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Paros parciales y huelga en Cementos Molins de Cabezón «por un convenio digno»«Hoy los ánimos están más calientes que ayer, mañana estarán peor y cada día que pasa hace más daño». Así es como describe Antonio ... Estrada, el responsable provincial de CC OO del Hábitat, el ambiente que se respira en las instalaciones de Cementos Molins de Cabezón de Pisuerga. Los trabajadores de la planta de prefabricados de hormigón (120 personas de las que 20 son temporales) han puesto pie en pared para forzar la negociación de «un convenio digno», y con ese objetivo han iniciado un calendario de movilizaciones que pueden acabar en huelga indefinida.
Comisiones Obreras, el sindicato mayoritario en el Comité de Empresa –tiene seis de los nueve delegados que componen este órgano–, justifica las acciones reivindicativas en la antigua Precon ante el «constante inmovilismo» de la compañía a la hora de mejorar las condiciones laborales, algo especialmente llamativo teniendo en cuenta que la anterior regulación «caducó en 2018». «Después de ocho meses negociando el convenio colectivo no ha habido ningún avance, ningún acercamiento», resume Estrada, lo que ha llevado a la ruptura de las conversaciones y a adoptar medidas drásticas.
En concreto, los representantes de los empleados han convocado cinco jornadas de paros parciales de dos horas por turno en abril. El primero ha tenido lugar este martes, el segundo hoy miércoles y los siguientes se desarrollarán los días 11, 28 y 30. Por la mañana se realizan de 12:15 a 14:15 horas, por la tarde entre las 14:00 y las 16:00 y por la noche de 22:00 a 00:00 horas, y coincidiendo con ellos hay concentraciones en el exterior de la factoría donde se exhiben pancartas con los lemas 'En huelga por un convenio digno' y 'Esclavitud económica'. Si al acabar el mes no se ha producido ningún cambio positivo, la suspensión de la actividad será total desde el 6 de mayo.
Por el momento «el seguimiento y el cumplimiento de los objetivos va muy bien» y «esperamos que vaya a más», expresa el coordinador de Comisiones del Hábitat en Valladolid. En este sentido, explica que «el 99% de los trabajadores de fábrica» –unos ochenta– están secundando la protesta, y «en torno a un 20% de los de oficina», algo que atribuye a que «tienen unas condiciones diferentes en cuanto a complementos».
Lo confirma Constantino Mostaza, el secretario de Construcción y Minería de UGT Fica Castilla y León, formación a la que pertenecen las dos delegadas que representan al personal de despacho de Molins. «Cobran un poco por encima del convenio porque tienen unos salarios pactados con la empresa, aunque en el momento en que hay un incremento dentro de las tablas salariales se lo retrotraen de las primas», detalla. «La mayoría teletrabaja», explica Mostaza, pero «el grupo que normalmente está en fábrica está secundando los paros igual que el resto de compañeros porque entienden que tiene que ser así». «El día de mañana les puede tocar a los de oficina y tendrán que ser los compañeros de fabricación los que les ayuden a poder conseguir lo que se pida», apostilla.
Las reclamaciones de los empleados vallisoletanos de Cementos Molins, firma que tiene su sede social en Barcelona y que fue la primera gran empresa catalana en regresar allí tras el 1-O, pasan fundamentalmente por acomodar sus salarios a la evolución de la inflación. Así, solicitan un incremento del «2% consolidado en tablas» desde el 1 de junio de 2024 y para los ejercicios siguientes «la subida del IPC real del año anterior más un punto», porcentaje que en cualquier caso debe ser «como mínimo del 3%», indica Antonio Estrada. En cuanto a la duración, la intención es que el convenio para el complejo ubicado en la carretera de Burgos-Portugal, Km 110,5 abarque el periodo 2024-2027.
Frente a esto, la Dirección «quiere subir un 1% en 2024, lo que vienen a ser 200 euros, y darlo en una paga que no se consolide», critica por su parte el dirigente de UGT, quien insiste en que «lo que sea de salario tiene que ir a tablas y consolidarse, porque si no están perdiendo dinero». Junto a esto, afea que «Molins nos está vendiendo que ellos pagan mucho» y sin embargo «según el convenio colectivo provincial de Derivados del Cemento de Valladolid un oficial de tercera cobra 19.884 euros, y en el Grupo Molins 19.881 brutos», es decir, tres euros menos. «Si yo negocio un convenio de empresa es para beneficiar y mejorar el provincial», sentencia Constantino Mostaza.
Se da la circunstancia de que la matriz de los prefabricados de hormigón a la que pertenece la planta de Cabezón de Pisuerga (de la que ha salido material para la ampliación del CTR de Villanubla o de Michelin, por ejemplo), aumentó su beneficio neto el 22% el año pasado, hasta alcanzar los 184 millones de euros. Las ventas ascendieron a 1.365 millones, el 1% por encima de las de 2023, «a pesar del menor volumen por la ralentización gradual de los mercados». Además, según divulga en su información corporativa, el EBITDA (las ganancias antes de impuestos, simplificando mucho) se situó en 356 millones de euros, el 6% más, «destacando el incremento en los negocios en Europa, Sudamérica y Norte de África».
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