De Palazuelo de Vedija a morir en el campo nazi de Gusen

Hijo de Pascual Martín y Andrea López, había nacido en esta localidad de Tierra de Campos el 17 de abril de 1914. Su hermano Cosme, que había conseguido trabajo en Barcelona tras cursar estudios en una escuela industrial, le encontró empleo de carnicero en la localidad de Vilassar de Mar. Tras la Guerra Civil tuvo que huir a Francia, donde ingresó en dos campos de prisioneros de guerra (stalag), uno francés y otro alemán, antes de que fuera deportado en abril de 1941 al campo de exterminio de Mauthausen (Austria) y el ingreso en octubre de ese mismo año «en otro infierno aún más terrible, el subcampo de Gusen, conocido por el siniestro nombre de 'El matadero' de Mauthausen, hasta su muerte en diciembre de 1942 con tan solo 28 años», como recuerda Raúl Digón Martín, nieto de Cosme Martín, hermano de Elías, quien ha promovido el acto de homenaje en el que se colocará en la acera de la vivienda familiar donde nació Elías Martín la llamada piedra de la memoria, que realiza el artista alemán Günter Denmig. Una jornada que servirá para un feliz encuentro de familiares.

En el subcampo de Gusen murió la gran mayoría de los deportados españoles: 3.959 del total de fallecidos en todos los campos, que ascendió a 5.519 (incluyendo los desaparecidos). Raúl Digón Martín, a sus 49 años, explicó que su tío y los españoles allí destinados padecieron trabajos inhumanos, humillaciones, atrocidades y hambre, hasta que perecían de pura extenuación, accidente o, directamente, de asesinato arbitrario u otras causas, pero se ignoran más detalles que los que han podido reportar la minoría de sobrevivientes, cuyos relatos han sido publicados durante los últimos años. «Por lo general, la fórmula más común para los no sobrevivientes que rezan las distintas piedras de memoria es sencillamente: asesinado».

A sus 72 años, Lidia Martín, la madre de Raúl e hija de Cosme y, por tanto, sobrina de Elías, recordó con gran emoción que siempre su padre dijo de su hermano que era muy bueno. También trajo al presente cómo Elías cuando estaba en la guerra civil había dado a su madre, Balbina Santamaría, una bolsa de tela con tres mil pesetas, que ahorraba con la esperanza de poder casarse, para que se las guardase y en el caso de no volver, se las gastase. Algo que nunca hizo porque siempre tuvo la esperanza de que Elías hubiese escapado, como lo hizo su tío Ignacio Santamaría, con quien de pura casualidad coincidió Elías en el contexto del exilio francés. En los años 60 la familia conocería por fin el trágico final de Elías.

Desde el Ayuntamiento de Palazuelo se han dado todas las facilidades para que el acto sea posible, permitiendo que la piedra de la memoria se coloque frente a la casa familiar de Elías Martín e incluso rectificando su fecha de nacimiento al haber un error en el año. El alcalde, Magín Martín, expresó «la importancia de que historias como la de Elías Martín no caigan en el olvido, que, aunque sea doloroso, estén muy presentes para que no se vuelvan a repetir, más si tenemos en cuenta la actual guerra de Ucrania».

Como promotor del homenaje, Raúl Digón Martín quiso destacar «la actitud en todo momento ejemplar del equipo de gobierno municipal, con la implicación y apoyo del señor alcalde, que ha sido fundamental». También agradeció el apoyo mostrado desde el primer momento por los amigos del grupo de trabajo Triángulo azul de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica. Triangulo azul que recuerda el símbolo que distinguía a los deportados españoles. No olvidó agradecer la colaboración de la fundación del artista Günter Denmig, cuyo equipo fabricó el adoquín en homenaje de Elías.