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El cónsul español en Bolivia ya informó en 2012 al Ministerio de Asuntos Exteriores de que el empresario vasco encarcelado entonces en uno de los ... presidios más peligrosos del país por intentar sacar quince kilos de cocaína era un «conocido narcotraficante». Sus palabras indignaron al aludido, Julio Ángel P. A., hoy de 52 años, quien llegó a querellarse contra el Gobierno (español) por abandonarle a su suerte en la cárcel de Palmasola (Santa Cruz de la Sierra), donde pasó once meses, y reclamó por ello una indemnización de 800.000 euros. Fue, según relató en infinidad de entrevistas concedidas a su regreso a Bilbao, «víctima de una trama de policías, jueces y fiscales» cuando él, y eso es cierto, carecía de antecedentes. Y sin ellos continuó hasta el 29 de abril de este mismo año, cuando el presunto importador de pescado y supuesto agente inmobiliario cayó en una redada en Medina del Campo en la que se intervinieron 862 kilos de cocaína impregnada en carbón. El comisario principal de la Policía Judicial del Cuerpo Nacional de Policía, Rafael Pérez, no duda en calificarle ahora, como ya hiciera nueve años atrás el cónsul, de «histórico traficante».
Y, ¿lo es? Pues los responsables de la lucha contra el narcotráfico consideran que sí. «Ha sido investigado en numerosas operaciones a lo largo de los años, pero nunca, hasta ahora, había podido demostrarse su participación», apuntan. ¿Quién es pues tan escurridizo (presunto) narco? Julio Ángel pertenece a una conocida familia bilbaína que regenta desde hace casi medio siglo un negocio de importación y distribución de pescados y mariscos congelados en la que él mismo trabajaba cuando fue detenido en Bolivia y en la que ahora figuran como titulares sus dos hermanos mayores. A su nombre sí consta a día de hoy otra empresa vinculada al sector, en cuyo objeto social figuran la «compraventa de pescado, marisco y derivados» y la «compraventa de inmuebles». Dicha firma, con objetivos tan variopintos, tiene su sede social en la misma dirección del negocio familiar de congelados. Los investigadores creen que se trataría, en cualquier caso, de tapaderas para importar droga.
Lo que no figura en ninguna de sus empresas, actuales y pasadas, es su dedicación a la importación de carbón vegetal desde Barranquilla (Colombia). De allí procedían los dos contenedores con 1.364 sacos del mineral que llegaron a Lisboa el 28 de abril y que fueron intervenidos en una nave de Medina del Campo al día siguiente, cuando fue detenido Julio Ángel y dos compinches, uno de ellos un veterano ertzaintza vizcaíno en activo. Treinta de los sacos contenían 862 kilos de 'coca' impregnada en el carbón.
Operación contra la droga en Medina del Campo
El (presunto) importador de pescados no habría viajado esta vez a Colombia. No le fue bien la última vez, en teoría, que visitó tierras sudamericanas. «No vuelvo a viajar en mi vida, de aquí a Madrid y en coche», apuntaba él mismo en 2013, unos meses después de salir del penal de Palmasola, del que fue liberado el 14 de diciembre de 2012 después de cumplir once penosos meses de prisión a raíz de su detención en el aeropuerto de Viru Viru (Santa Cruz de la Sierra), en el corazón de Bolivia, al parecer, con quince kilos de cocaína en sus maletas el día de Reyes de ese mismo año. Él siempre defendió su inocencia e, incluso, no dudó en recorrer televisiones y periódicos contando su historia. «Encontré por Internet que en el lago Titicaca (entre Perú y Bolivia) criaban miles de salmones a un precio infinitamente más bajo al que traíamos de Noruega, contacté con el proveedor y viajé allí para cerrar el acuerdo», relató Julio Ángel, quien incidió hasta la saciedad en que nada tenía que ver con el tráfico de drogas y contó el calvario sufrido en la cárcel de Palmasola, un 'pueblo prisión' en el que conviven cinco mil presos y en el que contrajo dengue, una enfermedad que a punto estuvo, según afirmó, de costarle la vida.
El caso es que un cambio de fiscal –la anterior se supone que fue detenida por corrupción– le permitió recuperar la libertad y huir del país para regresar a España. Él defendió que fue exonerado de todos los cargos, si bien en 2014 fue rubricada una orden de busca y captura contra él por un tribunal boliviano. Lo cierto es que en su país natal, en cualquier caso, el importador de salmones, ahora también, supuestamente, de carbón con cocaína, carecía hasta la fecha de antecedentes policiales. Julio Ángel se encuentra en prisión provisional a la espera de juicio por la 'operación Carvao'. ¿Ha caído uno de los mayores traficantes de cocaína del norte del país? Los agentes creen que sí. Los tribunales tendrán la última palabra.
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