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Un tapiz de color violeta se extiende en ordenadas ringleras mientras al fondo se distingue un pueblo que no tiene nada que ver con la ... Provenza. Es el comienzo del reportaje de la prestigiosa revista Viajes National Geographic en el que su subdirectora de Viajes, Sandra Martín, incluye, bajo el epígrafe de 'Las otras Provenzas', a la vallisoletana localidad de Tiedra, junto a Brihuega (Guadalajara), El Romeral (Toledo), El Pobo (Teruel), Olite (Navarra), Lleida, Moratalla (Murcia) y Santa Eulàlia de Ronçana (Barcelona), en un recorrido por ocho destinos españoles en los que cada mes de julio se puede disfrutar del gran espectáculo natural de los campos de lavanda «a la puerta de casa, sin necesidad de cruzar la frontera».
Porque, según se lee en el reportaje (se trata de la segunda ocasión en que aparece el paisaje tiedrano), «nada iguala el espectáculo de contemplar un campo de lavanda en flor. La buena noticia es que no es necesario viajar hasta la Provenza francesa para admirar esos mares color violeta que ondean cuando sopla el viento». Una verdadera maravilla de la naturaleza que ocurre en Tiedra con la floración de la lavanda. Un espectáculo singular que congrega durante estos días a cientos de visitantes.
Este premio gordo violeta le tocó a Tiedra gracias al impulso emprendedor del matrimonio Antonio Fonseca y Luz Ruiz con la evolución de un proyecto agrícola familiar que, en 2002, iniciaron con la plantación de cinco hectáreas de lavanda, que, en la actualidad, se han convertido en 200, a las que hay que sumar otras tantas de agricultores de la zona de Tiedra y su comarca a los que se les ofrecen los servicios de plantación, recolección de la flor y destilería. En esta aventura empresarial, Sofía Fonseca Ruiz, la hija de Antonio y Luz, también tira del carro llevando las redes sociales.
El centro de interpretación Tiedra de Lavanda, el primero dedicado a esta planta, coordina desde 2019 las visitas con un atractivo y didáctico recorrido por las variedades de lavanda, por los lugares y modos de su cultivo, por las formas de extraer sus aromas o su presencia en la cultura más cercana y costumbres a lo largo de la historia. Junto a la destilería dedicada a la extracción de aceites esenciales, el centro se encuentra en las inmediaciones de extensas plantaciones de lavandas, contando además en su instalación con un campo de ensayo de variedades. Además, una tienda pone a la venta flores secas, jabones, saquitos, buqués, aceites esenciales y artesanía.
Desde el año pasado, durante la floración, en los meses de julio y agosto, resultan muy atractivo los tardeos entre lavanda que, con el nombre de Lavandeos, dan la posibilidad a diario (excepto los lunes) de acercarse a la 'food truck' La Lavandeta a degustar una cerveza, helado o licor artesanales con sabor a lavanda, entre otras viandas, y poder disfrutar de una mágica puesta de sol junto al campo de ensayo de variedades con música tranquila, sin que falte la oportuna fotografía. De forma eventual, se organizan tardeos con música en directo como los que tendrán lugar el 25 de julio y 2 de agosto. Será también durante el mes de agosto cuando se celebrarán otro tipo de actividades.
Cada día, en grupos reducidos, los visitantes se asombran de todo lo concerniente a la lavanda. «La gente aprecia mucho este tipo de nuevos proyectos», expresa Luz Ruiz, quien oficia de guía por la historia de esta planta aromática, destacando que «hemos conseguido generar en la comarca una alternativa de ecoturismo con la que los visitantes salen muy contentos, sin dejar a nadie indiferente». En este sentido «son muchos los que nos visitan y de paso conocen la zona en un efecto llamada». De ahí que los comentarios habituales sean 'qué bonito' o 'qué interesante', junto a constantes enhorabuenas por la iniciativa, «en especial de los visitantes que tienen inquietudes y saben valorar en conjunto una empresa que de cero ha llegado a la actual oferta de ecoturismo pasando por la producción agrícola con instalación de industria transformadora de aceites esenciales». Ahora, después de 22 años, Luz, nacida en Tiedra, hija de Manolo, agricultor de Castromembibre, reconoce con orgullo que «hemos llegado a hacer realidad un importante proyecto de ámbito comarcal que en un principio nunca nos planteamos».
Durante 2023, el centro logró tener más de 7.000 visitantes, muchos llegados de todo el norte de España, desde Galicia hasta el País Vasco, pasando por Asturias y Cantabria, pero también de Madrid y de todas las provincias de Castilla y León, sin que falten los que han venido desde Portugal, Canarias o Sevilla, entre otros muchos puntos de origen. La afluencia durante el presente año está siendo tan grande que se espera doblar las cifras, como lo demuestra que en julio ya estén completas las visitas de los fines de semana. Todo ello sin olvidar a los muchos visitantes que van por libre.
La alcadesa tiedrana, María Ángeles Tiedra Fernández, explicó que «desde el Ayuntamiento estamos encantados de poder acoger en estos días estivales a todas las personas que desde distintas partes de España e incluso desde el extranjero vienen hasta Tiedra para poder disfrutar de esta explosión de olor y sobre todo de color». La regidora también destacó que «los visitantes a la localidad han ido en aumento en estos últimos años con el reclamo fundamental de los coloridos campos de lavanda, sin olvidarnos del resto de actividades en torno a las estrellas, la miel, la artesanía y el rico patrimonio histórico y artístico que hacen que Tiedra sea un destino singular». En este sentido aseguró que «trabajamos para que este turismo disfrute de esta experiencia y se alargue en el tiempo».
Lo cierto es que «los campos se venden solos, con el boca a boca», señala Luz Ruiz, quien indica que «cada vez tenemos más visitas», pero también hace ver que la reducida estacionalidad de la floración de la lavanda, les obliga a trabajar para extender las actividades al resto del año del centro de interpretación. Entre las últimas visitas de estos días están las de un grupo de maestros o la de otro de químicos, pertenecientes a una clase de visitantes que «son los que más valoran lo que les cuentas». Unas visitas que «son siempre amenas e interesantes».
A los turistas se les indica dónde se encuentran los campos de lavanda, aunque también cabe la posibilidad de que desde el mismo centro se acerque a grupos burbuja en un todoterreno por una ruta fotográfica. Además de las visitas guiadas y a las instalaciones, como complemento se ofrecen distintas actividades como el taller de destilado en alambique de plantas aromáticas. De gran singularidad es la actividad de 'Los miércoles Mindfulness', que, con el lema de «una experiencia para tus sentidos», ofrece durante los meses de julio y agosto meditación activa a través de movimientos conscientes y estiramientos suaves en el marco incomparable de los campos de lavanda.
Los campos de lavanda y su centro de interpretación son también de gran interés para un turismo familiar en unas visitas que los adultos hacen con gran tranquilidad mientras los más pequeños de la casa están entretenidos participando en un taller. La educación es otro de los sectores en los que se incide desde Tiedra de Lavanda con diferentes programas escolares que incorporan dinámicas participativas y talleres para los alumnos, adaptando contenidos en función de nivel educativo y número de participantes.
Desde Tiedra de Lavanda se recuerda a todos los visitantes el necesario respeto a los campos, que son cultivos agrícolas que pertenecen a distintos agricultores. Por eso se recomienda el que se acerquen al centro para informales dónde están los mejores y darles las oportunas indicaciones.
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