Valladolid | Villacarralón

Estefanía del Pozo, voluntaria en Valencia: «Parece que seguimos atrapados en aquel fatídico 29 de octubre»

Estefanía, directora del CDR Valdecea en Mayorga, tuvo claro nada más suceder la catástrofe de la Dana de Valencia que, junto a la ayuda más necesaria en cuanto alimentación y productos higiénicos, hacía falta también realizar acopio de material escolar «porque la Conselleria mandaba abrir los centros y no y tenían nada». Desde su perfil La pizarra educativa y con muchos contactos de maestros, no tardó en lanzar la petición para la recogida de material, a la que respondieron los colegios de Mayorga y Villalón de Campos y el CRA de Becilla de Valderaduey, además de numerosos particulares, con distintos puntos de recogida (sede de Valdecea y Librería Cela en Mayorga y Supermercado Mini A y Librería Infor-Alón en Villalón). A la iniciativa acabaron sumándose los colegios Campos Góticos de Medina de Rioseco y el de San Vicente, aunque de este último no se pudiera trasladar su donación al no entrar en el transporte.

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El CDR Valdecea, además de prestar la furgoneta para el transporte, se encargo de coordinar el almacenaje de todo el material, en el que colaboró en su clasificación y empaquetado Javier Fernández. El sábado, Estefanía, acompañada de sus padres, José María del Pozo y Adela Asensio, llegaba a Valencia, donde en un local de Scout Bitácora descargaba el material, antes de acercarse a Paiporta y visitar el Colegio Rosa Serrano, con el acompañamiento de la coordinadora de Infantil del centro, Tania Jiménez, con la que la de Villacarralón contactó a través Instagram. Fue el momento de presenciar que la Dana había devastado toda la parte baja de las instalaciones escolares destruyendo las clases de infantil, el comedor, los despachos de dirección, secretaría y conserje, así como el patio. Más tarde visitaron otras zonas del pueblo «para ver la realidad», como el barranco del Poyo, donde observaron los destrozos originados por el agua. Una situación catastrófica para la «se sigue necesitando muchísima ayuda en una labor de muy a largo plazo».

Durante la visita, la familia Del Pozo Alonso pudo ver que «el pueblo está destrozado, así como saber que la luz ha regresado hace una semana o hablar con una familia que ha perdido su casa, sus dos negocios, uno de fotografía y una vinoteca, y sus dos coches, y que les dijeron que «nos os creáis lo que dice la tele, todavía no hemos recibido un duro». También pudieron ver que en las rotondas y cruces de calles hay policía y bomberos controlando el tráfico, que solo está abierto una panadería y una farmacia o que en las aceras hay cajas de cartón con agua, pañales o ropa por tallas, observando, con desaliento, que «es un pueblo silencioso, apagado, triste, sin vida, en el que solo se ve gente trabajando o la acción de los cuerpos del Estado». En su paseo por la devastación les sorprendió unos niños jugando al fútbol en una explanada de fútbol.

Estafanía y sus padres supieron que los niños llevan un mes sin salir de casa, en una situación que les puede afectar por la pérdida de las relaciones sociales. «porque los niños no entiende y asumen como un adulto lo que ha sucedido». Por eso, en la vuelta al colegio, «va a ser más importante trabajar la parte psicológica que la académica de recuperación de contenidos».

Con el material escolar, Estefanía ha entregado al colegio Rosa Serrano «la maleta viajera» con textos, dibujos, fotos, dedicatorias, con mensajes de ánimo y aliento de los alumnos de los centros escolares del norte de la provincia, también de adultos que han donado material, con el fin de que, cuando las clases se restablezcan, que se les haga llegar a los alumnos con el fin de que el día de mañana puedan responder a esos centros terracampinos en una emotiva relación que es seguro que los alumnos valencianos y vallisoletanos recordarán durante toda la vida.

Desde Paiporta, Tania Jiménez, además de dar las gracias por la ayuda, escribía a Estefanía en Mi pizarra educativa que «desgraciadamente, esas aulas y espacios no están para poder recibir a esas personitas que las llenan con sus voces, risas e ilusión. Seguro, que pronto, volvemos a la normalidad y entre otros motivos, será gracias a toda la solidaridad, como la vuestra».