Valladolid

Un mural en Traspinedo mantiene viva la memoria de Esther López

A Villa, carnicero de profesión, «siempre» le ha gustado el arte, dibujar, pero nunca antes se había animado a hacerlo de forma pública. Hasta que surgió esta oportunidad. «Cuando lo vi dije que quería hacer algo enfocado a ella», insiste este joven, amigo de su hermana Inés, al tiempo que reconoce que «tras darlo unas pocas vueltas, rápido surgió la idea».

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Sobre uno de los muros exteriores del polideportivo municipal, zona habilitada -y previamente pintada y adecuada por el Consistorio- para el concurso, se puede observar desde hace días un dibujo de grandes dimensiones en la que se ve a una niña sujetando un globo en el que se lee la palabra 'Esther', con una gran luna de fondo y un árbol que la da cobijo.

Una elección y disposición de los distintos elementos nada aleatoria, sino que tiene un «importante» y profundo significado. «La niña se supone que es su sobrina, que no la llegó a conocer, pero Esther estaba ilusionadísima con ella; es algo simbólico, intenta representar que, aunque no la haya conocido, la tiene muy presente porque es muy pequeñita todavía, pero la familia la habla de quién era su tía», explica Saúl Villa.

La presencia del árbol tampoco es casual. Representa a La Atalaya, un roble o quejigo de talle muy esbelto y con una enorme oquedad y que se ubica en el monte del Robledal. «Es muy mítico aquí. y con el globo lo que quiere decir es que sabe quién es su tía y que la tiene presente», sentencia.