Al menos cinco pueblos de Valladolid no han registrado ni un solo caso de coronavirus desde el inicio de la pandemia. Rodrigo Jiménez
Covid

Cinco pueblos de Valladolid, libres de coronavirus desde el inicio de la pandemia

Sus vecinos coinciden en que uno de los motivos por los que no han registrado ningún contagio es porque «somos pocos y tenemos mucho cuidado»

Eva Esteban

Valladolid

Sábado, 6 de febrero 2021, 08:38

El hándicap de la despoblación se ha convertido en su mejor aliado. La «triste realidad» –como coinciden los nombres que comparecen bajo estas líneas– que desde hace años les sacude es ahora una ventaja inesperada en tiempos de pandemia. Porque hay pueblos de la provincia ... de Valladolid donde las cosas, desde el punto de vista sanitario, van bien. Mejor, imposible. Donde el virus ha pasado de largo. Son zonas vacías, también de coronavirus. De hecho, a día de hoy, son al menos cinco los municipios vallisoletanos que no han registrado ni un solo caso de la covid-19 entre sus vecinos desde el inicio de la crisis sanitaria. Es el caso de Olmos de Peñafiel, Bocos de Duero, Mélida y Padilla –pedanías de Peñafiel–, San Cebrián de Mazote, San Salvador y Villasexmir. Entre todos no llegan a los 500 empadronados, según se desprende de las estadísticas del INE.

Publicidad

Aunque, en este caso, las cifras han jugado a su favor. En Olmos, la clave radica en el «escaso» contacto social entre sus 53 residentes. Salir de casa para «lo justo», también en verano, y en la misa, la partida y los vermús –cuando el único bar estaba abierto–, «distanciados y siempre con la mascarilla». Lo dice Jesús María Gómez, vecino de Peñafiel que acude cada mañana hasta esta localidad para atender a su padre, de 91 años, aunque sus palabras pueden hacerse extensibles a cualquiera de los viandantes que a diario transitan por sus calles. «Somos muy afortunados; aquí hay mucho menos contacto social que en pueblos más grandes que la capital. ¿Tienen más servicios? Sí, pero el pueblo no lo cambiamos por nada, y menos en una época como esta», reconoce.

Otro vecino, Esteban Carrascal, considera que han sido «más cuidadosos porque hay gente mayor». «Se vive con miedo de que, como entre un caso, caigan todos. La gente es muy mayor y hay mucho peligro;esa es la mayor preocupación que hemos tenido todo este tiempo», incide.

Al menos cinco pueblos de Valladolid están libres de coronavirus desde el inicio de la pandemia. Rodrigo Jiménez

Su opinión la comparte Ascensión Melero. Admite que únicamente sale de casa al filo de las diez y media de la mañana, cuando escucha el claxon de la furgoneta de venta ambulante del panadero. «Si somos cuatro gatos... ¿El secreto? No saliendo de casa; además yo soy de riesgo y hay que tener mucho cuidado con dónde y con quién se anda».

Publicidad

Muy cerca, a escasos tres kilómetros, en Mélida, pedanía peñafielense, se vive una realidad muy similar. Allí, apunta César Herreras, agricultor y propietario de una casa rural, «nos meneamos poco». Encontrar movimiento, ya sea a pie o en coche, se antoja misión imposible prácticamente en cualquier momento del año, excepto en verano. Puede incluso estar «varios días» sin cruzarse con nadie por la calle. «La vida social es muy justita. Nos cruzamos poco con la gente, y si acaso nos saludamos y ya, manteniendo la distancia, y eso puede haber sido importante también para evitar que entrara el virus», desvela, mientras pone a punto su furgón.

«Más protegidos»

Para Fernando Valentí, el silencio ensordecedor en esta localidad de Peñafiel tiene poco que ver con la pandemia. «El secreto de que estemos así es la triste y cruda realidad que vivimos en la España vaciada; estamos muy alejados y hay muy pocas personas», sostiene, al tiempo que desvela cómo se vive sabiendo que sus calles y plazas están limpias de coronavirus. «La sensación general es de verdadero alejamiento; el ambiente es completamente diferente al que puede haber en un pueblo más grande o ciudad, y también es verdad que nos sentimos un poco más protegidos», prosigue.

Publicidad

Las láminas de chapa que custodian la gran mayoría de viviendas anticipa el por qué el virus ha pasado de largo por Bocos de Duero. La estampa se repite a menudo, con independencia de la calle por la que se transite. Son muchas las casas que están cerradas a cal y canto, al menos desde verano. Entonces se «multiplicó la población», pero una vez remitió el buen tiempo, regresaron a la ciudad. «Ha venido mucha gente en verano, pero la vida social se ha reducido mucho; nos hemos cuidado y hemos tenido precaución», relata Óscar Mínguez, uno de los pocos que, a diario y durante todo el año, reside allí. Asimismo, afirma que la dinámica que siguen es siempre la misma:«Saliendo solo para ir al trabajo». «Hay gente mayor y por el bien de todos tenemos que tener mucho cuidado. A ver su puede ser que pase y nos libremos».

«Quizás el secreto está en que salvando el verano, cuando vinieron hijos del pueblo, no ha habido nadie de fuera»

Dos bloques más arriba vive Secundino Arranz. Tiene 87 años y cuenta que su esposa y él, que solían veranear en el pueblo, decidieron quedarse «de forma indefinida, hasta que pase». «A diario aquí no hay nada, si no quieres no te cruzas con gente; la única vida social que hay es cuando abren el bar los sábados, pero ahora como no se puede, ni eso», concluye este octogenario.

Publicidad

A unos cien kilómetros de distancia, en la comarca de los Montes Torozos, se encuentra el segundo oasis de la provincia donde no hay ni rastro de la covid. San Cebrián de Mazote es uno de los pueblos que ha logrado mantener el marcador de contagios a cero. Según su alcalde, Emilio Gómez, han conseguido librarse «respetando todas las medidas sanitarias y también con un poco de suerte». Afirma, del mismo modo, que «la gente casi no sale a la calle». «Tal vez el secreto está en que, salvando el verano, que vinieron hijos del pueblo desde otras provincias, el resto de los meses prácticamente no ha venido nadie de fuera. Esperamos seguir manteniéndonos limpios», añade.

También en San Salvador están «muy satisfechos» de que sus 26 vecinos se hayan librado de la covid. Su regidor, Santiago Ortega, subraya que han tomado medidas para ello. «Hemos repartido geles y mascarillas y tratado de concienciar a los vecinos para que se queden en casa», argumenta. A tres kilómetros, en Villasexmir, tampoco hay positivos. Su primer edil, José Ignacio García, lo achaca a la escasa vida en vía pública a diario. «No nos ha tocado, pero esto no quiere decir que mañana no nos toque. Hay gente que por miedo no sale».

Publicidad

(Con información de Laura Negro).

Este contenido es exclusivo para suscriptores

0,99€ primer mes

Publicidad