La prueba reina de la disciplina deportiva de Galgos en Campo llega a su fin con la celebración mañana de la fase final de esta competición en el coto de la Cuesta de los Picos de Nava del Rey. El balance que realiza Luis Ángel ... Vegas, presidente de la Federación Española de Galgos, es «bueno; hemos visto a los mejores de todo el panorama nacional, y hay que tener en cuenta que los que han llegado hasta aquí han sido los mejores entre más de 518 galgos». En cuanto a la competición de mañana, vaticina que «será una gran final, ya que son dos galgos con características muy diferentes».
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La cita galguera arrancará una vez que los protagonistas de la jornada, Rubio de Triki (campeón del grupo II de Castilla y León) y Pícara de Morix (campeona del grupo I de Castilla la Mancha) pasen el reconocimiento veterinario.
A los ocho años, el leonés Leandro Pérez Manceñido comenzó su andadura como galguero. Fue entonces cuando le regalaron sus dos primeros galgos. Y ahora, tras tres décadas dedicado a este deporte, alcanza por segunda vez la final. «Si es complicado participar en un Nacional, imagina estar en la final», comenta el propietario del representante castellano y leonés, Rubio de Triki.
La Cuesta de los Picos de Nava del Rey es un coto «talismán» para este galgo, como recuerda su propietario: «Hace tres años aquí llegamos a la final con Zagala». Ahora, después de mucho sacrificio, espera poder quitarse el mal sabor de boca de entonces y conseguir que su perra se lleve la manteleta y la corbata que la encumbrarían a lo más alto de esta disciplina deportiva, a la que dedica todo su tiempo libre.
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Nacido el 20 de enero de 2020, Rubio de Triki «apuntaba maneras desde el principio, cuando lo empezamos a probar en el campo», asegura Pérez Manceñido. El objetivo de este joven galguero es «mantener la línea genealógica que tenemos en nuestra cuadra. Nos conocen en el mundo galguero por ser muy cuidadosos en este sentido y es lo que seguiremos haciendo».
Entre las principales características técnicas de Rubio de Triki destaca su gran aguante en carrera, su rapidez, su ritmo acompasando y su casta. «Tiene mucha codicia con las liebres», cuenta su propietario, obligado a desplazarse en los entrenamientos hasta 80 kilómetros para poder competir, «ya que en la zona en la que vivo en León no hay mucha afición y la orografía no es buena».
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Los cuidados a los que someten a los animales son extremos y muy adaptados a la competición, por lo que las sesiones de fisioterapia y revisiones veterinarias son constantes y muy costosas. A pesar de ser un sacrificio, la recompensa es «inmensa, pues el sueño de cualquier galguero es participar en el Nacional, y si encima ahora disputas una final no se puede pedir mucho más».
Deportistas de élite
La rutina de Pícara de Morix (campeona del grupo I de Castilla la Mancha) es «muy intensa», asegura uno de sus representantes, Zacarías Gallego. «Todos los días la llevamos al fisio, cuidamos al máximo su alimentación y cada semana le hacemos analíticas para ver cómo están sus valores por si tiene algún tipo de carencia y poder trabajar en ello». Esta perra nacida el 23 de mayo de 2019 procede de una ralea de galgos con «mucha casta y muchos ganadores; tal es así que regresamos a Nava del Rey después de 22 años, cuando su bisabuela Morix corrió la final».
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Para Zacarías Gallego lo importante es «haber podido competir en este campeonato que reúne a los mejores. Creo que ambos perros tienen muchas cualidades y todo será cuestión de pequeños matices».
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