Peñafiel chorrea felicidad en su primer Chúndara

«Peñafiel ha vuelto, va por ti Chapi», quedó escrito sobre los adoquines del arranque de Derecha al Coso, dedicatoria al pueblo y a José González 'Chapilla', porque el Chúndara no olvida a ninguno de los suyos, a ninguna de las suyas. Un ramo de flores y su foto remarcaban el homenaje.

«Este año va a ser muy especial». «Qué nerviosa estoy»…, estas y otras expresiones similares denotaban el ánimo general minutos antes del primer Chúndara de las fiestas: emoción, nervios, sentimientos en ebullición, porque este primer pasacalles chundarero de las fiestas era ya puro magma bastante antes de empezar, con la Plaza de España llena así como la propia calle del recorrido.

Si el Chúndara del día 15 no defrauda nunca, éste, el del regreso, el del reencuentro y también el del recuerdo, no podía ser menos. Fue apoteósico, y una vez más gracias al denso y compacto torrente humano que le dio forma con unas ganas desbordadas de pasarlo muy bien bailando el pasodoble La Entrada, en Peñafiel trasmutado en el Chúndara. Un torrente con sus afluentes, sus arroyos, calles por las que los participantes salían a descansar o se incorporaban a ese río de la vida que fue este primer Chúndara de las fiestas y de después de tres largos años de espera, de esperanza.

A las cinco en punto de la tarde José Alfredo Calvo, director de la Banda de Música, tras conseguir hacer un hueco a sus músicos, dio la señal con su batuta y se desató la emoción contenida tanto tiempo: «¡Chúndara, tarata Chúndara...!», y «¡viva el pijo del tío Bernardo!». Así durante dos horas en las que el calor de los danzantes se aplacaba a cubo limpio de agua lanzado desde los balcones. Dos horas –y unos pocos minutos más– para recorrer los apenas 550 metros de trayecto entre la plaza de España y la del Coso, donde el diestro David Luguillano esperaba para hacer el paseíllo para unirse a la fiesta cosechando una oreja e n su primer novillo y dos en el segundo.

Una vez más, un año más, el Chúndara inoculó vida, contagió pasión, provocó y desencadenó emoción en vena, transmitida de organismo en organismo por todo el torrente humano que circuló danzando lento lento y cadencioso; denso, compacto y fraternal por la calle Derecha y la Parra hasta desembocar en una catártica vuelta al ruedo en la Plaza del Coso. Una experiencia a conservar allí donde nuestro cuerpo atesora los mejores recuerdos, aquellos a los que se regresa con la mejor sonrisa: en el corazón.

Un corazón, unos corazones que palpitan, no se le olvide a nadie, gracias a la Banda Municipal de Música de Peñafiel. Palpitan al compás de dos por cuatro de La Entrada, o sea, del Chúndara.

De nuevo empieza la jornada con un encierro -9:30 horas-, el segundo de las fiestas, que dará paso a la capea al estilo peñafielense, con la suelta simultánea de un toro por dentro y otro por fuera del ruedo.

Día grande, día del patrón y festivo en la localidad. Por ello se celebrará misa y procesión en honor de San Roque, a partir de las 12:30 horas. Por la tarde se desarrollará el segundo Chúndara, a partir de las 17:00 horas, y acto seguido, cuando éste llegue a la plaza del Coso, se celebrará un concurso de cortes con un cartel compuesto por la elite de la especialidad.