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sofía fernández
Valladolid
Domingo, 6 de diciembre 2020, 08:25
Fue para unos meses y lleva ya siete años en Lyon. Apasionada por su trabajo y centrada en cumplir sus objetivos, Nuria Carreras, vecina de ... Laguna de Duero, está luchando en primera línea contra la covid en el país galo. Su función es crucial para lograr una pronta recuperación en los pacientes tras las graves secuelas que deja el coronavirus. Terminó su carrera de Fisioterapia en 2010 y, después de trabajar dos años en el sector privado, realizó un Máster en Neurociencia y Neuroplasticidad del sistema nervioso. Pero fue la falta de estabilidad laboral, el intrusismo y la ausencia de reconocimiento de los fisioterapeutas en España los motivos que finalmente le empujaron a dar el paso de mudarse a un país cercano donde desarrollarse profesionalmente en el sector público. Piensa en volver, pero ahora más que nunca necesitan de ella en el Hospital Edouard Herriot, donde trabaja para que los enfermos que superan la covid vuelvan a la normalidad lo antes posible.
–¿La labor del fisioterapeuta está poco reconocida en España?
–En cuanto a fisioterapia, la sanidad española está a años luz respecto a otros países de Europa, como es el caso de Francia. La importancia que tiene un fisio en España es la justa, esguinces, escoliosis, accidentes y poco más... Fuera de España el propio médico de cabecera te dice que vayas y lo paga la Seguridad Social. Normalmente trabajamos con pacientes que salen de UCI, entrenamos el esfuerzo para que los pacientes se recuperen cuanto antes. En nuestro país la fisioterapia es un artículo de lujo.
–¿Por qué es importante su papel en esta pandemia?
–Con un paciente que no es capaz de moverse, el reto es conseguir que vuelva a caminar. Son personas de todas las edades que no pueden ni mover los brazos o las piernas tras permanecer semanas intubados o sedados en una cama. Con nuestro trabajo aceleramos su salida de los servicios de reanimación, de ahí la importancia de la fisioterapia y más ahora con esta pandemia que está saturando los hospitales.
–¿En qué momento tratan a un paciente covid?
–Intervenimos cuando están menos sedados y van saliendo de ese periodo tan crítico de la enfermedad. Nosotros mismos los extubamos. Trabajamos con ellos a nivel respiratorio con ejercicios específicos, les drenamos el pulmón, porque no solo pierden todos los músculos por estar largos periodos en cama, también a nivel de diafragma hay que empezar con ellos de cero. Es complicado, pero si todo va bien, en 48 horas les trasladan a centros de rehabilitación. Es un trabajo en cadena y se está demostrando la importancia de nuestro papel ahora que los sistemas sanitarios están al borde del colapso.
–¿Qué diferencias existen con los hospitales de España?
–La plantilla la formamos unos cincuenta fisioterapeutas, que es lo normal en cada hospital, y esto en España sería inviable (el Río Hortega, por ejemplo, cuenta con doce), porque nuestro trabajo se ve como un suplemento y está aún por desarrollar. España debería apostar más por ello, puesto que gracias a nuestra labor se aceleraría muchísimo la salida de pacientes. La fisioterapia en Francia está mucho más desarrollada y se le da el lugar que merece en cuanto al destacado papel que juega en la recuperación de enfermedades. Por lo que he podido saber por compañeros que trabajan en UCI, no hay fisios asignados en reanimación, y son los mismos que trabajan en planta o en gimnasio, previa espera de cuatro meses.
–¿En qué situación se encuentra el hospital dónde trabaja?
–En el servicio de reanimación donde trabajo, junto a otros tres compañeros, tenemos la unidad llena de pacientes con coronavirus. Las camas están llenas de casos en los que entran personas muy graves que necesitan ventilación porque no pueden respirar. El perfil y la media de pacientes está en los setenta años, pero hemos tratado casos de gente joven, nadie está libre de padecer esta enfermedad en la que existe una relación directa entre el tiempo de intubación y la pérdida de masa muscular, y cuanto antes se trate mejor.
–¿Han tenido falta de test o EPI en algún momento?
–En cuanto al hospital, los sanitarios estuvimos sin test en la primera ola. La gente que tenía síntomas sí tuvo, pero nosotros, que estábamos en primera línea, no teníamos opción a ello. El primero que me hice fue de anticuerpos, en junio; y el resto de meses no he tenido síntomas. Ahora Francia está haciendo test masivos, de ahí la cantidad de positivos que se registran.
Las frases
–¿Ha sentido miedo en algún momento trabajando en primera línea?
–Estamos hiperexpuestos. Siempre hemos estado bien protegidos y tomando mil precauciones, pero sí he sentido miedo, sobre todo al principio, porque mi trabajo en reanimación no solo consiste en trabajar la movilidad del paciente, también les tratamos a nivel respiratorio. Imagínate, cuando realizas ciertas técnicas, el paciente termina tosiendo y pese a que estamos protegidos con presión negativa en las habitaciones, mascarillas, pantallas o batas, al final estás en un contacto más que directo con el virus.
–¿Es distinta la situación social en Francia?
–En cuanto a confinamiento tuvimos uno en marzo, pero fue un poco diferente respecto a España. Vuestra fase 1 fue nuestro confinamiento. La gente que tenía trabajo presencial tenía que ir a trabajar y muchos se pasaron al teletrabajo. A nosotros no nos faltaron EPI, ni mascarillas que tuviéramos que usar demasiadas horas como les sucedió a compañeros en España.
–En cuanto a las medidas restrictivas como el toque de queda o el cierre de la hostelería, ¿se notan en el descenso de positivos?
–Desde hace quince días estamos pasando lo que llaman 'el segundo confinamiento', pero este está siendo aún más flexible que el primero. En principio están prohibidas las reuniones sociales y el número de positivos es tan elevado porque, a diferencia de la primera ola, se están realizando test masivos.
–¿La población se está tomando las restricciones en serio?
–Pese al toque de queda a partir de las nueve de la noche, lo que veo aquí es que se han reunido muchas personas y eso que está prohibido. A la gente no la veo muy seria en ese aspecto. Hasta ahora no me han parado en ningún control, aunque sí creo que obviamente no se está saliendo como antes, pero hay cierta parte de la población que hasta hace muy poco no respetaba las normas.
–¿Cree que esta situación en los hospitales va para largo?
–Me temo que sí. Se prevé que tendremos covid para una buena temporada y lo vemos a diario con las camas cada vez más llenas, creando unidades nuevas en los hospitales, anulando operaciones... Es complicado, este virus está arrasando con todo y habrá que esperar a ver si con la llegada de la vacuna, que sea accesible para todos, se frena la pandemia.
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