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La noche intensa del sábado con motivo de las fiestas en honor a sus patrones dio paso, este domingo por la mañana, a los tradicionales encierros camperos en Mojados, Olmedo y Villabrágima. Las tres localidades vibraron con emocionantes sueltas de astados por el campo ... que, en todos los casos, se saldaron sin incidentes reseñables. En Mojados, más de un centenar de caballistas se encargaron de conducir a tres bravos novillos acompañados por seis cabestros, si bien la entrada en el casco urbano se hizo de forma escalonada, lo que se tradujo en un rato de diversión para jinetes, corredores, recortadores y el numeroso público que congregó en el vallado del embudo.
Además, la programación dominical estuvo protagonizada por una fiesta de polvos de colores 'Holi', una novillada de rejones y, ya por la noche, cena popular, una orquesta y fiesta de Dj's locales.
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Miguel García Marbán
Por su parte, en Villabrágima, un año más, con motivo de sus fiestas del Rosario, celebraron un encierro por el campo en el que participaron cerca de un centenar de caballistas y fue seguido de cerca por decenas de vehículos. A primera hora de la mañana, en el pago de Pedregales, se soltaron un novillo y dos vacas, que fueron del agrado de los caballistas con atractivas arrancadas, dando muy buen juego. Tras la cita taurina, tuvo lugar la misa en honor a la Virgen del Rosario. Por la tarde, como cada primer domingo de octubre, la patrona volvió a procesionar por las calles del municipio vallisoletano desde la iglesia de San Ginés, en cuyo atrio se cantó, con emoción y devoción, la Salve a la Virgen. A continuación, el grupo flamenco Arte y Compás puso el mejor ambiente festivo en el bar Judería, poniendo fin las fiestas.
Por otro lado, los olmedanos despidieron este domingo sus festejos en honor a San Miguel y San Jerónimo. Lo hicieron con un apasionante y último encierro tradicional al estilo de la villa –esto es, primero por el campo y luego en tramo urbano– que partió a las once de la mañana desde los corrales de la dehesa y que estuvo secundado por más de dos centenares de caballistas. El festejo taurino concluyó casi cincuenta minutos después con la entrada, de forma escalonada, en las calles del último de los tres astados –que en todo momento hicieron gala de sus dificultad para ser manejado– y todos los cabestros. El cuarto, ante su negativa a las indicaciones de los jinetes, fue atrapado junto a la carretera de Matapozuelos.
El último día de fiestas en Olmedo se completó con una novillada mixta con picadores y, con una sesión de fuegos artificiales para poner el broche a unos festejos marcados por la muerte de José Javier González Conde, que falleció el viernes tras la grave cornada que recibió en el cuello durante el encierro del miércoles.
Donde también dijeron adiós este domingo sus fiestas de San Miguel fue en Íscar. Un animado vermú musical a cargo de la electrocharanga Motociclones Electrocharanga y un concurrido encierro por las calles del municipio vallisoletano fueron los grandes protagonistas de la jornada. Asimismo, como colofón de las diferentes actividades preparadas para los más pequeños, tuvo lugar un colorido y divertido pasacalles protagonizado por la compañía Emboscad@s Producciones.
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