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Las heladas de la semana de San Isidro retrasaron unos días las labores de plantación, pero ya, una vez pasadas las gélidas noches que se produjeron durante esas jornadas en torno a la celebración del día patrón del campo, las 2.100 plantas de 1. ... 050 variedades de tomates ya han sido plantadas en Piñel de Abajo. Dos plantas por variedad.
De esta forma, la localidad tiene la mayor colección de variedades de tomates cultivados de la Península Ibérica y como señalan desde la Asociación Prao de Luyas, responsables de este proyecto, también es una de las mayores colecciones de Europa y, si cabe, del mundo. Hablamos de variedades plantadas, porque, como explican desde la citada asociación, en cuanto a número de simientes -de semillas- existen colecciones mayores. Desde luego, la que poseen ellos no es nada despreciable: 1.050.
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Pero esto no va de récords, sino de un proyecto enfocado a «conservar todo ese patrimonio hortícola» como un tesoro del medio rural con el que, en su caso, «dinamizar el municipio a través de las distintas ferias que organizamos en Piñel; poner de manifiesto que en los pueblos hay alternativas y propuestas», explica Eduardo Perote, de Prao de Luyas. El resultado de la cosecha se expondrá en la feria que en el mes de septiembre se dedica a este producto.
El compendio de variedades atesora tanto «las tradicionales como aquellas que llamamos de vanguardia, de coleccionistas, variedades más bien raras o exóticas. Lo dos tipos se compaginan muy bien; unas ofrecen peso, acidez, sabores sabrosos, mientras otras ofrecen una gama muy amplia de colores, formas y texturas». El expositor en el que se muestran al público cada año, durante la Feria del Tomate de septiembre, es todo un espectáculo que nadie que se acerca al evento se marcha sin admirarlo. Y, unos meses antes, en mayo, quienes se acuden a la Feria de la Biodiversidad puede adquirir las plantas. En la última, la de este 2023, el número de ellas distribuidas fue de 13.000.
Como se explicaba anteriormente, Prao de Luyas realiza una labor de conservación, y también de divulgación. Editan una gran lámina en la que aparecen reflejadas todas esas variedades que han ido recogiendo. Otra faceta del trabajo de la asociación, intrínseca a las anteriores, es la recuperación, como la de distintos tomates que se cultivaban en diferentes puntos de la provincia. Tomate de Medina del Campo, de Tordesillas, de Tudela de Duero o de Peñafiel, por citar unos ejemplos. Es por ello que Perote explica que «es muy importante destacar que detrás de esos tomates hay muchas historias, muchas personas: sabores y saberes».
La siembra anual que realizan dese Prao de Luyas también es fundamental para mantener el semillero bien surtido. De ahí nace la idea de su última iniciativa, la de recuperar una bodega tradicional del pueblo para convertirla en un lagar de semillas, y, a la vez, dedicar un espacio a un pequeño museo etnográfico.
Como se podrán imaginar 1.050 tomates distintos ofrecen inumerables posibililidades culinarias y gastronómicas; desde elaboraciones sencillas y tradiconales hasta preparados de alta cocina. De ahí que podamos abrir boca con una típica ensalada y clausurar un almuerzo o cena con un sofisticado helado de tomate.
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