Valladolid

Padilla, Bravo y Maldonado vuelven a Villabrágima como en noviembre de 1520

Según cuentan las crónicas, a finales de noviembre de 1520, en una noche del duro invierno terracampino, las tropas comuneras llegaron a Villabrágima, asentándose en la localidad. Deseaban que el cardenal Adriano, los virreyes y el Consejo Real dejaran sus cargos para que la reina Juana I de Castilla, ella sola, fuese la reina y gobernase el reino castellano. Son las palabras con las que este sábado se inició la recreación histórica La Noche de las Antorchas, por la que, por tercer año consecutivo, Pedro Girón, Juan de Padilla, Juan Bravo, Francisco Maldonado, Pedro Laso y el obispo Acuña volvieron a la terracampina localidad junto al río Sequillo en una velada de gran encanto en la que participaron cerca de 400 vecinos vestidos de época.

Cuando ya había entrado la noche, poco a poco los vecinos se fueron reuniendo en la plaza Mayor, engalanada para la ocasión. De repente la iluminación municipal se apagó y, con la sola luz de distintos puntos de fuego, se oyó la voz en off de una mujer que explicó los motivos de la actividad «con la acogida que el pueblo dio a las tropas comuneras y la celebración del Razonamiento de Villabrágima, un hecho histórico que pudo representar un cambio total en la Guerra de las Comunidades de Castilla». Tras un diálogo entre vecinos en el que se reflejaban «los tiempos duros en este reino de Castilla», sonaron las campanas llamando a concejo y el alcalde, tras recibir el pergamino de un jinete, anunció la llegada de las tropas comuneras y convocó a todo el pueblo para ir a recibirlos a la iglesia de San Ginés, donde don Pedro Girón anunció que «tendrán el cuartel general en esta villa hasta que Adriano y los virreyes renuncien y la única reina de Castilla sea nuestra señora Juana I».

Una vez finalizados los vítores, aplausos, saludos y ánimos de gratitud por la llegada de las tropas, se formó de nuevo la comitiva, que llegó de nuevo a la plaza Mayor, donde se presentó a los capitanes comuneros y donde se recordaron sus peticiones de que Adriano y el Consejo Real renunciasen a sus cargos, que el rey Carlos abdicase con toda su corte imperial, que Juana I fuera la reina, que se bajasen los impuestos, que volviesen los abastos y liberasen los concejos, que dejasen la lana en Castilla para que la pañería pudiese alzar, que hubiese paz y justicia. Peticiones que quisieron recordar al histórico Razonamiento de Villabrágima, última oportunidad real para que los comuneros e imperiales pudieran llegar a un acuerdo, antes de la promulgación del Edicto de Worms, según recordó el etnógrafo e historiador local Modesto Martín Cebrián, autor del guion de la recreación.

A continuación tuvo lugar el pregón, que corrió a cargo del colaborador de El Norte de Castilla Miguel García Marbán, quien expresó que los comuneros han estado volviendo a la localidad en un eterno retorno «cada vez que vosotros, sus vecinos, os unís y sacáis adelante proyectos para el bien común». En este sentido señaló que había que hacerse «merecedores de aquella gesta de increíble generosidad». Para el pregonero, Padilla, Bravo, Maldonado, Laso, Acuña y Girón y todos los comuneros «fuisteis, sois y seguís teniendo que ser ejemplo de voluntad de transformación, de que otro mundo puede ser posible».

García Marbán hizo ver que las antorchas que habían iluminado en la noche el regreso de los comuneros, «son la luz que tiene que marcar vuestro futuro, es símbolo de que juntos se puede conseguir mucho de lo que os propongáis». Por eso dio la enhorabuena a los vecinos «al convertir lo mejor de vuestra historia en cultura, dinamización social y desarrollo local en una iniciativa comunal», y también les dio las gracias «por hacer más grande y atractiva nuestra comarca». Finalizó el pregón recordando las ultimas estrofas del 'Canto de Esperanza' con el que el grupo Nuevo Mester de Juglaría finalizaba su romance de 'Los Comuneros', basado en el poema de Luis López Álvarez.

Con la presencia de numerosos espectadores, la velada finalizó con la degustación de un sabroso chocolate. El teniente de alcalde, Eduardo Sahagún, quiso destacar la importancia de que «esta recreación, que pone en valor nuestra mejor historia, se consolide para que se convierta en un recurso turístico de importancia regional que pueda atraer visitantes a la localidad que propicien desarrollo local». En este sentido señaló que la actividad está germinando con el fin de ir creciendo con la ayuda necesaria. Un éxito que, para Sahagún, se encuentra en la gran participación vecinal, «porque el pueblo se vuelca, lo que demuestra que la cultura es de todos, es un bien común».

El Ayuntamiento de la localidad y la Asociación Cultural El Razonamiento de Villabrágima organizaron la recreación con la colaboración de la Diputación de Valladolid, el Ayuntamiento de Medina de Rioseco, la Asociación Cultural Torre del Homenaje y la Asociación Santa Hermandad de Medina del Campo, sin olvidar la importantísima participación de todas las asociaciones locales y vecinos, que, un año más, realizaron un impresionante y magnífico trabajo, elaborando decoración para ambientar las calles y balcones, faroles con los que iluminar la noche o escudos para los caballeros, así como la confección personal del vestuario de época.

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