![Los níscalos comienzan a brotar en Valladolid y rondan los 15 euros en los mercados de la ciudad](https://s3.ppllstatics.com/elnortedecastilla/www/multimedia/202211/14/media/cortadas/niscalo-k30-U180668874972S0H-1248x770@El%20Norte.jpg)
![Los níscalos comienzan a brotar en Valladolid y rondan los 15 euros en los mercados de la ciudad](https://s3.ppllstatics.com/elnortedecastilla/www/multimedia/202211/14/media/cortadas/niscalo-k30-U180668874972S0H-1248x770@El%20Norte.jpg)
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Ya están aquí. Los apreciados níscalos han empezado a brotar en la provincia de Valladolid. Los recolectores ya tienen sus navajas bien afiladas y las cestas preparadas para salir a los pinares en busca del codiciado lactarius deliciosus, una seta que se ha visto afectada ... por la sequía veraniega pero que ha despertado, por fin, gracias a las últimas lluvias. «Se ha retrasado mucho su presencia en los pinares, pero hay confianza porque los aficionados ya están empezando a encontrarlos. Esas personas que conocen los corros y que llenaban la cesta en poco tiempo ya están empezando a coger, aunque la explosión aún no ha llegado», explica Aurelio García, presidente de la Asociación Vallisoletana de Micología.
La gran pregunta que se hacen los recolectores es cuándo llegará esa esperada explosión de níscalos y Aurelio García mira al termómetro para responder. «Mientras mantengamos esta temperatura y no vengan heladas, la lógica dice que va a llegar un brote importante. En los años en los que noviembre ha sido especialmente cálido, la primera quincena de diciembre fue un espectáculo. Hay que tener confianza», indica el presidente de la asociación micológica, quien señala que una buena manera de saber si hay níscalos en los pinares es fijarse en su precio. Atrás quedan los tiempos en los que estaban a unos 25 euros y ahora ya se pueden comprar a unos 15. «Aún están un poco caros, pero bajarán», añade.
Los aficionados pueden recolectar setas de manera libre en buena parte de la provincia de Valladolid, con un cupo máximo de tres kilos por persona. No obstante, hay tres zonas importantes acotadas en Torozos, Mayorga y en los pinares de Valladolid. Los interesados en la recolección recreativa en estos lugares acotados podrán recoger hasta cinco kilos al día por persona, a un precio de 30 euros la temporada o cinco euros el día. Hay otra modalidad recolección comercial, en cuyo caso se permite la recogida de 20 kilos de setas por persona y día, el coste de esta licencia es de 240 euros la temporada.
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Pero no solo de níscalos vive el recolector micológico. Setas como el parasol (macrolepiota procera) o la platera (clitocybe geotropa) hace unos años eran grandes desconocidas y ahora son tan apreciadas como los níscalos. «Se están viendo muchísimos parasoles y cada vez los coge más gente. Pero si hay una seta que ha pasado de desconocida a codiciada en Valladolid esa es la platera. Hasta hace poco tiempo no la cogía prácticamente nadie, pero ahora casi todo el mundo sabe cuál es. Salen en unos corros enormes y se puede llenar una cesta en muy poco tiempo», apunta Aurelio García sobre esta especie, que no tiene mucha dificultad para su identificación debido a su tamaño, ya que es difícil de confundir con otras setas blancas y tóxicas de su género.
Tan importante es saber identificar las setas como recolectarlas en un lugar adecuado. Se ha hablado una y mil veces sobre la exigencia de recogerlas en una cesta y el director de la cátedra de micología de la UVA, Juan Andrés Oria, explica una de las razones por las que nunca se deben guardar en plástico. «Sigue habiendo gente que coge setas y las mete en una bolsa de plástico que anuda después. Esto es una práctica peligrosa porque puede producir una fermentación y hacer que sienten mal setas que son buenos comestibles. Es un aspecto del que avisan siempre los toxicólogos de Hospital Río Hortega», indica Oria, quien señala que las empresas que comercializan setas frescas envasadas utilizan unas técnicas que no están al alcance de los particulares en casa. «Las cosas que compramos en los supermercados tienen mucho plástico, pero los que plastifican las verduras saben lo que hay que hacer para que no se estropean. En cambio, cuando uno coge unas setas en una bolsa, la humedad de las lluvias y el calor pueden hacer que se produzca una fermentación anaerobia peligrosa para el posterior consumo. Es un alimento que respira, por eso hay que guardarlo en un lugar adecuado antes de comerlo», explica Oria.
Las recetas
Andrea Díez
Susana Gutiérrez
«No me cansaré de decir que es un mala idea recoger setas justo al lado de carreteras». Así de claro se muestra el director de la cátedra de Micología de la UVA, que alerta sobre los peligros asociados a la recolecta en zonas contaminadas. «Hay gente que las coge al lado de la autovía o de la vía férrea, donde se suelen echar productos para mantener la zona limpia de hierbas, y acaban intoxicados después de comer setas que, por su especie, son perfectamente comestibles. Las setas son capaces de absorber productos químicos y hay que recordar a los vallisoletanos que siguen recolectando en zonas como la ronda que están asumiendo un riesgo importante. Allí hay gente que va de manera continuada a por champiñones y en estos lugares, en los que hay cierto nivel de toxicidad, salen más setas de lo normal. Se encargan de limpiar el campo, hacen tareas de limpieza biológica y no importa que se laven muy bien. El problema reside en que los productos tóxicos son absorbidos por el hongo», explica.
Y todos estos aspectos deberán tener en cuenta los recolectores que salgan estos días a los montes de la provincia en busca de setas. Como muestra de que la temporada de níscalos aún está por explotar se pueden analizar los datos de licencias expedidas. En lo que va de año se han solicitado 5.932 en Valladolid, cuando el año pasado fueron 11.470 y el anterior, 13.802, según datos aportados por Micocyl. La sequía ha hecho que la campaña se retrase y las cifras solo aumentarán si los termómetros no descienden por debajo de los cero grados durante este mes. «Habrá que cruzar los dedos para que las heladas tarden en llegar», concluye el presidente de la Asociación Vallisoletana de Micología.
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