Una ruta trashumante reclama mejoras en la señalización y limpieza de las cañadas de Castilla y León

El destino es el puerto de montaña de Las Pintas, en Salamón, Crémenes (León), cuya llegada está prevista a mediados de junio y donde permanecerá hasta finales del otoño. El objetivo de esta acción, organizada por el Grupo Operativo Ovinnova, es visibilizar la milenaria tradición de la trashumancia, en riesgo de desaparición.

Este fin de semana, numerosos badajos y cencerros han puesto banda sonora al pueblo de Torrelobatón, donde recaló el rebaño tras realizar 18 kilómetros en esa jornada. El primer hito del rebaño en Castilla y León fue en Ramacastañas (Ávila), desde donde partieron hacia Arévalo y Medina del Campo. Cruzaron el Duero en Tordesillas hasta llegar el sábado a Torrelobatón. Tras una breve parada para el descanso del rebaño, continuaron por la cañada en dirección Medina de Rioseco y Mayorga hasta llegar al Puente Villarente sobre el río Porma. El final del trayecto serán los puertos de montaña de Crémenes, a los pies del Parque Regional Montaña de Riaño y Mampodre, donde permanecerán hasta el otoño.

A Francisco Morgado le acompañan en esta aventura su hermano José y un grupo de voluntarios alemanes y canadienses, apasionados de la ganadería extensiva y la trashumancia. «Queríamos cumplir el recorrido en 33 jornadas, pero al final llegaremos en 35 porque las ovejas han sufrido mucho desgaste en las pezuñas. Además, nos hemos encontrado muchísimas dificultades en algunos tramos, donde la cañada tiene pocos metros de anchura porque ha sido comida por la carretera y los agricultores. Esos tramos están repletos de retama y maleza, que los hacen prácticamente intransitables. Son vías estatales y deberían estar mucho más cuidadas. Otra de nuestras reivindicaciones es la señalización. En Extremadura las vías pecuarias están todas señalizadas, sin embargo, en Castilla y León no hay ningún poste o hito marcando el camino. Llevamos mapas, pero tenemos que guiarnos casi por la intuición. El viaje así, se hace muy difícil», lamenta José Morgado.

«Los machos los transportamos en camión, para que cubran a las ovejas en León y así puedan parir otra vez en Extremadura. Todavía no sabemos si el viaje de vuelta lo haremos también andando», añade este experimentado pastor.

El rebaño atrajo a numerosos vecinos y curiosos que se acercaron a inmortalizar su llegada a Torrelobatón. Entre ellos estaba también Natividad Casares, alcaldesa del municipio, quien destacó la importancia histórica que la trashumancia ha tenido en la comarca. «Éste era el paso obligado para ir desde Medina de Rioseco al mercado de Medina del Campo. La que atraviesa Torrelobatón es una Cañada Real y para pasar la lana, era obligatorio pagar los diezmos», destacó Casares.