

Secciones
Servicios
Destacamos
El Museo del Encaje de Tordesillas celebra su trigésimo aniversario con el objetivo de dar los primeros pasos en la declaración del encaje como Bien de Interés Cultural (BIC), según confirmó la directora del espacio museístico e investigadora, Natividad Villoldo, quien además de ser la anfitriona del congreso de carácter internacional que este fin de semana se está desarrollando en la localidad, también será la encargada de mantener las diversas reuniones con las diferentes administraciones con el objetivo de «definir los pasos que tenemos que dar para poner en marcha esta declaración, que será sin duda un proyecto a largo plazo».
Para Villoldo, el encaje «está muy protegido en muchos países europeos, ya que lo entienden como un patrimonio cultural propio. Nosotros deberíamos hacer lo mismo con nuestro encaje, como es el caso del frisado de Valladolid». Villoldo asegura que el encaje es toda su vida, ya que lleva muchos años dedicada al estudio y a la investigación de esta técnica por diversos países europeos y en los diferentes archivos de la región. El museo del encaje de Tordesillas abrió sus puertas hace tres decenios, pero no fue hasta hace dos años cuando entró en la red de museos. En su interior, los visitantes podrán observar algunos de los tesoros más valiosos de la colección personal de Villoldo, compuesta por alrededor de 35.000 piezas, entre las que destacan obras como el espejo de Ana de Austria, reina de Francia, que se fabricó en Tordesillas hace 500 años.
El museo, que también contiene la biblioteca de textil más amplia del país, es un centro didáctico de investigación donde se han recuperado técnicas clásicas de encaje de toda España. «Nosotros asistimos a muchos congresos internacionales y tenemos muy buena relación con la Escuela de Amberes», explicó la directora del museo, quien subrayó que «el nexo histórico entre Castilla y Flandes es muy fuerte debido a la presencia española en la zona durante el Siglo de Oro. Durante siglos, Castilla recibía la mercancía de innumerables buques cargados de trabajos de encaje manufacturados en las actuales tierras belgas». Los primeros registros sobre el encaje están datados en 1590 y la técnica era exclusiva de monasterios y palacios. No fue hasta los siglos XVI y XVII cuando las elites los recuperaron para alzarlo, pero después cayó en el olvido.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.