Renedo de Esgueva: lugar de singularidad patrimonial

Renedo de Esgueva ha sabido conservar su identidad patrimonial y sus peculiares tradiciones para convertirse en una localidad que, a diferencia de muchos otros pueblos que luchan contra la despoblación, no para de crecer con el paso de los años.

Muy ligado al mundo vinícola –cuenta con varias bodegas– su cercanía a la capital y la marcada presencia de población joven hacen de este pueblo, que descansa junto al Esgueva, una joya desconocida para muchos. Pese a no tener una historia tan marcada como pudieran poseer otras localidades, Renedo de Esgueva albergó encuentros históricos de gran importancia, como el que tuvo lugar en 1506, cuando se reunió Fernando el Católico con su yerno Felipe el Hermoso, con el fin de apaciguar sus discordias.

Un crucero de piedra nos da la bienvenida desde Valladolid, en la zona en la que estaba ubicada la ermita del Cristo de la Vera Cruz, más conocido por los vecinos como el 'Cristo del Racimo'.

Aunque hoy en día no hay restos, en lo que llaman la zona del castillo se levantó hace siglos una iglesia en honor a San Cipriano, mandada construir por la reina Doña Sancha.

Renedo de Esgueva fue lugar de nacimiento de gente notable como el obispo de Sigüenza, Don Fray José García, quien ordenó edificar la iglesia de la que presume el municipio, dedicada a la Inmaculada Concepción (pese a que la patrona de la localidad es Santa Isabel). Comenzó a construirse a finales de 1735, y apenas tres años más tarde se inauguró este templo levantado en ladrillo y piedra de estilo barroco, que es considerado una de las mejores construcciones de la región.

Aunque en 1891 un incendio arrasó el interior del templo, y quemó el altar, los retablos y la rica ornamentación que se construyó en su interior, hace apenas ocho años se instaló un retablo y una talla de la Inmaculada del siglo XVII, que demuestra el interés de los renedienses por mantener vivo su patrimonio y seguir formando parte de la historia.

Las ruinas de la finca de los Power –reconvertida en parque de ocio por la Diputación– son uno de los elementos más representativos de la localidad. En los felices años veinte, la adinerada familia vizcaína de origen irlandés mandó construir al arquitecto Manuel María Smith la mansión que deslumbró a las altas esferas de la sociedad vallisoletana de la época. Sus vidrieras, tapices, lienzos y salones son hoy parte de la memoria histórica del pueblo pero su peculiar portalada nobiliaria sigue dando cada día la bienvenida al centro neurálgico del ocio familiar, el Valle de los Seis Sentidos.

De obligada visita durante las fiestas de 'El Guindo' -declaradas de Interés Turístico Provincial- Renedo de Esgueva se llena de esplendor con una procesión en la que los jóvenes del pueblo exhiben por las calles una rama de guindo adornada junto a la Virgen de la Inmaculada.