La instructora «recuerda» al laboratorio el informe sobre la fibra del chaquetón de Esther
La magistrada instructora ha emitido una providencia en la que se acuerda «recordar el cumplimiento del oficio remitido al laboratorio Amslab, acordado por la providencia de fecha 20 de julio de 2022». Se refiere a que está esperando el informe de la empresa de control de calidad de Lugo que en su día fue una de las 'start-up' respaldadas por Inditex y que dispone de un laboratorio de ensayos especializado en espectrometría de masas. Allí se analiza una fibra de poliéster de color arena y tamaño ínfimo procedente de Valladolid. Esta fibra, según la UCO, podría tener la clave para arrojar luz sobre las circunstancias que rodearon la muerte de Esther López, desaparecida el 13 de enero.
Un encargo que no es gratis y tiene su coste, algo más de 800 euros. Se trata de una «fibra de origen desconocido y de color beige» que fue recuperada del suelo del chalé familiar de Óscar S. M., uno de los tres investigados en el caso, durante el exhaustivo registro realizado en abril de la casa de verano situada en la urbanización El Romeral de Traspinedo. Los agentes consideran esta prueba «clave» para el devenir de la investigación en cuanto a resolver, al menos, la posible implicación o no de dicho investigado, aunque otras partes del caso se muestran escépticas porque, indican, Esther y Óscar estuvieron juntos toda la noche y pudo haberse producido una transferencia de fibras «que no implica nada». También porque es tan común que «de no tener un código interno como una especie de código de barras, puede pertenecer a cualquier persona que adquiriera un chaquetón del mismo modelo de la firma. Sería compatible con el de Esther y el de otras personas, con lo que no sería una prueba concluyente», subrayan dichas fuentes.
Un primer análisis, realizado por el propio laboratorio de Química del Servicio de Criminalística de la Guardia Civil, que realizó un estudio morfológico y de composición química de la muestra, comparada con una fibra «indubitada» del chaquetón que vestía la víctima la noche de su desaparición (con él estaba cuando fue encontrado su cuerpo el 5 de febrero), determina que «se ajusta en cuanto a sus características físicas y composición química con las fibras de origen artificial y color beige que componen parte del tejido de la chaqueta de la víctima». Ahora bien, dicho informe reconoce que «se trata de fibras de poliéster de las más frecuentes en la fabricación de tejidos textiles sintéticos».
Por ello los agentes solicitaron la intervención de este laboratorio especializado de Lugo, que cuenta con «diversos métodos de análisis» que sí podrían individualizar y determinar su origen. Y esto último, en el caso de confirmarse la compatibilidad de la fibra con la chaqueta, a juicio de los investigadores, puede resultar «de vital importancia e indefectible para el devenir de la investigación» pues se puede «determinar la identidad del autor o autores de los hechos o lograr descartar la implicación de personas que están siendo investigadas».
Los investigadores de la UCO apuntaban en su solicitud para el análisis de la citada muestra que otros indicios, como el posicionamiento del móvil de Esther López, la sitúan a las 3:26 horas de aquel 13 de enero en un punto cercano al chalé del investigado, en la urbanización El Romeral, próxima al cruce de la carretera de Traspinedo con la Nacional 122, con un margen de precisión de 48 metros. «Asumiendo que Esther no se habría separado de la chaqueta ni de su móvil, ya que ambos se localizaron junto al cuerpo, el resultado de los estudios de geoposicionamiento, en lógica deducción, permiten aventurar que Esther habría llegado junto a Óscar a bordo del vehículo de este, junto con la chaqueta y el dispositivo telefónico, hasta la vivienda familiar donde fue hallado el indicio de interés -la fibra recogida del suelo», apuntan los investigadores.