Secciones
Servicios
Destacamos
Hay sensaciones que no se pueden explicar con palabras. En los altavoces suena el remix de Axwell de 'Sweet Disposition'. David Gómez -Dj D- no puede evitar saltar cuando llega el primer 'drop' (subidón) de la canción. Es la primera vez que lo escucha, pero ... no es la primera persona sobre la que el tema causa esta reacción. La música une. Él es uno de los alumnos de la academia de dj 'Who is in da school', afincada en Simancas desde hace un año. Le acompañan en los platos su compañero Alejandro Furones -Dj Furonx- y María Arias, la creadora de una escuela donde la música 'house' es la norma máxima.
Noticia relacionada
Adrián Rodríguez
Ella lleva su currículum en la muñeca. Pulseras del club ibizenco Blue Marlin, donde pincha habitualmente, se añaden a otros bolos que la vallisoletana ha protagonizado en clubs como Space of Sound o Fabrik. Además, fue dj residente durante dos años en Pacha, en Barcelona. «La música me ha dado todo lo que tengo. Cuando comencé a pinchar descubrí que podía ser quién quisiera, me ponía los cascos y se pasaban todos los problemas», relata. Sobre estos principios se sustenta un proyecto que nació en 2022. Aquí, el pilar fundamental es que la escuela sea un hogar para los jóvenes, un lugar de reunión donde se puedan expresar a través de la música. «Pasé por una depresión y eso dinamitó el proyecto. Quería hacer algo que dejara poso y me pregunté, qué me ha sacado de aquí, la música. En una coyuntura donde la salud mental está a la orden del día, habiendo pasado por esto no quería que otros tuvieran la misma experiencia. Tenía la fórmula contra la pandemia actual y es lo que intentamos aplicar», explica Arias.
Y sus alumnos comulgan con su idea. «Cuando pincho me siento feliz, hago lo que me gusta. En la cabina, cuando ves al público disfrutar con la música que te encanta se te eriza la piel. Es impresionante», explica Gómez, de 17 años. Para Furones, de 13 años, pinchar es «una forma de compartir». «En la cabina despegas del mundo, es terapéutico. Cuando pongo música me siento libre y cuando termino lo que más me importa es poder decir que estoy orgulloso de mí mismo», añade. A su corta edad -el curso acoge a personas de todas las edades- ya han pinchado varias veces ante público y también lo hicieron en la carpa de Pingüinos en la última edición.
Para ellos, mezclar música es su forma de evadirse y de expresarse. «Son canciones que no tienen un mensaje vacío, que te llena y transmite positividad. Es curioso porque es música que no te hace bailar porque sean temas conocidos, sino por el propio ritmo, cómo se mezcla y llena el espacio», destacan los dos djs. «Hay gente que solo necesita estar con sus cascos y sentir compañía. Tengo alumnos que apenas se comunican con habilidades sociales, pero que con la música nos dan unas vueltas tremendas. Según avanzaba el proyecto me di cuenta de que teníamos chavales solos, sin motivación y faltos de pasión. Algunos cuando comenzaron no se sentían seguros y ahora les ves y se comen el mundo. Que el proyecto se extienda sería maravilloso», concreta su profesora.
La música es el pilar fundamental de la escuela. En concreto el 'house'. Es testigo Frankie Knuckles, creador del género. Un retrato suyo cuelga de una de las paredes de la escuela junto con algunos vinilos, como el del tema 'Soleá', de Dj Pippi y David Penn. Todo un templo a la cultura de esta música, que nació en Chicago. «Son canciones con valores y que transmiten mensajes positivo», incide Arias. Esto también significa una cosa. El reguetón está prohibido una vez se entra en 'Who is in da school'. «Escuchas las letras y alucinas, no sé cómo puede ser el género más escuchado en los jóvenes», explica.
El móvil y el manejo redes sociales es otro de los temas que la dj también tiene pendiente en la escuela. «Se encuentran con un mundo ajeno al real. Como para un dj sus redes sociales son muy importantes para buscar bolos, esto también les ayuda a alejarse de los mensajes nocivos en sus propios perfiles. El problema global es que te encuentras con gente que se siente sola y es ajena a la sociedad. Tienen que tener un sistema de inclusión donde puedan hablar y expresarse», añade. Además de que es otra manera de introducirse en el ocio nocturno. «En algún momento van a tener que salir y mejor que sea por la música trabajando como dj», defiende Arias.
Junto con las propias clases, la escuela se organiza en tres patas. Ser un lugar de reunión para jóvenes, la propia formación y una emisora de radio que tiene la escuela. Ya acumulan 75.000 oyentes mensuales y es otra plataforma para que los alumnos se den a conocer y se puedan expresar a través de la radiodifusión. Además de María Arias, lo alumnos también cuentan con otros reconocidos djs de fama mundial entre sus docentes, gracias a cursos online con personalidades como Pete Tong o Carl Cox. A pesar de ello, la música pasa a un plano secundario. «Cuando hicimos un vídeo resumen sobre el primer año, decían que pinchar era lo de menos, sobre todo destacaban que esto era una familia y el sentimiento de unión», destaca Arias. Para sus alumnos, y para ella, la música es una manera de expresarse allá donde no llegan las palabras.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.