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La sangría sanitaria que no cesa en Valladolid
Medio rural

La sangría sanitaria que no cesa en Valladolid

Una provincia cada vez más despoblada afronta la pérdida de servicios médicos en comarcas como la del Esgueva, donde se pasa consulta un día a la semana; en Esguevillas las tarjetas caen de 3.242 a 1.328 en veinte años

Domingo, 26 de septiembre 2021

No, vivir en un pueblo no es todo lo idílico que parece. La zona central de Castilla y León pertenece a la provincia de Valladolid y abarca el campo amarillo de Machado, aquellos páramos y laderas que Delibes describe minuciosamente en sus novelas, esos enjambres de casas de adobe y ladrillo en medio de la nada rodeados de pinares y viñedos con arroyos que atraviesan cebada y maizales. Paisajes castellanos que no tienen la vida que tuvieron y cuya sangría poblacional y asistencial es cada vez más acusada.

La romantización de la vida rural se aleja de una realidad en la que tener a mano los servicios necesarios se antoja cada vez más complicado. El día a día está repleto de actividades que requieren el uso de servicios, instalaciones e infraestructuras con las que no cuentan muchos de los 224 pueblos, excluyendo la capital, que forman la provincia de Valladolid. El contacto directo con la naturaleza, respirar aire puro y la tranquilidad que supone residir en estas localidades pasa a un indeseado segundo plano por la falta de oportunidades e infraestructuras.

Vídeo. Rodrigo Ucero

La sanidad y, más especialmente, la atención primaria, permanecieron sepultadas entre las colinas con la irrupción de la pandemia, donde los vecinos apenas pudieron ser atendidos de sus patologías y dolencias. Los municipios más pequeños de la provincia carecen de consulta médica diaria y sus vecinos deben estar pendientes del día de la visita para renovar sus recetas o acudir al médico. Además, la obligatoriedad de pedir cita previa por teléfono es una dificultad añadida para los residentes, en su mayoría personas mayores. En los pueblos del Valle del Esgueva, si los habitantes tienen una urgencia deben acudir al Centro de Salud de Esguevillas de Esgueva, inaugurado en 2017 y que presta servicio a usuarios de Amusquillo, Canillas de Esgueva, Castrillo Tejeriego, Castroverde de Cerrato, Encinas de Esgueva, Fombellida, Olmos de Esgueva, Piña de Esgueva, Villafuerte de Esgueva, Torre de Esgueva, Villaco y Villanueva de los Infantes.

¿Cómo es vivir en un pueblo de Valladolid?

El Norte abordará durante los próximos siete días la complejidad de vivir en la Castilla rural, donde la despoblación es el enemigo común a combatir, aunque la acusada pérdida de servicios no facilita la batalla. La serie refleja no solo lo que supone –en la práctica– carecer de médico, farmacia, misa, bares, tiendas, coches de línea, bancos o colegio, sino la dimensión que adquiere para sus vecinos la desaparición progresiva de servicios, lo que les limita y aísla aún más. Viven con una sensación continua de espera, de que alguien se asentará en sus pueblos, aunque estos carezcan de una red mínima de asistencia.

El primero de los municipios, llegando desde Valladolid es Villanueva de los Infantes. Con 107 vecinos censados y 61 cartillas activas, reciben una visita médica semanal. El día que tiene asignado para acudir al consultorio situado en el ayuntamiento es el miércoles a las doce de la mañana. «Depende de los pacientes que tenga esa jornada estoy más o menos tiempo, pero suelo atender a seis o siete vecinos en cada visita semanal», explica Irene Repiso, médica del consultorio. Su labor en Villanueva se turna con la que realiza en los demás pueblos que dependen del Centro de Salud de Esguevillas de Esgueva. «Siempre hay un médico en Esguevillas y los otros tres nos vamos moviendo por los pueblos», precisa. El trabajo de estos sanitarios se rige por la Ley 8/2010, de 30 de agosto, de ordenación del sistema de salud de Castilla y León. Norma que marca el reglamento de actuación de la atención primaria en las diferentes zonas básicas de salud y los días pautados de consulta presencial en los consultorios de cada municipio que no cuente con un Centro de Salud propio.

Una visita semanal

El único día pautado para la consulta presencial en Villanueva de los Infantes es «insuficiente» para su alcalde, Jesús Palomo, quien lamenta que el consultorio haya permanecido cerrado por la pandemia desde el 17 de marzo de 2020 hasta hace apenas dos meses «porque hay vecinos que tienen patologías y han tenido que desplazarse hasta Esguevillas». A su juicio, «lo idóneo sería que el médico fuese dos días por semana, como hacía antes, para atender a los pacientes que lo necesiten».

La doctora Irene Repiso atiende en Villanueva de los Infantes a Santiago Maroto, quien padece una patología cardíaca. En la imagen vertical, Juan Baruque accede al consultorio de Villanueva. Carlos Espeso Jimenez
Imagen principal - La doctora Irene Repiso atiende en Villanueva de los Infantes a Santiago Maroto, quien padece una patología cardíaca. En la imagen vertical, Juan Baruque accede al consultorio de Villanueva.
Imagen secundaria 1 - La doctora Irene Repiso atiende en Villanueva de los Infantes a Santiago Maroto, quien padece una patología cardíaca. En la imagen vertical, Juan Baruque accede al consultorio de Villanueva.
Imagen secundaria 2 - La doctora Irene Repiso atiende en Villanueva de los Infantes a Santiago Maroto, quien padece una patología cardíaca. En la imagen vertical, Juan Baruque accede al consultorio de Villanueva.

Opinión que comparten varios vecinos del municipio que cada miércoles esperan en la puerta del Ayuntamiento para acceder a la consulta para recoger recetas o para una revisión rutinaria. Para ser atendidos por el médico han de llamar por teléfono y un operador les indica la hora de la consulta para el miércoles siguiente. Este método de citación es «complejo» de seguir para muchos vecinos, que no cuentan con los conocimientos tecnológicos para dicha labor y dependen de la ayuda de familiares o vecinos más jóvenes para realizarla. «Para que me vea el médico tengo que llamar al teléfono y que me digan cuándo puedo ir, porque como solo viene un día hay veces que queremos acudir a consulta demasiados. Aunque venga solo un día, siempre nos atienden a todos muy bien, eso sí», precisa Santiago Maroto, vecino de Villanueva de los Infantes. Él, como varios residentes del municipio, padece una dolencia crónica para la que necesita atención continuada. «Soy mayor y tengo una operación en el corazón por la que me tiene que ver el doctor todas las semanas, pero si me pasa algo cuando no está el médico en el pueblo, ¿qué hago, me muero en casa?», se pregunta. Con el carnet de conducir todavía vigente, Santiago se muestra «preocupado» por el momento en el que se lo quiten. Ahora va con su coche a Esguevillas, a 20 kilómetros, pero el día que no le permitan seguir conduciendo desconoce qué será de él. Necesita la supervisión de un médico una vez a la semana y dependerá de alguien que le lleve hasta Esguevillas. «Mi sobrino puede acompañarme, pero si alguna semana no está, no sé qué va a ser de mí», lamenta.

Los datos

  • 99 empadronados tenía Villanueva de los Infantes en el año 2020, según datos del INE.

  • Dónde está. Se ubica entre Villavaquerín y Esguevillas de Esgueva; está a 27 kilómetros de Valladolid capital.

  • Algunos servicios. El municipio no cuenta con tienda ni farmacia y tampoco tiene cajero automático, pero sí dispone de instalaciones de bar y consultorio médico un día a la semana.

A paso lento pero decidido se aproxima a la plaza del pueblo Juan Baruque quien, a sus 90 años, acude al médico para recoger unas recetas. Comparte opinión con su vecino y prefería los dos días de visita médica que tenían antes. «También era mejor con horas fijas porque ahora hay que pedir cita por teléfono, que no es difícil, pero es un esfuerzo añadido a nuestra edad», precisa. Sin carnet de conducir vigente, son sus familiares los encargados de llevarle a Esguevillas cuando tiene una urgencia.

Menos tarjetas sanitarias

A 26 kilómetros del municipio se encuentra Torre de Esgueva. Su consultorio también depende del Centro de Salud de Esguevillas de Esgueva y sus 71 vecinos están «contentos» con la visita del médico una vez por semana, aunque preferirían que acudiese más a menudo. «Casi no lo uso, pero hay gente que sí y un día a la semana puede ser poco para ellos. Además, no tengo coche y cuando tenemos alguna urgencia nos toca llamar a la ambulancia y que nos lleve a Esguevillas», manifiesta Celedonio Carrión, de 76 años y vecino de la localidad. Comparte la opinión Salomé Escudero, que explica que «cuando nos pasa algo y no coincide con el día que está aquí el médico dependemos de nuestros familiares para que nos lleven al Centro de Salud y es un incordio para ellos».

La Zona Básica de Salud de Esguevillas de Esgueva contaba con 3.242 tarjetas sanitarias individuales hace solo veinte años; ahora hay 1.328

El paso del tiempo también ha restado habitantes a unos municipios que sufren la pérdida de empadronados desde hace décadas. Los años sesenta estuvieron marcados por un descenso poblacional y desde entonces la situación apenas ha mejorado. Todo lo que antaño abundaba ahora va perdiendo presencia y, de continuar así, caerá en el olvido y la desaparición. Con la pérdida de habitantes caen, al mismo ritmo, las tarjetas sanitarias dadas de alta en las zonas básicas de salud. Así, a principios de siglo, la zona de Esguevillas de Esgueva contaba con 3.242, mientras que la cifra ofrecida por Sanidad del año 2020 refleja un notorio descenso, con 1.328 tarjetas activas.

Las frases

«Hay vecinos que tienen que desplazarse 20 kilómetros. Lo idóneo sería que viniese dos días»
Jesús Palomo, alcalde de Villanueva

«Hay vecinos que tienen que desplazarse 20 kilómetros. Lo idóneo sería que viniese dos días»

«Los días de visita a cada pueblo los marca la ley y nosotros solo podemos repartirnos y cumplirla a rajatabla»
Irene Repiso, médico rural

«Los días de visita a cada pueblo los marca la ley y nosotros solo podemos repartirnos y cumplirla a rajatabla»

«Si algún día me pasa algo, ¿qué hago? ¿Me muero en mi casa sin que nadie pueda ayudarme?»
Santiago Maroto, vecino de Villanueva

«Si algún día me pasa algo, ¿qué hago? ¿Me muero en mi casa sin que nadie pueda ayudarme?»

«Era mejor cuando venía dos veces por semana. No tengo carné y dependo de mis hijos»
Juan Baruque, vecino de Villanueva

«Era mejor cuando venía dos veces por semana. No tengo carné y dependo de mis hijos»

«Cuando nos pasa algo y no coincide con el día que está el médico necesitamos a nuestros familiares para llevarnos»
Salomé Escudero, vecina de Torre

«Cuando nos pasa algo y no coincide con el día que está el médico necesitamos a nuestros familiares para llevarnos»

«No tengo coche y cuando nos pasa algo tenemos que llamar a la ambulancia para que nos traslade hasta allí»
Celedonio Carrión, vecino de Torre

«No tengo coche y cuando nos pasa algo tenemos que llamar a la ambulancia para que nos traslade hasta allí»

De esta situación surgen quejas vecinales y los residentes de estos municipios ven «pobre» el servicio médico y demandan que «se ajuste a las necesidades reales de la zona».

Este árido territorio se marchita aún más con la sangría sanitaria, que se suma a la de otros servicios públicos y cuyas esperanzas se diluyen en «promesas incumplidas». Los pocos habitantes que quedan en los pueblos más remotos viven con «temor» la pérdida de prestaciones y la posibilidad de que desemboque en la desaparición paulatina de sus municipios.

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