Los roscones vallisoletanos que endulzan el Día de Reyes

Fundada en 1950, la Panadería Leovigildo Fernández de Villabáñez es un clásico para el Día de Reyes. Su esponjosidad los hace irresistibles. «Llevamos unos treinta años elaborando roscones», detalla Maite Fernández, socia del establecimiento. Sus métodos de elaboración artesanales, «como tradicionalmente se hacían antes», puntúa, y el uso de materias primas, los hacen únicos.

«Son procesos de elaboración y fermentaciones muy largas. Además, seleccionamos materias de primera calidad», asegura Maite. En esta pequeña localidad vallisoletana los venden sin relleno, con nata y con crema. «No hacemos mixtos ni de trufa porque no podemos hacer más», cerciora. Y es que, llegan a vender en torno a 6.500 unidades cada año. Eso sí, se pueden adquirir tanto en Nochebuena, Nochevieja, Reyes, el Día del Padre y el Día de la Madre.

Todo comenzó por dar continuidad a una tradicional familiar, siendo ellos mismos la tercera generación de pasteleros y panaderos, y a día de hoy ya son treinta y ocho los años que llevan en activo. La Pastelería Menta y Chocolate de Tudela de Duero lleva casi cuatro décadas elaborando roscones por el Día de Reyes. Su elaboración es «totalmente artesanal desde el inicio», detalla el chef José Antonio Villegas, y no lleva ni colorantes, ni conservantes ni aditivos.

Es más, sus clientes llevan a sus casas los dulces recién hechos; un aspecto que «marca la diferencia», puntúa Villegas. «Hacemos jornadas de trabajo bastante largas, prácticamente el día entero porque los hacemos y cocemos en el día», asegura. Siempre empleando los mejores ingredientes; sobre todo, «las mejores harinas y el mejor agua de azahar», expresa. De esta manera, llegan a vender hasta 2.200 ejemplares cada temporada de nata, crema y trufa.

En el 2028 cumplirán su primer centenario en Medina del Campo. La Pastelería Burgueño lleva más de noventa y siete años al pie del cañón en la villa y siendo también un clásico en esta época estival. Sus roscones de Reyes de sabores clásicos como nata y crema son una delicia para el paladar durante las navidades. «Seguimos la tradición de mis abuelos y la misma fórmula que elaboraban ellos», asegura Maite Burgueño, propietaria del establecimiento. En su caso, tan solo los venden los días 4, 5 y 6 de enero. Si bien, durante estos tres días llegan a despachar en torno a 250 unidades.

Los roscones de Reyes de Zaratán se elaboran en realidad en Pedrajas de San Esteban artesanalmente por «nuestro panadero y pastelero en La Gallega». «Hechos con mantequilla 100% natural, cada roscón destaca por su textura suave y esponjosa, decorado con frutas confitadas y virutas de chocolate que aportan un toque único», explican desde Pan y Pastel.

La variedad forma parte de este dulce típico en la noche de Reyes. En Pan y Pastel tienen opciones para todos los gustos: relleno de nata, trufa, crema o vacío.

El monasterio de Santa Isabel de Hungría, en la capital, suele registrar largas colas en estas fechas tan señaladas para hacerse con uno de sus roscones. El secreto radica en la esponjosidad y jugosidad del bollo, así como en la calidad de las materias primas y en la calidez en el proceso de elaboración.

El presidente de la Asociación Provincial de Confiteros, Ángel Mesonero, de repostería Vitín, señalaba estos días en Radio Valladolid que cada vez se adelanta más tanto la preparación como la venta de los dulces navideños, incluido el roscón, «que sigue manteniendo el liderazgo, aunque cada vez se nota más la presencia del panettone». Mesonero indicó en esa entrevista que en su obrador se hornean en estas fechas más de mil trescientos roscones y que los preferidos son los rellenos de nata, , aunque también hay muchos consumidores clásicos que lo compran vacío, así como los que se atreven con los rellenos de crema o trufa. «Incluso de cabello de angel, para intolerantes a la lactosa».