Para la familia Cebrián Sánchez, de Villabrágima, la Nochebuena de este año ha sido triste. En el recuerdo estaba muy presente la de 2019, cuando 40 de sus miembros, entre hijos, nietos, bisnietos, yernos y nueras se reunieron alrededor de Maisa, madre, abuela, bisabuela y ... suegra. No sabían que era la última Navidad que iban a pasar con ella. Por eso, el acertado texto de homenaje que leyó su hija Ana, visto un año después, se presenta como una sentida y emotiva despedida al fallecer en noviembre por covid a los 91 años.
Publicidad
Especiales coronavirus
María Luisa Sánchez Herrero había ingresado en la residencia Sancti Spiritus y Santa Ana de Medina de Rioseco en enero, cuando el alzhéimer se había presentado en su vida después de más de 8 años sola tras morir su esposo en 2011. Contaba siempre con el apoyo y presencia constante de sus hijos y de una acompañante.
Hasta que la residencia se cerró en marzo por la pandemia, la familia había ido a visitar a Maisa todos los días. «Incluso algunos días la hemos dejado acostada», recuerda su hija Ana Cebrián, quien lamenta que «el confinamiento deterioró mucho a mi madre». Después llegaron las visitas detrás de una pantalla, con un intermedio de los paseos en el verano.
En la segunda ola, en octubre, la veterana vecina de Villabrágima se contagió del temible virus, aunque sin síntomas. Sin embargo, a los pocos días, empezó a tener fiebre, que se aplacaba con antibióticos, pero que después volvía aparecer. Además, debido al virus y a su demencia, Maisa no tragaba bien al comer, lo que le produjo una broncoaspiración al desviarse alimentos al pulmón, conllevando una infección que se fue evitando con antibióticos. Pero la fiebre reaparecía y su estado se fue debilitando y empeorando, hasta que falleció el 29 de noviembre.
Publicidad
Aunque su hija Ana, en nombre de toda la familia, no tiene más que palabras de agradecimiento para el personal de la residencia, también opina, respecto a los últimos meses: «No me parece bien cómo se ha actuado, la información no ha sido la adecuada». Si bien entiende que «la pandemia nos ha sobrepasado a todos».
Tampoco comprende que no contaran con su ayuda cuando se ofreció voluntaria, pues «me hubiera gustado, porque estaba mi madre, pero también por haber ayudado, porque entiendo que la situación era muy penosa, con las personas que ya se habían muerto». Lo que tiene claro es que «de no haber sido por el virus, mi madre hubiera estado más tiempo con nosotros». Ahora es tiempo del emotivo recuerdo.
Publicidad
María Luisa había nacido en Villabrágima en 1929, hija de Plácido Sánchez y Anastasia Herrero. De sus hermanos, aún viven Anastasia y Rafael. En 1953, se casó con Félix Cebrián, formando una familia numerosa de cinco hijos (Mariángel, Jesús, Félix, Toño, May y Ana), que con el tiempo ha ido creciendo con la llegada de 14 nietos y 8 bisnietos. Durante 27 años regentó, junto a su esposo y en su pueblo, el popular bar 'Felisín', en el que Maisa hizo valer sus dotes para la cocina con especialidades en lomo adobado, chorizo frito y sabrosos guisos. Su hija Ana continuó con el negocio hasta hace pocos años.
Ana recuerda a su madre como una mujer trabajadora, algo coqueta, cariñosa, que «le gustaban muchos los bebés y los niños, quizás porque siempre en casa ha habido niños». En este sentido, «siempre dijo que su mejor estado era el de embarazada, por la ilusión del nuevo niño». Ya de niña, lo que más le gustaba era peinar a las hijas de las vecinas. En esa predilección suya «por las cosas pequeñas de la vida», estaban también los pájaros y las plantas, pero también las pequeñas historias, por eso «siempre nos traía cuentos con muchas ilustraciones».
Publicidad
Los últimos días, antes de fallecer, sus hijos pudieron despedirse, en un momento en que «trasmitía paz, estaba como relajada, no parecía una persona que estuviera sufriendo». Pero era un momento de mucho dolor, porque «sabías que era la última vez que la ibas a ver».
Dolor que tiene la familia por cómo se ha ido, sin besos ni abrazos. Pero de alivio porque «lo cierto es que, cuando las circunstancias lo han permitido, mi madre ha estado rodeada de su familia, como siempre ha ocurrido en nuestra casa, y por eso se ha tenido que ir muy feliz».
0,99€ primer mes
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.