mucho miedo. Ahora, en cambio, veo capaz de conseguir lo que sea que necesite mi pueblo», agrega su colega y amiga Amalia.
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He aquí algunos de los regidores más antiguos de la provincia de Valladolid.
José Antonio González González, alcalde de Bercero desde 1979 (PP)
Los comicios de 1979, los primeros de la democracia, fueron claves en el proceso de transición. En algunos municipios como en Bercero, la candidatura a la alcaldía quedó desierta. A José Antonio González, que entonces tenía 29 años, ni se le había pasado por la cabeza dirigir el consistorio de su pueblo. Fue otro veterano alcalde, Aristónico Negro, de Villasexmir, quien le animó a presentarse en una segunda convocatoria, «por el bien del pueblo». «Me apoyé mucho en él, ya que tenía mucha experiencia y me ayudó en unos inicios que no fueron fáciles, puesto que ese año se jubilaron la maestra, el alguacil, el médico y el secretario. Todo cambió de repente en el pueblo. Fue un gran aprendizaje y me sirvió para conocer gente», recuerda.
Reconoce que la política no le interesa «lo más mínimo». Lo que sí le importa es el bien de Bercero y de sus vecinos. «Ya he avisado a los jóvenes de que este será mi último mandato. Hasta ahora no ha querido nadie sustituirme, pero para el siguiente alguien se tendrá que presentar, sí o sí», dice. Aunque a continuación se desdice y matiza «pero si no hay nadie, me tocará seguir».
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Recuerda que cuando tomó el bastón de mando la primera vez «el pueblo no tenía ni un milímetro de hormigón. Todo era barro». Quizá por ello, la pavimentación, algo tan básico hoy y tan inalcanzable entonces, sea su principal logro. También destaca el arreglo de las escuelas y los edificios de la JAL y la construcción de las piscinas. Su forma de gobernar siempre ha sido pensando en el largo plazo. «A pesar de los avances tecnológicos, la burocracia es ahora mucho más complicada que en 1979. Ya estoy jubilado, pero la alcaldía me exige más tiempo que al principio. Nunca he querido apretar a los vecinos con los impuestos y gravámenes. Prefiero que tengan el dinero en su bolsillo, antes de que lo tenga la administración. Por eso quizás he tardado más en hacer las cosas», subraya José Antonio, que también fue diputado provincial de 2011 a 2015.
Siempre ha salido elegido por mayoría. En estas últimas elecciones, ha sacado 5 de 5 concejales. «Estoy muy agradecido por el apoyo que me han dado en estos 44 años los vecinos y mis concejales, algunos de ellos, llevan conmigo 24 años. Siempre he tenido claro que el cargo es temporal, y que si en un momento dado la población quería sustituirme, me iría sin problema. Al fin y al cabo ellos son los que mandan», agradece.
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José Luis Rico Hernández- Alcalde de Marzales desde 1979 (PSOE)
Estaba a punto de cumplir los 25 años cuando José Luis Rico encabezó la lista de aquella legislatura de 1979, con la firme intención de dar un vuelco a su pueblo, en el mejor de los sentidos. Harto de continuos cortes en el suministro de agua y de ver las calles de Marzales totalmente embarradas, emprendió esta aventura política que todavía hoy perdura y que siempre ha revalidado con la mayoría de votos. «Cuando juré el cargo de alcalde, juré también el cargo de alguacil, el de fontanero y el de arregla-todo, ya que me tocó hasta cambiar las lámparas del ayuntamiento», recuerda este veterano regidor.
Le resulta difícil quedarse con uno de los proyectos llevados a cabo a lo largo de estos 44 años al frente del consistorio, ya que todos «están hechos con sentido común, y eso es lo más bonito que hay». Ha remodelado la casa consistorial, ha arreglado la iglesia, ha pavimentado las calles, también las ha alumbrado y las ha dotado de sistemas de agua potable, saneamiento y alcantarillado. «Ha pasado tanto tiempo de aquellas obras, que muchas ya las he repavimentado», dice entre risas. Tanto esfuerzo y dedicación le ha servido para ganarse el cariño y respeto de sus vecinos.
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Lo más difícil del cargo es el tiempo que le ha robado a su mujer y a sus dos hijas, Marta y Patricia, pero reconoce que nunca ha querido tirar la toalla. «Siempre hay algo por hacer en el pueblo y cuando tienes ese gusanillo dentro, es imposible quitártelo. En cada mandato he renovado la ilusión del principio y lo más gratificante es ver la respuesta de los vecinos», comenta José Luis. «Los pilares de mi vida son mi mujer y mis hijas, mi trabajo, del que ya estoy jubilado, y la alcaldía. Y a todos les he sido fiel durante más de 40 años. Soy un hombre de costumbres», remata entre bromas.
Lucas Aguado Fernández - Alcalde de Roturas desde 1979 (PP)
Con apenas 30 habitantes, Roturas es uno de los municipios más pequeños de la provincia. Sin embargo, tienen a su frente un alcalde incombustible que se entrega como si se tratara de una gran población. Lucas Aguado lo tiene muy claro: «Aunque vivamos pocos, el pueblo debe tener unos servicios como Dios manda».
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Tenía 36 años cuando se presentó a las primeras elecciones de la democracia. Lo hizo «porque alguien tenía que hacerlo». Entonces Roturas tenía unos 80 vecinos y numerosos problemas que dificultaban la forma de vida en el pueblo. Entre ellos la red de abastecimiento de agua potable, que era totalmente deficiente. «Fue lo primero que me propuse y lo conseguí. Detrás vino la pavimentación, las farolas, el arreglo de la casa consistorial, que se estaba hundiendo, también el arreglo de la iglesia y de la carretera. Hoy todo lo tenemos en condiciones y en orden», dice orgulloso del trabajo realizado.
Afirma que siempre que se ha presentado como cabeza de lista, 12 veces en total (y las que le quedan), siempre ha sentido la misma ilusión y ganas de hacer. «La responsabilidad de un alcalde es trabajar al máximo por sus vecinos y por su pueblo. Las urnas me han dado una y otra vez la mayoría absoluta y eso es porque he hecho mucho por el bien de todos y la gente lo ha sabido agradecer. La alcaldía me ha dado mucho trabajo, pero también grandes satisfacciones, porque todo el mundo se ha comportado muy bien conmigo. En mi pueblo hay muy buena gente. Los primeros años se hicieron proyectos importantes y ahora que ya lo tengo todo en condiciones, casi no voy a saber ni qué hacer en estos cuatro años, pero seguro que sacamos adelante buenos proyectos», prosigue Lucas, que es agricultor jubilado. «Los vecinos me tienen para lo que necesiten los 365 días del año», se ofrece.
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Fermín Hernández García - Alcalde de Llano de Olmedo desde 1980
«Llevo 43 años de alcalde y lo cierto es que esta vez no pensaba presentarme. En el último momento salió otra candidatura en el pueblo, pero yo no me enteré. De haberlo sabido, me hubiera retirado para dar paso a otros. Mi principal objetivo es evitar que mi pueblo se convierta en pedanía de Olmedo. Cada día es más difícil ser alcalde, porque hay muchas trabas y problemas que solventar. Mi mayor satisfacción en estos años, fue la construcción de las piscinas hace ya 30 años, la pena es que finalmente tuvimos que cerrarlas».
Rufino Hernández Calleja - Alcalde de Nueva Villa de las Torres desde 1987 (PP)
«Tenía seis obras pendientes de realizar por falta de personal y mi ilusión a la hora de presentarme en estas elecciones, era poder terminarlas en estos cuatro años venideros. Mis los vecinos me han dado el apoyo para que lo haga. Es una satisfacción muy grande y seguiré como siempre, disponible las 24 horas del día y los 365 días del año. Todo sea por mi pueblo».
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José Luis Álvarez del Caño - Alcalde de Wamba de 1995-2003 y de 2007 a la actualidad (PP)
«Me satisface que después de tanto tiempo los vecinos sigan confiando en mí. Tenía contemplado el resultado 6-1 como un sueño, y que se haya logrado, es gracias a una labor de equipo. Mis concejales son todos muy jóvenes. Ellos me han contagiado las ganas y la ilusión y yo a ellos la vocación de servicio a los demás».
Alberto de Paz Rueda - Alcalde de Villavicencio de los Caballeros desde 1995 (PSOE)
«Renovar por una octava legislatura significa que a los vecinos les gusta lo que estamos haciendo. El proyecto por el que siento más orgullo es el de la ampliación de la residencia de la tercera edad, que ha sido un gran revulsivo social y laboral para el pueblo y la comarca. Todos estos años he tenido grandes compañeros de corporación. El apoyo de mi teniente alcalde y concejales es fundamental para mí. Sin ellos, nada sería posible».
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Alfonso Centeno Trigos - Alcalde de Olmedo desde enero de 1997 (PP)
«Entré en política con la intención de mejorar el municipio en el que vivía y por el bienestar de mis vecinos. Todos los proyectos que se han llevado a cabo y las mejoras logradas han sido gracias a que tanto los vecinos como los concejales, hemos remado todos en la misma dirección. Alguien tiene que liderar el ayuntamiento pero sin un equipo detrás, sería imposible cualquier mejora. Asumo este mandato como un nuevo reto y con el objetivo de no defraudar a mis paisanos».
Lourdes Gómez Cuervo - Alcaldesa de Vega de Valdetronco desde 1999 (PP)
«Nunca se me han caído los anillos por nada a la hora de pedir por mi pueblo. Me encanta verle bonito, por eso estoy arreglando las aceras con adoquines. Mi gran prioridad es también, el arreglo de la iglesia. El hecho de que después de tantos años me hayan vuelto a votar la mayoría de los vecinos, me llena de alegría y eso me hace seguir trabajando con la misma ilusión del primer día».
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Amalia Rodríguez Morchón - Alcaldesa de Villavieja del Cerro desde 1999 (PP)
«Al principio era reticente a entrar en política. Primero fui concejala y luego me convencieron para ponerme en cabeza y ahí sigo. Me preocupo por mi pueblo y aunque no estuviera en el ayuntamiento, también me preocuparía. Llevar una alcaldía no es sólo arreglar calles, hay que tenerlo todo limpio y bonito. Lo más difícil es que a veces te sientes sola en el cargo».
Alfonso Gordaliza Ramos - Alcalde de Villafrades de Campos desde 1999 (PP)
«A mí no me mueve la política para ser alcalde de mi pueblo. Me mueven los sentimientos y el cariño por mi historia y mis raíces. Mi intención en 1999 era hacer entrar en mi pueblo en el siglo XXI y, a pesar de la despoblación, mantener viva su llama para proyectarlo hacia el futuro. Considero que todos los cargos necesitan un relevo, para aportar otros enfoques y ante cada mandato siempre me he preguntado si era el momento de dejarlo, pero me han animado a seguir y como no había nadie a quien ceder el testigo, aquí sigo, por el amor que siento por mi pueblo».
Santiago Bartolomé Monge - Alcalde de Canillas de Esgueva desde 1999 (PP)
«Mi principal objetivo es evitar que Canillas pase a ser pedanía. Tenemos el pueblo muy bien arreglado y entre los principales proyectos realizados está la creación de un bar social y el arreglo de dos casas municipales para alquiler. Una ya está habitada. Ser alcalde no es complicado. Yo soy autónomo y me da tiempo a todo. Los plenos los hago por la tarde y todo lo firmo telemáticamente. Lo principal es tener un buen secretario. Me siento muy orgulloso de todo el apoyo y de haber sacado los tres concejales».
Víctor David Alonso Monje - Alcalde de Fombellida desde el 2003 (PP)
«Me ofrecieron la oportunidad de presentarme a la alcaldía, me encantó la experiencia, por eso, aquí sigo trabajando en favor de los vecinos de mi pueblo. Estoy muy feliz de que después de tanto tiempo me sigan respaldando, y más con un porcentaje tan alto. Lo cierto es que estamos haciendo actuaciones muy importantes, con grandes inversiones, como la restauración de la iglesia, pero para mí, lo principal es la gran implicación de los vecinos y que mi familia me apoye para que siga al pie del cañón».
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