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Los pueblos mantienen las actividades en sus fiestas pese al aumento de preciosHubo dos años en los que no hubo fiestas en los pueblos. En los que el verano fue menos verano. No olía a pólvora, ni a vino ni a comida popular. Los grandes éxitos de Rauw Alejandro, Bad Bunny y compañía pasaron de ser ... coreados al unísono en la plaza de cualquier punto del país a ser bailados a través de la pantalla en Tik Tok. Orquestas y charangas tiritaban por la escasez de actuaciones. Los ganaderos clamaban ante la falta de festejos taurinos.
Pero atrás queda todo eso. Ya suena lejana la nomenclatura de la covid-19. Nada de conciertos sentados y con distancia de seguridad. Tampoco de programaciones 'light' para salvar los festejos populares. Porque numerosos municipios vallisoletanos han apostado por mantener –e incluso reforzar– las actividades durante sus días grandes pese a la imparable escalada de precios que desde hace prácticamente dos años ahoga a empresas y particulares. De hecho, este año muchos ayuntamientos –la gran mayoría, como constatan los nombres que comparecen bajo estas líneas– se han apresurado en la contratación de determinados servicios para no quedarse sin ellos.
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Esto es lo que ha ocurrido, por ejemplo, con las orquestas. Los equipos de gobierno, ante las elecciones del 28-M, dejaron cerradas y apalabradas las actuaciones musicales y, a estas alturas, encontrar una agrupación que esté disponible es prácticamente imposible. «Por norma generalizada, el 80% de los contratos se dejaron hechos antes de las elecciones, porque hasta la toma de posesión se dilataba mucho y ya no se iba a encontrar nada», afirma Suso López, un veterano en la gestión de espectáculos que lleva a más de 30 orquestas de Galicia y Castilla y León.
Un planteamiento que respalda Jorge Puertas. Gestiona junto a su socio, David Fernández, Mandala Producciones, Espectáculos Duero e Impacto Musical y dice que están «a tope, con muchísimo trabajo». «En la mayoría de casos se dejó contratado un poco antes de los comicios para estar tranquilos de cara al 28-M», confirma Puertas, quien revela que este verano «hay muchísimo jaleo» con todos los servicios que ofrecen, no solo verbenas.
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«Llevamos de todo, orquestas, discomovidas, parques infantiles... Y tenemos muchísimo jaleo con todo. Estamos como antes de la pandemia, totalmente normalizado y con las mismas contrataciones que había hasta 2020», asevera.
Están los promotores musicales «a tope», pese a que este año las fiestas suponen un mayor desembolso para las arcas municipales. «Normalmente tienen claro lo que quieren y para el día que lo quieren y juegan un poco con el presupuesto. Las orquestas son más caras que las discomovidas y eso también lo tienen muy en cuenta», subraya Puertas.
«Los gastos en carretera son más caros, y una orquesta que se mueva con dos, tres, cuatro e incluso cinco tráiler tiene unos gastos muy elevados», precisa Suso López, quien estima que el incremento medio en la contratación ha subido en torno a 3.000 euros, si bien depende «de lo que tenga que moverse». «No es lo mismo el precio de una orquesta que casi no tiene que moverse que una que actúa por toda España; además, no pueden jugarse el tipo con los gastos. Cuando se hace una previsión se hace por arriba porque no sabes cómo puede estar la vida para entonces», añade.
También han tenido que ajustar el precio del 'bolo' en base al de los combustibles en la Unión Musical El Pendón. Su presidente, Sergio del Valle, comenta que los desplazamientos son el principal gasto de la agrupación musical, formada por diecisiete músicos y que cada verano recorre decenas de municipios vallisoletanos. «El combustible es nuestro principal gasto y tuvimos que ajustar los precios, pero en general se mantienen más o menos con respecto a otros años», explica Del Valle, quien admite que, en su caso, sí han percibido un «aumento en las actuaciones, aunque al ser año electoral los tiempos de contacto y contratación siempre son más inciertos».
Hay en pueblos que, por mucho que quisieran, no podrían prescindir de determinados eventos durante sus fiestas patronales, por mucho que haya subido su precio. Esto sucede, por ejemplo, en Peñafiel –5.104 empadronados en 2022, según el INE–. Allí los toros son sagrados. Igual que la música. La localidad vallisoletana venera a Nuestra Señora de la Asunción y San Roque del 14 al 18 de este mes y su alcalde, Roberto Díez, remarca que «jamás» se ha planteado prescindir de algunos festejos taurinos o verbenas. «Nuestras fiestas son importantes dentro del calendario festivo de Castilla y León, con las actividades de día, las orquestas y, sobre todo, los festejos taurinos, que tienen un componente muy tradicional; no podemos prescindir de ello, pero sí se ha incrementado el coste», argumenta el regidor.
Es en la partida taurina donde han notado un mayor incremento de gastos. Estima Díez que el Ayuntamiento desembolsará este año más de 100.000 euros en toros, «más del 50% del presupuesto de fiestas». «Hemos notado una subida principalmente en el tema de seguros de festejos taurinos, se ha duplicado», avanza el primer edil peñafielense, justo antes de asegurar que esta materia cuesta en 2023 30.000 euros, mientras que otros años invertían «entre 15.000 y 18.000 euros».
Con las orquestas corrieron otra suerte. Pactaron las contrataciones a principios de año, «con mucha antelación», y han sorteado hasta cierto punto la subida del caché. «Nos ha salido mejor de precio por dejarlo contratado con tiempo», confirma.
Otro de los municipios que en los próximos días va a honrar a su patrón es Viana de Cega –2.194 vecinos–. Su regidor, Alberto Collantes, afirma que, aunque aún están cerrando flecos que pueden elevar «un poco» el presupuesto total de las fiestas, dedicarán «prácticamente lo mismo» que otros años. «Gastaremos un poco más que el año pasado porque todo ha subido, pero hemos logrado mantener los precios en algunas cosas después de pelearlo un poco, estando un poco más encima e insistiendo», comenta, al tiempo que sostiene que no han prescindido de ninguna actividad.
Un presupuesto similar en fiestas destinan en Tudela de Duero (8.636 censados). Su alcalde, Óscar Rodríguez, que ostenta el bastón de mando desde los últimos comicios municipales, señala que «se ha mantenido la línea de otros años». «Las orquestas ya estaban licitadas y a nivel toros lo mismo, ya estaba licitado con un ganadero, pero hemos reelegido el ganado», explica.
En Cabezón de Pisuerga (3.769 vecinos) no tienen toros, pero sí que han percibido un ligero aumento en los presupuestos de fiestas, aún manteniendo la programación respecto a años anteriores. Así lo confirma su primer edil, Sergio García, quien destaca que esta vez, al 'caer' la fiesta a mitad de semana, incluso han tenido que preparar más actividades para no dejar el fin de semana 'vacío'. «Se ha incrementado un poco el precio de todo:orquestas, discomóviles, dj, alquiler de equipos... Se aprecia un incremento, no excesivo, pero sí que ha aumentado», matiza.
En la noche del sábado 12, por ejemplo, habrá una orquesta y posterior discomovida. «Los gastos son similares a otros años. No tenemos festejos taurinos y, por tanto, no contamos con ese gasto que otros municipios sí que asumen y se lleva buena parte del presupuesto, pero sí que conservamos las actividades culturales, festivas y deportivas de otras fiestas», argumenta García.
Están viviendo los ganaderos de Valladolid un «año normal» en lo que a festejos taurinos se refiere. Con un «buen nivel» de contrataciones, cifras similares a la prepandemia. Así lo considera Óscar Bragado, uno de los propietarios de la ganadería de los Hermanos Bragado, quien estima que, en su caso, tendrán «unos veinte o veinticinco festejos entre agosto y septiembre», en los que darán salida a cuarenta machos y sesenta hembras. «Aún queda el grueso de fiestas, pero nosotros estamos trabajando bien, como lo que era un año normal hasta antes de la covid», afirma.
Sin embargo, critica que con los «temas burocráticos cada vez vamos a peor». No solo dilatan las contrataciones, sino que además es lo que hace fundamentalmente que los festejos sean más caros. «Lleva mucho trámite, de permisos y requisitos, que es lo que de verdad encarece el festejo, más que el ganado», señala el ganadero, quien considera que «el ganado debería haber subido más». «Ha subido todo, pero lo que más ha sido los seguros, ambulancias, médicos... El ganado ha subido algo, pero no lo que debería al precio que están el pienso y la paja», añade Bragado.
Asimismo, calcula que el coste del festejo taurino se ha incremento «sobre un 15 o 20%». De momento, los ayuntamientos han respondido, han apostado un año más por los toros, aunque el sector teme que si continúa la escalada de precios, alguno se muestre reticente. «Si cada año va costando más... Este año algunos han reducido festejos y otros los han aumentado, pero veremos el próximo verano. Este año han sido elecciones, los ayuntamientos que iban a salir querían dejar buenas fiestas, los que entran lo mismo... A ver otro año, cuando se hayan asentado, cómo actúan».
El grueso de la temporada taurina aún está por llegar, aunque el fin de semana del 12 de agosto media provincia se sumirá en fiestas. Serán cerca de medio centenar los pueblos que honrarán a sus patrones. En 2022, en territorio vallisoletano se celebraron un total de 752 espectáculos que llevaron adrenalina y emoción a un total de 84 pueblos. Este año, todo apunta a que se superarán, de nuevo, los setecientos. Encierros, espectáculos con vaquillas y capeas son los espectáculos más solicitados en Valladolid, aunque también hay quienes apuestan –cada vez más– por celebrar concursos de cortes, estos, normalmente, fuera de la programación oficial de fiestas.
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