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Los quintos de Villabrágima del presente año –Elena Herrero, Lucía Martínez, Lucía Miró, Aimar Chaparro, Rafael Villa, Alan León, Guillermo Carro , Rubén Ramos, Víctor Hernández, Lydia Pérez, Álvaro Herrero, Alfonso Villarragut, Paula de la Posada, Támara Alfageme, Sandra Martín, Sofía Caballero, Alba García, Fernando Pardo y María Hernández– han hecho realidad a medianoche un momento que llevaban esperando mucho tiempo al ser los protagonistas de la tradición de plantar el mayo, con la que la localidad inició las fiestas de la Santa Cruz. La luvia no ha impedido que los quintos planten el mayo.
La actividad comenzaba por la mañana cuando el grupo de jóvenes que cumplen 18 años durante 2024 fueron repartiendo pastas a los vecinos, que también ofrecieron, en medio de canciones, a los conductores de los coches que pasaban por la carretera que cruza el pueblo. No faltaron tampoco las tradicionales pintadas en las que, junto a las palabras quintos 2024, se rotularon los nombres de cada uno de los jóvenes. La quinta Sofía Caballero, que en el pasado año tuvo el honor de ser la reina de las fiestas, expresó su gran ilusión y emoción «porque lo ves desde que eres pequeña y cuando cumples 18 años te hace mucha ilusión ser la protagonista, subir el mayor, correr las cintas, ir a las vacas, porque es algo que llevas esperando toda la vida».
Al mediodía, los quintos celebraron en el bar Chule un refresco popular al que invitaron a todos los vecinos, antes de que a primera hora de la tarde se dirigieran con hachas y sogas a la vega de río Sequillo para cortar un gran chopo que transportaron en dos grandes ruedas hasta la plaza del pueblo, donde lo aparcaron para iniciar un recorrido por los bares al son de las músicas de la charanga La Nota y con el acompañamiento de muchos vecinos en un gran ambiente festivo. Sobre la medianoche, el mayo fue trasladado hasta las cercanías del polideportivo, donde, con la ayuda de sogas y la fuerza de otros vecinos, los quintos, tras enterrar su base en un hoyo, lograron levantar el mayo hasta conseguir su verticalidad y sujeción, ante las miradas y aplausos de cientos de vecinos y visitantes. Más tarde, los propios quintos, como protagonistas del inicio de las fiestas, fueron los encargados de realizar el chupinazo desde el balcón del sindicato, dando pasa a la discomovida Sonido Benavente, en su honor.
Reencuentro
El veterano etnógrafo e historiador de la localidad Modesto Martín Cebrián expresó que «aunque la mili y las talladas ya son cosa del pasado, en Villabrágima la tradición de la fiesta de los quintos sigue más viva que nunca. Los chicos y chicas que cumplen 18 años se reúnen para revivir esta arraigada costumbre que trasciende generaciones». Para Martín Cebrián, la fiesta de los quintos no solo es una oportunidad para celebrar y recordar, sino también para el reencuentro de amigos y para que aquellos que viven fuera regresen a Villabrágima y revivan las tradiciones que han marcado su juventud.
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