Los pueblos de Valladolid más afectados por el temporal cifran los daños en unos 175.000 euros

En otros, como en Bolaños de Campos, las secuelas aún están latentes. En el casco urbano apenas se produjeron contratiempos –dos calles permanecieron cerradas durante unas horas y se cayó un árbol–, pero la crecida del río Valderaduey les hizo «añicos». Les «destrozó». Su desbordamiento no solo obligó a cortar la carretera hasta que el nivel del agua bajase, sino que se llevó por delante las tierras de cultivo que se cruzaban en su camino.

«En el campo se ha liado una buena», lamenta su alcalde, Aurelio Serrano. Según estima, la cuantía económica ocasionada por la riada rondará, en el mejor de los casos, los 100.000 euros. «Al Ayuntamiento no nos supone prácticamente nada, pero aquí la gente vive del campo», asegura. Calcula que se vieron afectadas unas 500 hectáreas –«si no es más», matiza–, y la pérdida, «en las que haya salido pronto el agua», es de unos 200 euros por cada una. «En los casos en los que la tierra ha estado tres o cuatro días inundada puede ser más porque se puede haber perdido todo», lamenta.

Simancas regresó este jueves a la «completa» normalidad. La Junta de Castilla y León, a través del Servicio Territorial de Fomento en Valladolid, retiró 315 toneladas de material acumulado, fundamentalmente troncos, maleza y basura, arrastrados por la crecida del río Pisuerga y que se acumularon principalmente en torno a los ojos del puente medieval. No obstante, según precisan fuentes de la institución regional, en ningún momento se vieron comprometidas la estabilidad de la infraestructura y su capacidad de desagüe.

El regidor, Alberto Plaza, afirma que, aunque los técnicos están «valorando» el coste exacto de los daños, supondrá para las arcas municipales en torno a los 20.000 euros. Las zonas más damnificadas, además del viaducto, fueron la calle Calzadilla, en la que aún están trabajando los equipos de limpieza, y el área conocida como 'El Chiringuito, próximo a la ribera. «Allí teníamos mobiliario, juegos infantiles, pista de voleibol... y tendremos que reparar la gran mayoría», sostiene Plaza.

El río Duero se tragó la zona recreativa de Tordesillas. La ribera quedó completamente inundada. Ahora, su entorno permanece teñido de marrón del lodo tras bajar el nivel de sus aguas. En los próximos días, operarios municipales «entrarán» allí para sustituir el mobiliario en mal estado y adecuar la zona. Así al menos lo confirma su alcalde, Miguel Ángel Oliveira, quien explica que tendrán que desembolsar 25.000 euros para paliar los daños. «La zona de piragüismo se inundó, por lo que tendremos que hacer limpieza y reconstruir lo que haya resultado dañado», argumenta.

Los efectos podrían haber sido más graves si no fuera porque el Consistorio, desde hace varios años, realiza una tala preventiva «para evitar inundaciones». «Es algo que se hace todos los años y que nos ha ayudado a que las consecuencias no hayan sido mayores», continúa.

Dice el regidor de Melgar de Arriba, José Andrés García, que «nunca había visto algo igual». Ni tan siquiera parecido. El temporal provocó un reguero de daños en el entorno de la localidad. Al igual que en los casos anteriores, el área recreativa, situada «muy cerquita» del río, fue el más perjudicada. El agua inundó «todo» y el alcalde anticipa que lo más probable es que tengan que rehacerle «entero», por lo que tendrán que pagar unos 20.000 euros. Vuelta a la casilla de salida. A empezar de cero. Esas obras de reparación traerán consigo, por ejemplo, la «regeneración» del césped y la creación de nuevos caminos «destrozados» por el barrizal. «Ahí teníamos una zona de juegos, pista de pádel, frontón, campo multiusos, piscina y todos sus equipamientos, y probablemente haya que cambiarlo todo porque estará hecho un cisco», subraya García.

Su vecinos de Melgar de Abajo estuvieron tres días «medio incomunicados». La carretera que les vincula con el municipio leonés de Joarilla de las Matas permaneció cortada hasta el pasado lunes, 23 de diciembre. Mientras tanto, los agricultores tuvieron que dar «un rodeo muy grande para ir a trabajar». 'Elsa' les trastocó la rutina. Precisamente en esa zona, muy próxima al Cea, se localiza el área recreativa, también afectada por las inundaciones. Para subsanar los «estropicios», el Consistorio melgarejo calcula que gastará entre 5.000 y 10.000 euros, si bien será hoy cuando el arquitecto visite el pueblo para determinar el coste exacto.

En su caso, como en el de la gran mayoría de estas localidades, una parte del montante será sufragado por la Diputación, pues el presidente, Conrado Íscar, ya avanzó que la entidad ayudará a los ayuntamientos afectados por estas inclemencias.

La humedad y elevado nivel del agua ha impedido al Ayuntamiento de Becilla de Valderaduey determinar los daños, en términos económicos, que tendrán que pagar por los efectos del temporal. No obstante, su alcaldesa, Rosa González, sospecha que la maquinaria de las piscinas se ha roto y, por tanto, deberán cambiarlo. «Hay muchísima humedad y no hemos podido entrar, pero creo que habrá que cambiar las dos bombas de las piscinas e igual los vestuarios se han inundado», incide.

Otras localidades como Peñafiel están a la espera de una respuesta por parte del seguro. Su regidor, Elías Arranz, indica que ya han trasladado el parte, si bien todavía no se ha llevado a cabo el peritaje y, por tanto, desconocen a cuánto ascienden las damnificaciones. «Estamos a la espera; luego hay casos, como el del pino Macareno, que por mucho que queramos ponerle valor es incalculable, pero para todos los vecinos tiene un gran peso sentimental y eso ya no vuelve», comenta.