Imágenes de antes y después de la inundación de Ribarroja (Valencia). EL NORTE

Pablo Villar, exalcalde de Villalar, desde Ribarroja: «No sabemos cómo ni dónde ayudar»

El vallisoletano, residente en uno de los municipios afectados por la DANA en Valencia, relata cómo consiguió ponerse a salvo el martes y la situación actual: «Seguimos sin luz ni cobertura»

Jueves, 31 de octubre 2024, 19:55

Horas de angustia, mucha lluvia, cortes de luz y pérdida de cobertura. Así define Pablo Villar, exalcalde de Villalar de los Comuneros (2007-2011), su experiencia el pasado martes, 29 de octubre, cuando la DANA azotó la provincia de Valencia de manera desmesurada. «Vivo ... en Ribarroja, muy cerca del polígono que se inundó, y a las siete de la tarde del martes se nos fue la luz y la cobertura todavía no ha vuelto. Me estoy quedando en casa de un amigo», especifica Pablo Villar, quien asegura que «hoy nos han dicho que Iberdrola va a instalar uno generadores portátiles para tener luz en casa».

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La tarde del 29 de octubre de 2024 en la provincia de Valencia pasará a la historia como la peor DANA del siglo, superando en este momento el centenar de fallecidos. Los relatos se cuentan por miles. Pablo Villar, natural de Villalar de los Comuneros, recuerda que consiguió ponerse a salvo a tiempo: «Estuve por la mañana en Utiel en una reunión y en unas jornadas técnicas. Es un pueblo que está cercado por el río Magro y al salir de allí, una de las salidas ya estaba inundada y la otra, con al menos 40 centímetros de agua. Conseguí salir, coger la A-3, que en esos momentos no estaba inundada aún. La lluvia era continua y no paraba, era muy complicado conducir y todos los coches íbamos despacio».

Antes de llegar a su casa, ubicada a pocos metros del polígono industrial que minutos más tarde dejaría atrapadas a decenas de personas en las naves en las que trabajan, Pablo Villar no consiguió avisar a sus familiares y amigos de que estaba a salvo. «Cuando se nos fue la luz y la cobertura encendí la chimenea. No era del todo consciente de lo que estaba pasando en la provincia y los mensajes en el grupo de vecinos no tardaron en llegar». Su vecino de abajo estaba atrapado en la A-3 subido encima de su coche, otro de los vecinos escribía en el grupo que «no conseguía contactar con su mujer y su hija de 20 semanas, que si alguien podía bajar a ver si estaban en casa».

«Estaba más preocupado de las circunstancias de mis vecinos que de las mías propias. Sabía que mi hija y su madre estaban juntas y a salvo», especifica. El momento de las alertas al teléfono móvil pilló por sorpresa a Pablo Villar: «El móvil hace un ruido ensordecedor. Fue ahí cuando me asusté. Al no tener cobertura no veía ni videos ni fotografías. Llegaron otras tres o cuatro alertas más y decidí meterme en la cama a dormir, la lluvia aún era incesante», confiesa.

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A la mañana siguiente, y ya sin lluvia, Pablo Villar amaneció a las seis de la mañana para ir a trabajar. «El polígono industrial de Ribarroja estaba inundado y no se podía pasar. Allí un policía me dijo que podía intentar llegar a Valencia por Manises porque la A-3 estaba cortada. Puse rumbo pero al llegar a Quart de Poblet, a pocos kilometros de Valencia capital, no se podía continuar y tuve que regresar a casa», recuerda. Durante el trayecto, este vallisoletano asegura que «solo se veía barro, coches reventados y restos de agua».

A día de hoy «la luz y la cobertura todavía no han vuelto a mi casa» y previsiblemente «tardarán en llegar». Pablo Villar apela a «articular mejor la participación ciudadana. Es necesario que todos nos involucremos pero no sabemos dónde ayudar o cómo hacerlo. Es necesario dar pie y oportunidad a que la gente ayude». En relación a la suspensión de la Unidad Valenciana de Emergencia, que Carlos Mazón, presidente de la Generalitat Valenciana, llevó a cabo hace un año, Pablo Villa asegura: «Si pudiese volver atrás en el tiempo no tomaría la misma decisión. A la hora de definir la líneas de gasto público hay que garantizar la seguridad y la vida de los ciudadanos, y los políticos no tienen claras esas prioridades».

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