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Triunfó la sencillez. Eso sí, entre comillas, porque la presentación de los huevos rotos con cecina del restaurante Los Palomares, de Vega de Valdetronco, tiene su aquel. Teo Rodríguez, chef de este conocido establecimiento a orillas de la A-6, se ha alzado este martes ... con el primer premio del Concurso de Tapas por Comarcas, que en su primera edición ha servido para demostrar que el nivel en esto del pincho rico y con 'punch' ni mucho menos se ciñe a los aledaños de la Plaza Mayor de la capital. La receta ganadora del certamen, organizado por la Asociación de Hostelería en colaboración con la Diputación, ha cautivado a un jurado presidido por otro grande de la provincia -Miguel Ángel de la Cruz, de La botica de Matapozuelos-, que se han sorprendido con un plato tradicional ofrecido en una especie de bola de pani puri de trigo relleno de patata con yema curada y unas lascas de cecina. Para comerlo de un bocado.
Las instalaciones del Q-BO, junto a la Granja José Antonio, en Villa del Prado, han sido el escenario de esta reñida competición entre los seis finalistas y en la que el 'Buen rollito' del restaurante El Aderezo (Pedrajas de San Esteban) se ha alzado con la segunda posición, mientras que el 'Bosque', del mesón Maryobeli (Cogeces del Monte), ha logrado el tercer premio. El pedrajero Jesús García ha conseguido el galardón con un rollito de pasta filo relleno de lechazo asado, envuelto en piñones de su pueblo, crema de queso de la Cruz del Pobre, flores silvestres y kale deshidratado con nueces caramelizadas. Yolanda Martín, desde Cogeces, lo ha logrado con su tartaleta de masa filo con crema de boletus decorada con yema curada de huevo y toques de trufa. Los tres, al igual que el resto de los finalistas, con unas estéticas rompedoras, hasta llegar incluso uno de los participantes a prender un pequeño pote de su queimada de pulpo en presencia de los expertos degustadores.
Había expectación y muchos nervios, pero también cierto sentimiento reivindicativo común. Y todos los participantes lo han esgrimido. En los pueblos se cocina de categoría y, además, se innova, como se ha demostrado en este concurso. Ejemplos: desde un 'macaron' elaborado a base de sopas de ajo hasta una gilda de tataki de atún pasando por ese cefalópodo entre aromas de un buen orujo gallego.
Teo Rodríguez, con una sonrisa de oreja a oreja, subrayaba ese potencial de la gastronomía rural. «Estoy muy contento, sobre todo porque el nombre de Vega de Valdetronco, donde mi familia lleva 60 años cocinando, se va a oír; muchas de las estrellas Michelin de la provincia están en pueblos y eso significa algo, porque se cocina en libertad, sin estar pendientes de modas», recalcaba ufano. En estos premios tienen ustedes tres oportunidades para conocer otros 'valladolides' donde se come de lujo más allá del excelente asado.
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