Valladolid

El repicar de campanas que garantiza un año más de vida

Como es costumbre, los vecinos se reunieron en el bar antes de que, los más valientes, desafiando las bajas temperaturas y bien abrigados, subieran por una empinada escalera a la torre de la iglesia. El veterano Félix Fernández, con 81 años de edad, volvió a oficiar de maestro de la tradición e inició el repique de las campanas con unos toques característicos que, una y otra, recordaban el conjuro. «Tente nube, tente tú, que solo Dios puede más que tú, si eres lluvia, ven acá, si eres piedra, tente allá». Más tarde, otros vecinos se animaron a tocar las campanas, como el cronista local, Miguel Ángel Cañibano, con gran emoción por el reciente fallecimiento de su madre, Raimunda, recordando sus tiempos de infancia «cuando era todo un espectáculo oír las campanas ese día, y Lucinio, Boni y otros más hacían verdadera música con ellas». Además, explicó que «con este toque de campanas, santa Brígida nos protegerá todo el año de las tormentas de pedrisco, aunque éste no es el único santo protector de Santa Eufemia, pues por sendos votos de villa encomendamos a santa Bárbara que nos protegiera de las riadas, tan frecuentes en nuestro pueblo, y a san Gregorio que nos protegiera de las plagas de insectos», porque «nosotros celebramos sus fiestas y ellos nos amparan, esta es nuestra creencia y tradición».

No faltó a participar en la tradición la vecina Nuria Santos, aunque con gran emoción al pensar que era la primera vez que su padre, Silvestre, no estaba escuchando las campanas desde la casa familiar, al fallecer en julio de 2023. Una tristeza que se unía al saber que al día siguiente no le iba a poder preguntar por cómo se había desarrollado la tradición, ni a poder contar cosas que «igual ya me las había contado muchas veces, pero que las seguía contando como si fuera la primera vez».

A pesar de la creencia de no morirse en el año si se oyen las campanas, para Santa Eufemia ha ido un año aciago, ya que, desde el último día de enero de 2023, han fallecido los veteranos vecinos Casto, Julia Francisca, Julio (que vivía en Quintanilla del Monte), Encarna, Julianita, Silvestre, Andrés, Raimunda y Víctor. Por eso, el encuentro tiene que ser la ocasión de recordar a todos ellos como «personas muy importantes en nuestras vidas», en palabras de Nuria Santos, aunque también asegurando que también tiene que servir «para disfrutar de los que sí están».

Por su parte, la teniente de alcalde, Lydia Uña, destacó la importancia de no perder las tradiciones, porque de ellos nos vamos a encargar mientras podamos», a la vez que añadió que «es un motivo de encuentro, pero también para que vengan todos los que sienten el pueblo». En este sentido aseguró que «siempre hay que buscar buenos motivos para reunirnos, para hacer grupo».

Mientras las campanas sonaban con el toque automático de Santa Brígida (instalado desde el año pasado cuando se restauraron), la velada finalizaba en el bar del pueblo, en ambiente festivo, con una invitación por parte del Ayuntamiento a degustar sabrosas viandas para reponerse de los fríos de la torre, quizás muchos con el pensamiento de, por lo menos, no morirse ya ese año.