«Sí quiero» riosecano en el Bernabéu tras ganar la final

Acababa de levantar Marcelo, el capitán del Real Madrid, la decimocuarta Champions de los blancos cuando en el Santiago Bernabéu numerosos aficionados –que habían acudido al campo a ver la final a través de las grandes pantallas– repetían una y otra vez en voz alta «di que sí». Habían asistido al feliz momento en el que Toño Pardo, vecino de Medina de Rioseco, había pedido la mano a su novia, Ana Rodríguez.

Tras levantar los jugadores al cielo de París la Copa de Europa, Toño dio unos buenos pases toreros con un capote «para disimular y que no fuera soso». Seguidamente, de repente, se metió la mano en el bolso, sacó un pequeño estuche, lo abrió y apoyó una rodilla en el suelo para pronunciar las tan ansiadas palabras: «¿Quieres que se cumplan tus sueños en este lugar en el que se cumplen tantos sueños?».

La prometida recuerda ahora, con una enorme sonrisa, que en el descanso su pareja le gastó una broma al ponerse de rodillas y sacar del bolsillo un caramelo. No lo dio más importancia.

Sin embargo, cuando lo vio con el anillo en la mano se quedó «alucinada». «No decía nada al principio, si me pinchan no hubiera sangrado», cuenta. Alentada por el «di que sí» de todos los aficionados cercanos, la joven, muy emocionada, dio el sí y se fundió en un beso con su novio ante el aplauso y los gritos de los presentes, entre los que se encontraban otros riosecanos de la Peña Madridista Almirantes de Medina de Rioseco. Asegura que no se esperaba nada, aunque también señala que «llevaba una temporada raro y los últimos quince días estaba insoportable, pero creí que era el tiempo».

Toño había decidido que «si el Madrid ganaba le pedía en matrimonio, y como estaba seguro de que iba a ganar, compré el anillo y esperé el mejor momento».

Y lo quiso hacer en el Bernabéu porque –dice– es el mejor lugar para un madridista. Un estadio en el que el riosecano ha ido con frecuencia a ver su a equipo, al que también ha seguido hasta Londres o Roma para presenciar alguna de sus gestas europeas. Para este joven riosecano el Madrid significa mucho. «Es una pasión desde crío», revela. Por eso, su mayor ilusión es que sus hijos sean madridistas, que vayan con él al Bernabéu y poder «enseñarles lo que significa el Madrid y sus valores».

Por su parte, Ana se emociona al recordar el momento y expresa que se siente muy feliz porque «mi sueño era que me pidiera en matrimonio y más en el Bernabéu». Tiene claro que «el anillo da igual, lo importante es el sentimiento que tiene». Aunque no le gustaba el fútbol, desde que está con Toño es madridista y ha asistido al Bernabéu a varios partidos, con camiseta incluida. La pareja ya busca fecha para su feliz enlace blanco.

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