Quintanilla de Onésimo celebra este fin de semana su Mercado Medieval y la Fiesta de la Vendimia

Quintanilla de Onésimo tiene todo listo y preparado para celebrar este fin de semana del 12 y 13 de octubre su tradicional Mercado Medieval, el más longevo de la comarca peñafielense y uno de los primeros en ponerse en marcha en la provincia de Valladolid. Una celebración que un año más viene aderezada de un completo programa de actividades para todos los públicos.

Este mercado además se potencia con la Fiesta de la Vendimia, un festejo que tiene una especial importancia en la localidad pues esta es todo un referente de la Ribera del Duero y de la vallisoletana Milla de Oro del Vino. Quintanilla también es referente en materia enoturística, con múltiples posibilidades para acercarse al mundo del vino de mano de importantes bodegas que brindan un turismo de alta calidad. La oferta hotelera es de las más grandes de la Ribera, con casi 300 camas a disposición de los huéspedes. Lo mismo se puede decir de la hostelería local, de muy altas prestaciones, con un estrella Michelin dentro de su término municipal.

El otoño es uno de los momentos más fuertes para el turismo en torno al vino o a la naturaleza -de lo que está muy bien servido el pueblo-, y esta época en concreto es más especial que cualquier otra, pues, con la vendimia en su apogeo, no hay mejor momento que este para conocer el proceso de elaboración del vio desde la génesis.

De hecho, otro instante para no perderse durante este fin de semana es la Fiesta de la Vendimia, con el ceremonial del pisado de la uva, el cual tiene lugar el domingo al mediodía con una gran asistencia de público. A este se le obsequia generosamente con mosto recién extraído y con pastas artesanas de la localidad. En esta ocasión serán tres niñas y un niño quienes realizarán el pisado y extraerán el dulce néctar de la uva. Rocío Antón, Julia García, Olivia Sordo y Jesús Rodríguez serán los encargados de dar cumplimiento a la tradición.

Se dice que la veteranía es un grado y en el caso de Quintanilla también es garantía de éxito, pues, año tras año, el número de asistentes que se deja caer por este Mercado Medieval es muy elevado, es una cita que muchas personas tienen apuntada en rojo en su agenda. Un éxito que como destaca el alcalde, Carlos del Barrio, se debe «a la gran implicación y participación de los vecinos. Me gusta destacar siempre la gran participación de la gente del pueblo, tanto mayores como pequeños. Los vecinos son los que realmente le dan la vida al Mercado».

Esta gran fiesta que abre sus puertas el sábado al mediodía y se prolonga hasta bien entrada la tarde del domingo, con una noche entre medias también diseñada para ser disfrutada, se articula a través de un generoso programa de actividades para todos los públicos, «un programa pensado para que participe la gente con diferentes actos, tanto para niños como para adultos, y con una oferta gastronómica importante, la cual va acompañada de la hotelería que también es muy destacable», señala Del Barrio.

De la parte gastronómica del mercado se puede dar buena cuenta en el recinto demarcado en torno a la Plaza Mayor, donde se habilitan casetas para tal fin. Algunos puestos también ofrecen suculentos bocados artesanos. El cenit llega en la noche del sábado con la celebración de la gran cena medieval, un clásico de esta cita que congrega en El Silo a más de centenar y medio de comensales que maridan buenos riberas con productos típicos, como excelente lechazo y queso de la zona.«Esta cena la seguimos conservando, potenciando la calidad, porque más gente ya no nos cabe. Es algo que gusta mucho y la gente repite».

En este mercado se conjuga la fiesta con la socialización y la cohesión vecinal, así como con la hospitalidad hacia al visitante, porque «Quintanilla es un pueblo acogedor, además de tratarse de un evento importante como dinamizador de la zona y de promoción de la misma, ya que tenemos un buen número de recursos turísticos. Mucha gente repite, esta fiesta fideliza mucho», anota Del Barrio. Visitantes que se acercan de toda la comarca peñafielense, de la provincia y también de fuera de ella, turistas que pasan el fin de semana en la localidad atraídos por el turismo del vino y que aprovechan su estancia para acercarse al mercado, el cual, en sí, supone también un recurso turístico de primer orden.

Las actividades que organiza el Ayuntamiento con las que ofrecen las bodegas se complementan de manera perfecta. Así lo entiende el alcalde, quien indica que «también es un aliciente para ellos; el Mercado y la Fiesta de la Vendimia son un atractivo para que podamos tener más público. Siempre ha habido mucho público, esa es la verdad. Contamos con importantísimas bodegas a nivel mundial y eso hace que venga mucha gente, a la que, ya de paso, le damos esta opción del Mercado Medieval y del Pisado de la Uva. Todo lo que se hace desde el Ayuntamiento y todo lo que hacen las bodegas al final redunda en beneficio de todos».

Otro aspecto que destaca el regidor como un puntal para mantener el interés y el caudal de público, es el papel protagonista que tienen los niños en el programa festivo, «ya que es muy importante tenerles en cuenta; se crea un espacio familiar y con él un tipo de visitante que se acerca a Quintanilla a disfrutar en familia».

Asimismo, otra cosa que se cuida con especial esmero para que no decaiga el interés y mantener el listón siempre en lo más alto, es el de los artesanos que montan sus puestos, en torno a unos cuarenta. Como explica el regidor, «más que cantidad lo que queremos es que haya variedad y, sobre todo, que dentro de esa variedad haya calidad. Entre treinta y cinco y cuarenta puestos nos parece que son suficientes porque lo que no queremos es duplicar los productos que se ofrecen en el mercado para que no se desvirtúe este y no haya tanta competencia. Preferimos tener menos puestos y así también que los artesanos salgan contentos de Quintanilla».

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