La asociación Prao de Luyas de Piñel de Abajo ha puesto en marcha la segunda edición de su campaña 'Planta un árbol y pon una teja', una iniciativa que busca reforestar el municipio y asentar población. Esta actividad forma parte de una amplia agenda ... de trabajo y actividades que llevan a cabo con el objetivo de recuperar el entorno rural, además de animar a otros pueblos a que sigan su ejemplo.
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«Volvemos a compartir este proyecto en aras de potenciar el arbolado y los bosques, frenar el cambio climático y luchar contra la despoblación», sostienen fuentes de la agrupación.
Participar y sumarse a esta campaña es sencillo, asequible y al alcance cualquiera, tanto a nivel particular como empresarial. Con una aportación de 3,5 euros se colabora en la plantación de un árbol, y con tan solo cincuenta céntimos se contribuye a la adquisición y rehabilitación de viviendas del pueblo destinadas a nuevos vecinos, como se hizo en 2019 con la compra de una vivienda y su puesta a disposición de una familia llegada a la localidad.
El año pasado se consiguió recaudar en solo tres meses 4.350 euros gracias a las aportaciones de 46 particulares y familias y 19 entidades. Con lo recolectado plantaron 1.100 árboles, contratando a una persona desempleada durante un mes, y también amortizaron una parte del dinero destinado a la compra en 2019 de una vivienda destinada a alquiler social y en la que reside una familia de fuera del pueblo y que se ha asentado en él.
En este sentido, con la nueva campaña se prevé amortizar la casa ya adquirida y se continuará con la plantación de árboles. También se conservarán los más de 4.000 plantados en la última década y que ocupan una superficie cercana a las cuarenta hectáreas. De momento, y sin que la iniciativa haya arrancado, ya han puesto mil más, a 1 de enero. Calculan poder alcanzar las 4.000 especies plantadas durante este año. Diez años después, ya se aprecian distintos cinturones verdes en su entorno.
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Respecto al tema de la vivienda, la intención de Prao de Luyas es seguir adquiriendo otros inmuebles deshabitados para ofrecerles a nuevos vecinos. En cuanto a la labor de reforestación, se ha conseguido ya restaurar áreas fuertemente erosionadas y desertizadas del municipio, recuperar manantiales y colmenares, crear colecciones de variedades tradicionales de frutales, un banco de tierras, colocar nidales e incluso hacer una reserva de mariposas, entre otros.
En esta ocasión, las forestaciones están encaminadas a la mejora del hábitat del águila imperial, una especie en peligro de extinción y de la cual se ha detectado una pareja en la zona. «Se trata de dos ejemplares jóvenes, que todavía no son reproductores, pero con nuestra experiencia en Arévalo, donde tenemos quince nidos, vemos que estos pequeños pinares que hay entre los dos piñeles (de Arriba y Abajo), con pinos altos, son muy buenos para que aniden y puedan criar», apuntan estas mismas fuentes. Las reforestaciones están perfectamente planificadas y con un objetivo firme. Son especies adaptadas a la zona como, por ejemplo, árboles truferos o frutales, estos últimos ligados al banco de tierras que han aportado vecinos para aprovechar terrenos en desuso. Durante todo el año se celebran en Piñel de Abajo diferentes ferias como la de la biodiversidad, fruticultura, la trufa o la cereza o, recientemente, la primera edición de la feria del árbol. Estas propuestas atraen a cientos de visitantes.
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