![Los agentes enfilan la entrada del chalé ocupado ilegalmente junto a la urbanización La Corala.](https://s1.ppllstatics.com/elnortedecastilla/www/multimedia/202111/25/media/cortadas/ocu2-k4pB-U160716931536FG-624x385@El%20Norte.jpg)
![Los agentes enfilan la entrada del chalé ocupado ilegalmente junto a la urbanización La Corala.](https://s1.ppllstatics.com/elnortedecastilla/www/multimedia/202111/25/media/cortadas/ocu2-k4pB-U160716931536FG-624x385@El%20Norte.jpg)
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La redada contra un clan familiar de okupas desplegada el miércoles de la semana pasada en un chalé situado al borde la autovía de Segovia, junto a la urbanización La Corala (Laguna de Duero), se saldó finalmente con ocho detenidos, todos ellos vinculados al ... cabecilla, E. J. L., de tan solo 49 años y con un amplio historial delictivo, que cayó en esta ocasión junto a su mujer, uno de sus hijos, menor de edad, y otros allegados acusados de integrar un grupo familiar especializado en los robos en el campo. Se trataba de un viejo conocido de los agentes, que ya le detuvieron, entre otras ocasiones, hace quince años por perpetrar un robo en un edificio en obras de la carretera de Rueda junto a dos de sus hijos, unos niños de corta edad entonces, a los que les testigos vieron acarreando el botín para llevárselo a su progenitor.
La historia parece repetirse ahora y los guardias civiles apuntan a que este clan familiar perpetró una serie de robos en explotaciones agrícolas en las últimas semanas en busca, sobre todo, de metales como cobre, aluminio y acero y de herramientas para revenderlas posteriormente en chatarrerías de la capital. Y para esto último no dudaban en amenazar a sus operarios para que recepcionaran la mercancía.
La investigación, que surgió a raíz de las quejas vecinales sobre la ocupación ilegal del chalé en el que residen desde el pasado verano, cuyos propietarios (la empresa PPG) han iniciado el proceso judicial de desalojo, apunta a que los ocho detenidos cometían los asaltos, en los que «no dudaban en enfrentarse con violencia a testigos y trabajadores si eran sorprendidos», en grupo para desvalijar las empresas y explotaciones agrícolas de turno. Después, también en grupo, acudían a distintas empresas de reciclaje a vender el botín obtenido.
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Tanto el cabecilla, E. J. L., de 49 años, como su hijo de 17, T. R., estaban huidos de la Justicia. El primero no habría regresado a la cárcel, donde cumplía condena por otro delito, y el chico había hecho lo mismo del centro de menores, al que regresó después de su detención durante la redada del pasado 17 de noviembre. El juez ordenó posteriormente el ingreso en prisión, su regreso más bien, del cabecilla y acordó dejar en libertad con cargos a los otros seis detenidos, entre los que se encontraba su mujer, A. G. C., y cinco allegados con distinto grado de parentesco, como los hermanos D. J. B., G. J. B. y C. J. B.; C. J. J. e I. J. M., todos ellos residentes en los chalés de la empresa de pinturas PPG, situado al otro lado de la carretera de Segovia.
De la peligrosidad de los sospechosos dio fe la presencia de efectivos de los grupos rurales de seguridad (GRS), llegados de León expresamente para la operación.
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