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En 1972 llegaba al mercado español el Seat 127. Su precio ajustado, su moderno diseño, su elevada agilidad y estabilidad en curva, convirtieron este vehículo ... en uno de los modelos preferidos por las familias españolas. En los diez años que estuvo en el mercado, se fabricaron un total de 1.345.203 unidades. Uno de estos 127 es el que acaban de restaurar Jacob García y David Velasco. Dos amigos de Cigales de 34 años, que comparten desde niños, su pasión por las cuatro ruedas y los motores clásicos. En los próximos días, estos dos mecánicos aficionados, viajarán hasta Marruecos con su coche. Allí participarán en el Rally Maroc Challenge entre el 2 y el 9 de diciembre.
Ambos estudiaron automoción. Jacob trabaja en el departamento de renovado de Michelin. David en el área ingeniería de Fasa-Renault. Y juntos echan muchas horas al día restaurando vehículos para la colección particular de Jacob, que se compone de varios Seat antiguos, concretamente un 850, dos 127 y un 124, totalmente restaurados, además de un 1500 al que todavía tiene que poner a punto. «Desde muy pequeños, nos encantaba desarmar motores. Muchos vecinos nos daban sus coches viejos para que hiciéramos pruebas. Han pasado muchos años pero la pasión por la mecánica, sigue intacta. Somos compañeros de locuras», dice Jacob quien compró su primer clásico con tan solo 18 años. «Yo iba a las concentraciones tunning con mis amigos. Mientras ellos presumían de alerones, de luces leds y de enormes equipos de música, yo iba tan orgulloso con el rugido de mi Seat 850. Muchos se reían y me decían que si le había cogido el coche a mi abuelo, pero a mí me daba igual lo que me dijeran. Yo soy feliz conduciendo lo que muchos llaman chatarra», continúa este joven cigaleño.
Poco antes de la pandemia se hizo con este viejo Seat 127. Llevaba más de 20 años aparcado en una nave. Jacob se hizo con él pensando en utilizarlo como coche donante para otro de sus vehículos de colección. Pronto cambió de idea. «Decidí invertir en piezas para él y tras una puesta a punto, por fin arrancó», relata. Ese fue el punto de partida de su siguiente objetivo, restaurar el coche para llevarlo al Rally Maroc Challenge. «Son incalculables las horas que hemos pasado con este coche», dice David, quien se ha encargado de toda la parte electrónica. «No había precedentes de un Seat 127 adaptado para el desierto. Hemos tenido que buscarnos la vida para que cumpliera con todos los requisitos. Nos ha tocado comprar muchas piezas que luego no nos han servido para nada. Esto ha sido cuestión de prueba-error», añade.
Para que fueran admitidos en el raid marroquí, con este vehículo de 3 puertas, 900 cc y 47 CV, han tenido que modificar el sistema de suspensión y tracción. Han instalado unas ruedas de tacos de gran tamaño, para lo que ha sido necesario recortar parte de la chapa. También han añadido toda la electrónica y un completo sistema de navegación y seguridad. Competirán en categoría Rookie y subcategoría Classic. «Son todos coches pequeños, de más de 30 años. Nuestros principales competidores serán Renault 4L, Fiat Cinquecento, Renault F6, Seat Panda… El nuestro es el coche más antiguo y con menos potencia de todos los que compiten. Es el que tiene el motor más pequeño y por tanto, será un gran reto», dicen estos amigos mecánicos. «Allí tenemos que recorrer 2.000 kilómetros, pero además, tenemos que ir desde Cigales a Almería para coger el Ferry».
David será el copiloto de esta gran aventura. Su misión es encargarse de la navegación para «cuadrar metros» en los way-points y decidir la mejor estrategia para mejorar tramo tras tramo. Necesitará concentración máxima y delegar en Jacob, que será el piloto, toda la parte de control y gestión de la velocidad. «También me tocará empujar», bromea.
Están con los últimos preparativos. De hecho, el maletero ya lo tienen repleto de piezas de repuesto. Para cualquier imprevisto. «Hay equipos con grandes patrocinadores, que llevan asistencia y hasta un camión con todo lo que puedan necesitar. Nosotros no tenemos dinero para un vehículo de apoyo, así que lo llevamos todo en el maletero, aunque tampoco podemos ir demasiado cargados. Sería una faena quedarnos tirados por no llevarnos un repuesto de transmisión, por ejemplo», dice Jacob.
Ésta será su primera experiencia en el desierto y su objetivo es terminar todo el recorrido y traer el coche de vuelta a Cigales. «Hemos invertido todos nuestros ahorros en él. Nos da igual ganar o perder, lo único que queremos es disfrutar y volver con él. No vamos de paseo, vamos a por todas. Le daremos gas e intentaremos conservarle. Todos los días contaremos cómo nos ha ido la ruta a través de las redes sociales (@lanavea122). Se ha creado mucha expectación con nuestro proyecto y queremos compartir nuestras vivencias con todo el mundo», comentan estos cigaleños, que el próximo domingo 27 de noviembre presentarán su vehículo a todos sus vecinos, de los cuales han recibido un gran apoyo. «Estamos muy agradecidos con los patrocinadores. Gracias a sus aportaciones, hemos podido amortiguar un poquito la inversión realizada, pero nos harían falta bastantes más porque el desembolso que hemos hecho, ha sido grande», rematan.
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