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Fin a los viajes por carretera para ir de Salamanca a Valladolid. Este miércoles, 28 de junio, está previsto abrir al tráfico el tramo de la A-62 que ha estado en obras menos de dos meses, pero que se estrena para entrar en servicio antes de la primera gran operación de tráfico del verano, prevista para este 30 de junio. Así lo han confirmado fuentes de la subdelegación, que explican que faltan remates, pero que ya se puede circular, según informa Salamancahoy.
La vuelta de los coches al trayecto entre Salamanca y Valladolid pone fin a varios años de incomodidades por las obras, pero permite estrenar nuevo asfalto y mejorar la comodidad del viaje, al menos, en lo que se refiere al trayecto principal dentro de la provincia y hasta que se acometan las obras de mejora previstas en el paso por Simancas. La A-62 se despide así de años de baches y gravilla suelta, que obligaron a instalar señales de aviso y de reducción de velocidad, además de provocar una epidemia de roturas de luna por los 'chinazos' de la calzada.
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Según las fuentes consultadas, está previsto pasar el tráfico que utiliza la N-620 dirección Valladolid a la autovía A-62 a lo largo del miércoles 28 de junio, por tanto antes de la operación salida del 30 de junio, el primer gran desplazamiento del verano.
La obra ha afectado a un tramo de 30 kilómetros entre la conexión pasado el polígono de Villares de la Reina en el kilómetro 205 y el límite provincial con Zamora en el kilómetro 235, en dirección Valladolid. Es el mismo tramo que se ejecutó a finales del año pasado, pero en dirección Salamanca.
En aquella primera fase, durante los meses de octubre y noviembre del año pasado, se ejecutó la mejora del firme de la calzada derecha en sentido Portugal. Esos dos carriles ya se abrieron al tráfico con una considerable mejora en la comodidad y rumorosidad del viaje.
Mientras han durado las obras, se habilitaron desvíos entre la salida de Villares y ha sido obligatorio circular por la N-620 hasta el municipio zamorano de Cañizal, algo más de treinta kilómetros por la antigua nacional. El cambio ha prolongado el viaje y, en función del tráfico, se invertían muchos más minutos por la menor velocidad permitida y por la intensidad de circulación y la presencia de vehículos pesados.
Eso ha supuesto una gran incomodidad y mayor riesgo, ya que la nacional no está en condiciones de soportar el intenso tráfico de la autovía. Además, durante unos días esta obra convivió con otra en la A-62, pero ya en la provincia de Valladolid, de otros 18 kilómetros. En total, 48 kilómetros de cortes y desvíos, casi la mitad del trayecto, que de poco más de una hora se prolongaba por encima de la hora y media.
Las obras han consistido en la eliminación de las capas superiores del firme deteriorado y su sustitución por nuevas capas de mezclas asfálticas, además de la reposición de juntas de dilatación de estructuras y el repintado de las marcas viales. Sin embargo, no están completamente finalizadas.
A la obra le faltarán ramales de enlaces que no se pueden hacer hasta que el tráfico vuelva a la autovía, por lo que finalizará previsiblemente en la primera o segunda semana de julio. También hay que hacer remates de pintura, balizamiento, juntas de dilatación de estructuras y pequeñas reparaciones para acabarla al 100%, pero lo mejor es que ya se puede volver a circular por la autovía.
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