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Unos, para mitigar el abrasador calor y otros, para acabar con la sed de ganas de diversión. Lo cierto es que el esencial líquido elemento: el agua, volvió un año más a marcar la tórrida jornada de hoy el inicio de las fiestas patronales de ... la villa piñonera de Pedrajas de San Esteban en honor a San Agustín.
Las fiestas se prolongarán hasta el próximo domingo y este año –casualidades en el calendario que se dan cada cinco o siete años– dieron comienzo coincidiendo con el día que el calendario cristiano marca la festividad del santo, obispo, escritor, teólogo y filósofo cristiano nacido en Tagaste el año 354 y fallecido tal que el 28 de agosto del año 430 en Hipona.
La celebración arrancó a las 10:30 horas con la dianas y pasacalles de la banda de la Asociación Musical Perindola, bajo la batuta de su director, Ismael Clary Capellán. La música fue el prólogo de la misa en honor a San Agustín en el jardín de la residencia de la tercera edad Hogar Betania. El hecho de que el templo parroquial esté actualmente en obras obligó a cambiar de escenario. No obstante, la imagen partió en procesión portada en hombros por los padres de las tres soberanas y un vecino voluntario.
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Ya por la tarde, a las 17 horas, tuvo lugar la inauguración oficial de las fiestas. El tradicional disparo de bombas y repique de campanas marcó el comienzo de un nuevo pasacalles de la banda de música. Después arrancó el desfile, amenizado por la charanga local La Gaveta, que recorrió las calles San Andrés, avenida de España, Caño, Pozo Bueno y Fuente del Caño para llegar finalmente hasta la Plaza Mayor, que ya era un hervidero de gente.
Allí, tuvo lugar el lanzamiento del 'chupinazo' al son del himno nacional tras el descubrimiento de los estandartes de las peñas integradas en la Asociación de Peñas Pedrajeras y el izado de las banderas nacional, autonómica y local por las Reinas de las Fiestas –Nerea Sanz, Rebeca Requena y Silvia Sanz–.
Y llegó el momento en el que el líquido elemento cobró especial protagonismo. Al grito de «agua va», una multitudinaria mojada sirvió para celebrar el inicio de las fiestas y para refrescase en una jornada en la que muchos de los asistentes acabaron empapados por el incesante agua que era lanzado desde el balcón consistorial por ediles, soberanas y por el propio alcalde.
Después, a las 20:30 horas, se celebró el primero de los encierros urbanos por el recorrido tradicional, al que siguió la acostumbrada probadilla en la plaza de toros.
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