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El director técnico de la Bodega Marqués de Riscal, Luis Hurtado de Amézaga, durante la ponencia. Carlos Espeso
Los retos de la viticultura se centran en el cambio climático y la resiliencia del viñedo

Los retos de la viticultura se centran en el cambio climático y la resiliencia del viñedo

Luis Hurtado de Amézaga, director técnico de la Bodega Marqués de Riscal, realiza un recorrido por la historia de la bodega que nació en 1858

Jueves, 25 de mayo 2023, 00:12

Es la bodega más antigua de Álava y tiene su origen y sede en la localidad Elciego, en La Rioja Alavesa. Las Bodegas Marqués de Riscal son todo un referente en el mundo vinícola con más de 160 años de historia y crecimiento «viviendo por y para el vino», señala Luis Hurtado de Amézaga, director técnico de la Bodega Marqués de Riscal y encargado de guiar la cata que ha tenido lugar en el Club de Campo La Galera.

Con raíces en los viñedos de Rioja, su continua e imparable evolución ha obligado a la bodega a situarse en distintas regiones y denominaciones de la geografía española. Denominación de Origen Calificada Rioja y Denominación de Origen Rueda son su especialidad, aunque Marqués de Riscal cuenta actualmente con 198 hectáreas de viñedo en los términos de Toro y San Román de Hornija, pertenecientes ambos a la Denominación de Origen Toro.

Luis Hurtado de Amézaga se dirige a los asistentes. Carlos Espeso

Su historia comienza a escribirse en 1858 cuando se construye la bodega Marqués de Riscal en Elciego (Álava). No es hasta cuatro años después cuando los primeros vinos de la bodega comienzan a ser embotellados y en 1972 comienza la producción de los primeros vinos Marqués de Riscal en Rueda. Uno de sus hitos históricos llega de la mano de Barón de Chirel, su primer vino de autor en 1986. «A lo largo de su historia, Marqués de Riscal ha sido siempre una bodega innovadora pionera y de referencia en un sector vitivinícola en continua transformación», explica Luis Hurtado de Amézaga.

«Exportamos a más de 110 países. Nos hemos convertido en una marca global que nos ha permitido dar a conocer Rueda en el mundo. La inercia de venta de los vinos de Rioja han conseguido poner Rueda en boca de todos», presume Hurtado de Amézaga, en referencia a sus dos denominaciones de origen.

Uno de los grandes problemas que ha abordado durante la presentación inicial del evento, que lleva por título 'Los retos de la viticultura del futuro', ha sido el cambio climático «que se siente en nuestras cosechas más que nunca» y la resiliencia del viñedo para «conseguir que vivan el mayor número de años posible».

«La viña es un cultivo de secano, pero vamos a tener que hacer mucho de cara al futuro si queremos conservarlas en buen estado. Las viñas viejas si están bien cuidadas y mantenidas dan una producción muy buena. El reto es conseguir que el viñedo viva los más años posibles y sea resiliente pese al cambio climático. El cultivo ecológico es la mejor forma de apartarse, junto con la vinicultura regenerativa para regenerar los suelos», argumenta Luis Hurtado de Amézaga, director técnico de las Bodegas Marqués de Riscal.

Es por ello que desde 2019, Marqués de Riscal tiene 330 hectáreas de viñedos ecológicos propios en Rueda, 260 hectáreas de verdejo y 70 de Sauvignon Blanc de más de 30 años. «Con este tipo de proceso de producción los vinos están totalmente libres de restos de pesticidas. Reflejan mejor el carácter del terruño y tienen una pureza varietal mucho mayor», apunta el director técnico.

Recorrido por las etiquetas más valoradas de Marqués de Riscal con novedades inéditas

Trece grandes etiquetas, algunas de ellas con diferencias de añadas y otras con un sabor con seña de identidad propia de Marqués de Riscal, han sido las protagonistas de la cata que ha presentado en el Club de Campo la Galera la bodega más antigua de Álava. Bajo la atenta mirada y el sofisticado paladar de todos los presentes, Luis Hurtado de Amézaga, director técnico de la Bodega Marqués de Riscal y encargado de guiar la cata, ha iniciado por una selección de sus mejores verdejos. El primero en inaugurar la cata ha sido el verdejo Finca Montico 2022, con D.O. Rueda con una crianza de mínimo 3 meses sobre lías finas, en depósito de acero inoxidable y en fudre de roble francés. Seguidamente ha llegado el turno de Limousin 2022 con una crianza de seis meses en barricas y fudres de roble francés. Un vino que en boca resulta untuoso con cierto gusto a fruto secos y notas de madera tostada. Barón de Chirel Verdejo Viñas Centenarias ha sido el verdejo elegido con dos añadas, de 2015 y 2021. Un vino que tiene una boca densa, larga y sabrosa con una acidez natural gracias a la altitud de las fincas ubicadas a 900 metros de altura que asegura a la botella una buena evolución. Las Bodegas Marqués de Riscal han aprovechado la ocasión para presentar su próximo lanzamiento de un vino rosado enmarcado en sus tan característicos vinos XR. XR Rosé Marqués de Riscal 2022 tiene una variedad de la uva garnacha y viura que deja entrever un color asalmonado brillante. En boca resulta fresco, elegante y equilibrado con una acidez correcta y una ligereza óptima en su estructura. Llegado el turno de los vinos tintos, la cata ha inaugurado el color granate característico con su reserva XR de 17 meses en barrica de roble americano. Los asistentes han podido probar dos añadas, una de 2017 y otra de 2019, con el propósito de «analizar cómo se aprecian matices diferentes de una añada a otra», apunta el director técnico de las bodegas. El turno del Gran Reserva de 2017 con una crianza de 26 meses en barrida de roble francés ha despertado gran interés entre los presentes confirmando que es uno de los vinos eternos del botellero de Marqués de Riscal. Barón de Chirel y Frank Gehry Selection, el primero de ellos de 2010 y 2017 y el segundo de 2001 y 2019, han sido las cuatro últimas copas antes del broche de oro que ha coronado la cata. Barón de Chirel, una de las insignias de la bodega presenta una textura sedosa que parece no finalizar nunca con un toque a fruta y flores azules. Por su parte, Frank Gehry Selection es un vino muy cubierto, prácticamente casi opaco sin apena síntomas de evolución. Con una estructura potente y una sensación fresca en boca. El final de la cata ha estado protagonizado por un Marqués de Riscal que habla por si solo al conocer su nombre: 1956. Con un color intenso, sin ser recargado, muestra atinadamente la lección de cara clásica del rioja. El vino discurre desde delicada acidez suavizando el vacío y llenándolo del sutil tanino.

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